29

482 50 179
                                    

Al día siguiente llegaba Luisita con Mateo al bufete contándole todo lo que le había pasado con la morena y los planes que  tuvo la noche anterior. El abogado, como siempre, era la mitad de la razón y la rubia, la loca que se dejaba llevar por sus impulsos pero siempre encontraban el equilibrio perfecto para que ninguno se fueran a caer.

  - Luisita, no me puedo creer que hayas terminado buscando a Amelia a ese lugar, el Scorpio. - Le dijo el abogado sorprendido por la valentía que sacó la rubia.

  - Mateo, fui a darle una sorpresa a Amelia, tenía ganas de verla, besarla y de apretarla contra mi cuerpo de tanto que la echaba de menos. - Respondió Luisita abrazándose a sí misma recordando la cara de la morena.

  - Definitivamente estás loca perdida, ¿cómo se te ocurre meterte en ese barrio de gente indigente que pueden hacerte algo? Es peligroso para tí. - Le preguntó Mateo preocupado.

  - Mateo, cualquier sitio en el que esté Amelia y le guste a ella, es bueno para mí. Conocí a sus amigas, vi de nuevo a su madre, un poco rara la señora también te digo, y presencié un show de bailarinas bastante sexys, una noche para repetir de nuevo.- Recordó Luisita el baile de Berenice mordiéndose el labio.

  - Me imagino lo que pudiste encontrarte ahí. - Le respondió el abogado haciendo una mueca de susto.

En ese mismo momento llamaba Nieves a la puerta de la oficina de Luisita pidiendo permiso para entregarle los últimos documentos recibidos.

  - Con permiso. - Respondió Nieves asomando la cabeza.

  - Pasa Nieves, ¿qué tenemos hoy? - Preguntó Luisita.

  - Sólo recibí estos recibos de aquí. - Contestó la secretaria acercándole los documentos con la cabeza agachada y triste.

  - Nieves, ¿qué te pasa? - Le preguntó Mateo al verla tan apagada.

  - Es que estoy pensando en Fede, hace días que no me llama, no me habla para saber cómo estoy y ni siquiera lo veo. - Contestó Nieves con los ojos brillantes.

  - Nieves, no te preocupes, a lo mejor le surgió algún imprevisto. - Intentó tranquilizarla Mateo para que se animara.

  - Yo creo que es otra cosa Licenciado.

  - Dale tiempo Nieves, ya te llamará. - Contestó Luisita dándole ánimos.

  - Eso espero, con permiso. - Respondió de vuelta la secretaria marchándose a su escritorio.

En ese instante llegaba Amelia para empezar su día en el bufete soltando su maleta en el suelo y preguntando a Nieves el plan de trabajo.

  - Buenos días Nieves, ¿cómo te va?

  - Ahí vamos morenita, mal de amores pero por lo demás bien.

  - Todas alguna vez tenemos problemas en el amor pero si merece la pena, hay que arriesgarlo todo. - Le contestó Amelia guiñándole un ojo para animarla.

  - Eso sí es verdad, gracias por el consejo morena. - Respondió con una media sonrisa.

  - ¿Para qué soy buena hoy?

  - Ya la Licenciada tiene todos los documentos para entregar, te está esperando en la oficina.

  - Voy dentro. - Respondió marchándose a la oficina de la abogada.

  - Con permiso. - Dijo Amelia asomando la cabeza con una sonrisa de picardía.

  - Buenos días, ¿cómo estás?

  - Bien, muy bien. - Respondió Amelia un poco nerviosa acercándose al escritorio.

  - ¿Volviste ayer al Scorpio? - Preguntaba Luisita un poco celosa y con una risa escondida.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora