Capítulo VIII

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  Kye fue despertado temprano en la mañana por Uriel

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  Kye fue despertado temprano en la mañana por Uriel. Kye odiaba madrugar, el trabajo en la noche lo dejaba exhausto por lo que siempre dormía hasta la tarde.

  —Yo seré el encargado de entrenarle, su alteza —le informó Uriel vestido con una armadura y con su larga cabellera recogida en una coleta alta.

  El castaño resopló hastiado. Se dirigió al baño para asearse. Al salir Uriel le tendió una armadura como la que el poseía. El material era extraño, suave pero resistente.

  —¿De qué están hechas? —la observó con detenimiento y palpo su superficie.

  —Están confeccionadas de escamas, alteza. Normalmente mudamos las escamas de nuestra cola cada cierto tiempo, al ser tan resistente las utilizamos como material para hacer armaduras, muebles, ropa incluso espadas y puntas de flecha —explicó el sirviente.

  Kye lo observó impresionado. Tenían una fuente de recursos inagotable, aunque suponía que esto les traía problemas en cuanto a comerciantes que les cazaran para obtener sus escamas.

  —No hay de que preocuparse alteza. Albagard es el reino más seguro de toda Entrinnia —el castaño le observó anonadado. ¿Cómo le había respondido si sus palabras nunca salieron de su cabeza? —. Esto es solo una pequeña muestra de lo que podemos hacer. No es leer mentes como tal; tenemos la capacidad de leer a las personas, ver a través de ellas podría decirse.

  —¿Por qué vestimos armaduras si el entrenamiento va a ser mental? —preguntó ya dentro de esta. Al contrario de lo que pensó era fresca y liviana, no sentía comezón en ninguna parte del cuerpo y podía moverse con facilidad.

  —Ya veréis alteza —Uriel le escoltó hasta un patio grande en el exterior.

  —¿Qué edad tienes Uriel? —inquirió el príncipe con curiosidad. El rubio no podía ser mucho mayor que él.

  —Si no me equivoco —pensó rascándose el mentón —, tengo doscientos cincuenta años.

—¿Cómo puedes tener doscientos cincuenta años y verte así?

—Las sirenas y tritones usualmente vivimos entre seiscientos y ochocientos años, así que soy un retoño todavía. Y con respecto a la apariencia, envejecemos lentamente, muy lentamente.

—Pero, yo he crecido de manera normal.

—¿Cómo puede estar seguro de ello? —Kye frunció el ceño con confusión —. Pueden haber manipulado sus recuerdos.

  Ahora Kye se había quedado con la duda. ¿Podría ser posible eso? Qué sus recuerdos hayan sido manipulados.

  El patio consistía en una plataforma transparente sobre el agua, lo que permitía la vista hacia las profundidades. Kye nunca había sentido su talasofobia tan fuerte como en esos momentos.

Entre el Deber Y el Corazón. Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang