Kintsugi [JS]

9

Yoongi observó el movimiento del pomo y se cubrió hasta la cabeza con las sábanas.

Era un reverendo imbécil.

Pudo escuchar el movimiento en el cuarto. Jimin dejando algo en su mesa de noche.

-No quise ser atrevido, lo siento- Yoongi apretó los párpados y se abrazó a una almohada.

Su lobo se retorcía del dolor dentro suyo, sabiendo que todo el esfuerzo no valió para nada. Al final, siempre terminaría haciendo todo mal.

Los orbes le pesaban como nunca y se cerraban sin su consentimiento.

Con ese pensamiento, volvió a dejarse caer ante el sueño, demasiado cansado por el estrés y la falta de sueño, ni siquiera podía luchar contra esa necesidad.

Horas después, Yoongi por fin volvió a despertar.

Su cuerpo se sentía como si toneladas de camiones estuvieran encima suyo. Su cabeza daba puntadas y la fiebre le dejaba escalofríos en cada parte.

Sin más se sentó sobre el colchón y admiró alrededor. La luz del día se colaba entre las ventanas y estaba completamente sólo.

No había rastros del alfa por ningún lado.

Yoongi tragó duramente y se extendió a tomar el móvil, eran las 2PM, ¡No fue a la universidad!

Y Jimin ya debió volver.

Su corazón se aceleró, ¿Por qué no estaba? ¿Y si...?

¿Y si se hartó de su actitud?

El omega apretó las sábanas y sintió unas lágrimas agolparse en sus ojos, pensando en todo tipo de escenarios del chico indignado por su patética escena del día anterior.

Hasta que la puerta fue abierta.

-Creí que estabas durmiendo- dijo de pronto Jimin pareciendo sorprendido- Necesitas descansar. Pero no puedes hacerlo sin el estómago vacío así que...

Yoongi lo miró también sin creerlo, hasta que recordó los detalles de la noche anterior. Como el grito o el golpe.

Oh, la había cagado.

El alfa de pronto desapareció del cuarto y antes de que pudiera siquiera parpadear apareció con una bandeja en manos.

Oh.

-Así que traje comida...- Jimin caminó hasta él, esta vez no se acercó y solo la dejó sobre la mesa de noche y se acomodó en su colchón.

Yoongi analizó la comida. Jugo de piña, arroz y carne, olía delicioso y su estómago reaccionó rápidamente al estímulo del aroma.

Luego dirigió las pupilas a Jimin que lo miraba esperando por su opinión animosamente.

-¡Oh! Y casi olvido decirte, me tomé el atrevimiento de ver tu horario-Informó, con una sonrisa pequeña y vergonzosa-Le pedí apuntes a uno de tus compañeros.