Capitulo dieciocho: Caminos diferentes

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Fluke estaba mirando el vacío, estaba en ese estado desde que había recordado, sus manos estaba aferradas a los zapatitos azules que pensaba regalarle a su prometido la noche de bodas, regalo que jamás pudo darle, Ohm no podía imaginar el dolor por el que estaba pasando, sin embargo, el verlo en ese estado le provocaba toda clase de sentimientos culpables, no imaginó la clase de horrores que tuvo que pasar.

—Mírame, cariño. Mírame... —Pidió, pero él seguía mirando el vacío y luego se acurrucó sobre la cama. —¿Fluke?, tienes que reaccionar, tienes que volver a mí.

—¿Volver?, ¿Qué sentido tiene volver? —Preguntó.

—¿No quieres ver a Dee y Mee? —Preguntó.

—Se los llevaron, se llevaron a mis bebés...

—Lo sé..., pero tienes que volver, Fluke. Ellos nos necesitan ahora, vuelve por favor. —Buscó sus manos y Fluke por primera vez esa noche le miró, luego lo golpeo fuerte en el pecho.

—Me dejaste, me dejaste solo... —Le reclamó.

—Lo siento, lo siento... —Intentó abrazarlo, pero Fluke odiaba que lo hiciera.

—No quiero que me toques, no me toques... —Dijo alejándose.

—No lo haré..., lo prometo. —Dijo levantando las manos, él bajó la guardia y por fin Ohm pudo ver siguiera un vestigio del Fluke de antes, aunque brevemente.

—Recuerdo que se los llevaron... —Se tomó la cabeza tratando de recordar más cosas. —Dijeron que no los volvería a ver... si no...

—¿Por qué?, ¿Por qué se los llevarían?

—Para que yo fuera Natouch. —Dijo abriendo mucho los ojos. —Para fingir ser él...

—¿Y donde está Natouch? —Fluke arrugó la frente.

—No lo sé, Ohm. No sé, él..., nuestro padre..., él es "El Santo" —Dijo de pronto. —Tengo que encontrar a mis bebés... Ohm. Tú padre sabe donde están, él es cómplice... —Se levantó de la cama, de pronto todo parecía tan claro para él.

—¡Espera!, ¡espera!, ¡Fluke! —Lo detuvo poniéndose entre la puerta y él.

—Apártate, tengo que buscarlos, Ohm.

—¡Escúchame!, ¿recuerdas la vez que fuimos a Nan?, ¿puedes recordar, Fluke?

—No..., ¿Qué tiene que ver Nan con salir de aquí? —Estaba furioso.

—¿Puedes sentarte por un momento?, tengo algo que decirte, pero necesito que estes bien primero. Fluke.

—Habla de una vez... —Ohm suspiró.

—Al orfanato de Nan llegaron dos niños hace unos meses, el profesor encargado me llamó porque servicios sociales quería trasladarlos a Bangkok...

—¿Son gemelos?, ¿los niños?, ¿Qué edad tienen? —Preguntó poniéndose una mano en el pecho. —Vamos a Nan..., hay que...

—Tranquilízate..., escúchame primero, siéntate..., por favor.

—Si..., me..., me sentaré...

—Son gemelos, tienen unos tres años, casi cuatro..., sé que uno de ellos se llama Dee..., ninguno de los dos hablaba..., solo entre ellos... —Fluke lloró.

—Les dije que..., les dije que no..., hablaran con nadie..., ¿Dónde están ahora, Ohm?

—Están aquí..., están aquí, cariño. Bajo este techo, contigo, conmigo... —Fluke se cubrió el rostro con sus manos y lloró amargamente.

HEREDEROS DEL PARAÍSOWhere stories live. Discover now