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Luego del maravilloso fin de semana que había tenido con Amelia, Luisita se pegó una ducha bien calentita y ya en el salón llamó a su ángel de la guarda, como ella le decía, Mateo para contarle los planes que había tenido e invitarlo a cenar a casa.

  - Buenas noches amor de mis amores. ¿Cómo estás? - Decía Luisita al abrir la puerta y abrazando a su amigo cuando llegó.

  - ¡Hombre al fin llegas novia a la fuga! - Luisita echó una carcajada entrando en la cocina para servir dos copas.

  - Llegué ahora hace un ratito del mejor fin de semana de mi vida, en serio Mateo. Amelia es de otro planeta, estuvo cariñosa conmigo en todo momento, me llevó a la playa, cenamos a la luz de la luna con una fogata... Ay Mateo estoy como en un sueño.

  - Guau, esa Amelia tiene que ser una genia en la cama.

  - Sí pero no te lo voy a contar. - Le contestó dándole una palmada en la pierna.

Se sentaron en el sofá cómodos y confidentes, empezaron a contarse como lo había pasado Luisita los primeros días después de la locura que había hecho de cancelar su matrimonio con un hombre de alto prestigio por una exconvicta y de medios limitados.

  -Luisita ten cuidado con todo, no te vayas a ilusionar porque luego el golpe puede ser peor. - Decía Mateo aconsejándola.

  -Mateo mírame a los ojos. ¿Tú antes me habías visto así de feliz?

  - No, nunca.

  -Pues entonces déjame disfrutar de todo esto que me está pasando. Soy feliz, tengo a mi lado a una mujer que me ama y me cuida y es la persona más maravillosa que conozco.

  -Luisita no quiero ser negativo pero ¿Tú has pensado los problemas que van a tener a partir de ahora?

  - Yo sé Mateo, pero quiero enfrentar todo lo que venga, arriesgarme por Amelia, ser feliz con ella sin importarme lo que opinen los demás ni las diferencias sociales. A mi solo me importa su corazón y voy a cuidar nuestra relación de todos los que quieran dañarla. - Le miraba Luisita esperando su consentimiento para aprobar su relación.

  - Solo me queda solucionar el problema de Sebastián de decirle que no me voy a casar con él, que ya no siento lo mismo que antes y que quiero terminar nuestra relación.

  - Pues entonces amiga, si estás segura de todo, estás enamorada y no te importa lo que piensen de ustedes, yo te apoyo y voy a estar a tu lado hasta el final para darte ánimos cuando te falten las fuerzas.

  - Mateo, ¿Puedo decirte algo? - Le preguntaba Luisita emocionada y con los ojos brillantes.

  - Claro, por supuesto.

  - ERES LO MÁS BONITO QUE ME HA PASADO EN MUCHO TIEMPO, GRACIAS POR SER COMO ERES CONMIGO, POR REGALARME TU AMISTAD Y POR ESTAR SIEMPRE QUE SE TE NECESITA SIN ESPERAR NADA A CAMBIO. - Mateo emocionado se acercó a su amiga y la abrazó con ternura para agradecerle que también estuviera en su vida.

  - Bueno ya, que se me va a estropear el cutis tan bonito que tengo por tu culpa. - Luisita se reía feliz por tener a su lado a su gran amigo.

  - Venga levántate, espabila y vamos a trabajar. - Le decía Mateo dándole una palmadita en la pierna.

  - Ay con lo bien que estaba yo en playa...

Ya de camino al bufete Luisita iba hablando con Mateo y le decía que como iba a actuar ahora delante de Nieves para que la secretaria no se diera cuenta de que ella y Amelia estaban enamoradas si cada vez que tenía delante a esa mujer se la comía a besos con la mirada.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora