Epílogo

596 25 2
                                    

Medianoche...

Día de la boda.

Lady Alexia.

Detengo el beso y decido alejarme de él, empiezo a caminar para irme de la habitación, pero detiene mi salida. miro a los ojos de Giotto.

—Giotto, ¿lo dices en serio? Tienes todo lo que un hombre podría desear. Eres rico, eres guapo, podrías elegir a cualquier mujer que quisieras —me mira obvio.

—Alexia, sé que podría tener lo que quisiera, pero eso me aburre. Quiero a alguien que no esté desesperado por mí. Quiero algo real. Lo digo en serio. Te quiero a ti —me intenta tranquilizar.

Giotto me acerca, le levanta mi barbilla y vuelve a besar suavemente mis labios. Me derrite su tacto, me derretí en sus brazos, me invadió una sensación que nunca antes había sentido.

—Giotto... —murmuro en voz baja.

—¿Sí, mi princesita mimada? —responde, en tono de broma.

Suelto una risita nerviosa.

—Nunca he estado con un hombre. Me refiero a que soy virgen. No he regalado esa parte de mí a nadie —miro de soslayo, avergonzada.

—La princesa tiene un secreto —dice, juguetonamente—. Lo sé, lady Alexia. Seré un perfecto caballero. Uno de verdad. Prometo cuidar de usted en todos los sentidos.

Él me abraza con delicadeza, le doy una mirada de aprobación mientras él deslizaba sus manos hacia la parte baja de mi espalda y me miraba... su futura esposa. Que bonito se escuchaba eso. Cogiéndome de la mano, Giotto me conduce por el pasillo hacia la cama, en la que siempre me dejaba cada noche antes de ir a su habitación.

Me temblaban tanto las manos mientras estábamos camino hacia la cama. Nunca había hecho esto con nadie y solo me lo ha imaginado con un hombre.

¿Es esto real?

¿Estoy realmente a punto de convertirme en una mujer?

Miraba con anhelo y mucho miedo a los ojos de Giotto, lo veo y él tiene una mirada que me tranquiliza al instante, sus ojos brillaban de una manera hermosa.

Sabía que sus sentimientos son verdaderos.

Al borde de la cama, Giotto vuelve a tomarme en sus brazos. Me miraba a los ojos y sabía que estaba nerviosa, pero excitada al mismo tiempo. Me besa profundamente, Giotto lleva una mano a la parte baja de mi espalda y con la otra me acaricia suavemente el pecho derecho. Me derretía aún más entre los brazos de Giotto, que empezaba a besarme en el cuello. Él empieza a desabrocharme la blusa, dejando al descubierto mi piel. Yo empiezo a levantar la camisa de Giotto y este se la sube rápidamente por la cabeza. Su físico es extremadamente maravilloso. Él me sorprende mirándolo y disfruta del momento mientras me desabrochaba los pantalones y los deslizaba lentamente hasta el suelo.

Ahora estaba de pie frente a él en solo su sujetador y bragas, Giotto estaba duro como una roca con la excitación ahora. Se desabrocha los pantalones y los deja caer al suelo, me toma de los brazos y me coloca suavemente en la cama, poniéndose encima de mí y entre mis piernas. Giotto me desabrocha el sujetador y mis pechos quedan expuestos por primera vez. La sensación era perfecta y su mirada me mataba, sigue bajando hasta mis bragas de encaje y comienza a quitarlas mientras yo levantaba ligeramente las caderas para permitir que las sacara completamente.

Oh, Dios mío.

Respiro profundamente cuando el momento me golpea y me doy cuenta de que me siento completamente cómoda entregándome a Giotto. Al quitarse la ropa interior, él se expone a mí por primera vez. Realmente estoy impresionada por lo que ha surgido de su ropa interior. Deslizando lentamente un dedo dentro y fuera de mi inexplorado y apretado ser, él consigue que gima de excitación sexual por primera vez en mi vida.

El EmpresarioWhere stories live. Discover now