Kintsugi [JS]

21

Jimin suspiró, botado sobre el colchón en pleno estudio.

Observo a su costado, la cama vacía del omega. Él se encontraba encerrado en el baño, como últimamente acostumbraba.

El alfa temía acercarse a él y alterarlo. No quería volver a verlo mal nunca más, y a ese punto, ya no tenía la menor idea de cómo lidiar con él.

Tenía sus apuntes a mano pero sinceramente, no podía prestar atención en lo más mínimo.

El aroma de Yoongi se volvía amargo, podía sentirlo incluso desde fuera del baño.

Estaba así desde hace un par de días, y hasta Jimin sentía que quería huir de esas cuatro paredes, a ver si eso solucionaba el problema.

Porque sí, creía que él era el problema.

Y por más vueltas que le dio, no entendía lo que pasaba por la mente de Yoongi. Estuvieron perfectamente durante esos meses, los acercamientos fueron lentos pero valiosos y significativos. Ahora que lo pensaba, eso probablemente fue algo más importante de lo que el omega podría admitir en voz alta.

Y ahora, parecía que todo estaba yendo por la borda. Y temía mucho pensar en eso.

Sin embargo, tampoco podía olvidar la manera en que lo observó cuando le pidió sutilmente que no se vaya.

¿Lo consideró? Realmente sí, pero no duró más de cinco minutos antes de que esos ojitos llorosos y voz rota se le reproduzca una y otra vez recordándole que Yoongi no lo quería así.

Y él tampoco.

Los pensamientos se le interrumpieron apenas escucho un tono de llamada a su costado, era el móvil de Yoongi.

Considero levantarse, tocar la puerta y darle el aviso, pero tan pronto como plantó un pie en el suelo, la puerta se abrió y reveló al omega.

Bien, Yoongi no solía recibir llamadas prácticamente nunca, así que tenía que admitir lo mucho que le picó la curiosidad el verlo ir rápidamente y contestar.

-¿Hola?-El omega se alejó un poco, pero todavía podía oírlo. De todas formas, él no parecía querer mantener la llamada en privado, le daba igual-Sí, estoy bien... ¿Cómo están ustedes por allá?

Jimin hojeó tontamente sus apuntes antes de mirar de reojo al chico que comenzó a caminar alrededor de la habitación. Su voz sonaba neutra y hasta feliz, pero su rostro solo denotaba que hasta hace unos minutos se había encontrado llorando.

Verlo así lo hacia sentir retorcijones en el estómago y a su propio lobo. En el fondo, estaba un poco desesperado por darle un mínimo de confort y paz.

Pero no era tan sencillo.

-No creo que pueda ir-Yoongi inhaló y exhaló, no podía ver la expresión que tenía porque estaba de espaldas, pero si oír su voz que repentinamente bajó de tono a casi un susurro que aún así fue audible para él-Sí, estuve... Yendo al psicólogo como dijeron.