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Luego de que Devoción consiguiera el dinero que le había pedido a Sebastián y haberlo chantajeado con contarlo todo se regresó al barrio con su amiga Susi y cuando estuvo en su casa tranquila después de tener de frente y temblándole las piernas a doña Pía, buscó la manera de comunicarle a su hija de que ya no sería necesario que siguiera robando para pagar la deuda que tenía pendiente con El Hierro, que podía olvidarse de todo y empezar una nueva vida con la abogada, que aunque no estaba muy convencida de esa relación por los problemas que podrían encontrarse en un futuro, si Amelia era feliz con ella haría todo lo posible para que así fuera. Para ello cogió su teléfono y marcó el número de su hija para decirle que se vieran más tarde porque tenía una noticia importante que decirle.

  - Hola mi amor, ¿Dónde estás? - Preguntó Devoción a su hija cuando descolgó el teléfono.

  - ¿Mamá qué pasó? - Amelia se extrañó de la llamada.

  - Mi vida ¿Te queda mucho para salir del trabajo?

  - No... Sólo me quedan algunos documentos que repartir y regreso a la oficina.

  - Está bien, cuando puedas vente al Scorpio, tengo algo muy importante que decirte. - Dijo Devoción entusiasmada.

  - ¿Mamá estás bien?

  - Sí sí hija perfectamente.

  - Esa cosa que tienes que decirme me ha puesto un poquito nerviosa. ¿Pero pasó algo malo?

  - No mi vida, no te preocupes porque es lo mejor que nos hubiera podido pasar.

  - Ok, pues termino rápido y voy para allá.

  - Aquí te espero. - Contestó Devoción con nervios de que llegara el momento.

  - ¡Ay Susi no lo puedo creer, 37.000€, nunca había tenido tanto dinero junto en mis manos! - Dijo con alegría a su amiga que también estaba feliz por ella.

  - Podías haber visto mucho más amiga.

  - Lo único que me importa es liberar a mi hija de esa responsabilidad, una vez libre seguro que cambiará todo para ella.

  - Sí pero podía haber cambiado mucho más con 100.000€.

  - Susi para tí todo es dinero...

  - Ay mi amor el dinero es todo, el dinero es lo que te tiene así de contenta, mírate, parece que te tocó la muñeca chochona en la tómbola, lo que pasa es que eres igual a Justo que no quieres reconocer la verdad.

  - Oye, ¿Dónde estará Justo? - Preguntó Devoción a Susi por su marido que siempre estaba con ella.

  - No sé ya aparecerá.

  - ¿Y si no?

  - Ay mejor no pensar en eso, mejor vamos a contar el dinero porque yo no me fío de la bruja esa. - Contestó a su amiga sacándole una risa.

En el mismo lugar a la salida de la casa de Devoción se encontraba el detective que doña Pía había contratado para que siguiera todos sus pasos allí donde fuera y le informara a la señora.

  - ¿Sí? Pepe soy Carlos, quiero que me busques información de una persona. - Anunciaba el detective a su compañero al otro lado del teléfono.

  - Su nombre es Devoción Ledesma y tiene una hija sobre unos 24 años, investiga todo de ella menos su dirección porque ya estoy delante de su casa y mucho cuidado con la investigación porque tenemos un dinero que recuperar y no nos podemos permitir ningún fallo.

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Al rato como le había informado a su hija, Devoción ya se encontraba en el Scorpio trabajando junto a Susi en la cocina y nerviosa explicándole como iba a contarle a Amelia la verdad sobre como obtuvo ese dinero.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora