Kintsugi [JS]

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》Buenos días
El departamento está disponible
Si todavía no has cambiado de opinión
Puedes venir a firmar el contrato.

Jimin estaba de excelente humor ese día.

Casi una semana después, él recibió noticias de Yoongi, podrían ser rommies.

Eso era genial, porque el hotel donde se estaba hospedando estaba consumiendo hasta su pobre alma, ¡Demasiado caro!

Esa misma mañana, fue directo a firmar el contrato. Nada grave, solo aseguraría de que el compromiso de pagar la mitad era suyo y solo suyo. Yoongi no estaba en riesgo ni problemas si es que por alguna razón, no lo hiciera.

Pero lo haría. Estuvo pagando bastante por cada noche de hospedaje, un mes de renta no se le comparaba.

Solo que al llegar, fue el mismo dueño del lugar quien tenía los papeles, y no hubo rastros del beta tímido.

Suponía que lo vería después de la universidad, por el momento, ya había llevado sus maletas dentro del departamento.

Él se veía como alguien a quien definitivamente quería como su amigo, además, vivirían juntos. Era primordial llevarse bien. Al menos así lo veía el alfa.

Con eso en mente, comenzó a prepararse. Debía ir a la universidad. Sería su primer día de clases, se había inscrito un poco tarde.

Tendría un montón de tareas encima y estaba retrasado con las clases. Lo sabía bien, pero podía enfrentar el problema con rapidez.

Al llegar al lugar, Jimin inhaló. No se consideraba alguien a quien le costase hacer amigos, así que trataría de llevarse bien con todos. Un poco de ayuda y compañía no le iría mal.

Se aseguró de tener en mente bien ordenado el horario antes de dirigirse a clase.

Jimin vió que no muchos chicos estaban reunidos allí desde fuera y observó los pasillos.

Su mirada se cruzó con una conocida. Era la mirada felina de Yoongi dirigiéndose a otra clase, como era obvio que ambos iban a la misma universidad realmente no sintió sorpresa.

-¡Oh, hola, Yoongi!-Jimin sacudió su mano enérgicamente al chico.

En cambio Yoongi fingió nunca haberlo visto mientras apretaba con fuerza los dedos en la correa de la mochila. Hasta que sus dedos quedaron blancos, y se adentró a clase a paso rápido.

El alfa inclinó la cabeza confundido. Raro. Aunque, quizá y el beta tímido no lo había visto... O quizá se puso penoso, cualquiera tenía sentido para él.

Se encogió de hombros y fue a su clase. Para su suerte, las sillas de enfrente estaban casi vacías, excepto por otro alfa rubio tomando notas distraidamente.

Con la idea de socializar, Jimin escogió sentarse justo al lado suyo.

Él dejó de lado sus notas tan pronto como notó una presencia, el alfa le sonrió amablemente notando como el otro lo analizó por un buen rato, antes de soltar-Hola, no he visto tu rostro antes, ¿Eres nuevo?

Sonó más amable de lo que pensó. De pronto era como si su sonrisa con oyuelos iluminara más que el sol-Ouh, hola. Sí, me he inscrito hace poco, soy Jimin, ¿Y tú?

Extendió la mano.

Él asintió a la información-Soy Hoseok, un gusto- él acepto estrechar sus manos alegremente-Sí quieres, puedo echarte una mano con lo que necesites. Sé que debe ser difícil integrarse a estas alturas.

Jimin sonrió en grande-¡Por favor! Estaría muy agradecido. Eres muy amable.

Él le dió una mirada tranquila y algo apenada, mientras veían al maestro presentarse en la clase-Me gusta ayudar en lo que pueda.

Las horas pasaron y ya era tiempo de irse a casa.

El alfa estaba feliz, sabía que su día iría bien, ¡Pero no pensó que tanto!

Ahora tenía un nuevo colega con quien ya hasta intercambió de números.

Salió entonces al patio de la universidad y esperó un buen rato, viendo a la gente salir más y más.

Tenía en mente esperar a Yoongi e ir juntos al departamento. Una buena charla para explicarle que ya llevo sus maletas allí y pasar ya la primera noche estaría bien, y de paso, hablar sobre cómo estuvo su día.

Sin embargo, una hora entera pasó y ni rastros del beta tímido.

Jimin frunció los labios, y se decidió a irse. Ya no quedaba nadie, Yoongi debía estar en casa, ¡Qué tonto! Pudo haber ido más temprano que él.

Sin más, suspiró, yendo de camino de cada con un rostro alegre.

Ya podría verlo en el departamento y volverse su amigo, estaba bien. Tenía todo el tiempo del mundo.