Capítulo seis: Un paso más hacia el presente.

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Tenía que reconocer que se estaba muriendo por besarlo, tenía que reconocer que lo amaba desde que era prácticamente un niño, pero ese mismo amor que sentía por él lo llenaba de miedo, dijo que estaba enamorado, pero Fluke tenia muchas dudas, las personas tendían a engañar cuando querían obtener algo, no soportaría un decepción, no sería capaz de volver a confiar en nadie si eso pasara.

—¿Quieres que te ayude con los niños? —Fue la pregunta a su confesión, Ohm solo sonrió divertido.

—Ponte la bata primero y... ¿Dónde está tu maletín, pequeño doctor?

—En el auto...

—Iré por él..., usa mi estetoscopio. —Dijo pasándoselo por el cuello, a Fluke le llamó la atención que fuera tan infantil incluso para escoger sus instrumentos.

—¿Qué clase de estetoscopio es este?

—¿Te refieres a los dibujitos de Olaf?, ohh, a los niños les gusta.

—Ya veo...

—También usas gorros con dibujos. —Observó más para si mismo.

—Has notado muchas cosas sobre mí, ¿verdad? —Fluke le entregó las llaves de su auto.

—Apresúrate... —Le dijo.

—Si, mi amor. —Respondió él.

Casi tres horas más tarde Fluke estaba agotado, de pronto sentía que cada centímetro de su cuerpo le dolía, también sintió los primeros síntomas de la gripe cuando estornudó y Ohm fue a ponerle una mano en la frente.

—¿Has estado tomando vitaminas, Fluke? —Preguntó preocupado.

—Claro que no, hace años que no necesito de vitaminas..., ¿espera?, ¿Cómo sabes que tomaba vitaminas?

—Sé muchas cosas sobre ti...

—¿Cómo cuáles? —Preguntó cruzándose de brazos.

Como que sufres de alergia al chocolate y al polen, que tu piel es delicada, que puede enrojecerse con tan solo tocarla y que te operaron de miopía a los quince..., también que...

—Ya, déjalo...

—Puedo describir el color de tus ojos, son verde claro, pero a menudo sobre todo cuando llueve se vuelven oscuros, a veces parece que fueran cafés, pero si te acercas lo suficiente puedes ver que cambian según la manera en como te sientes...

-No hables tonterías, Ohm. Las personas no cambian de color de ojos con las emociones...

—Ahora están verdes oscuros, eso te pasa cuando estas nervioso o cuando...

—¿Cuándo...?

—Ves algo que amas...

—Ohm... ya déjalo...

—Fluke, ¿dime si no se te acelera el corazón cada vez que estoy cerca?, ¿dime que no quieres estar en mis brazos?, ¿Qué no quieres que te bese?, ¿Qué no deseas que te diga todas estas cosas?, dímelo... —Susurró con su boca a unos centímetros de sus labios.

—Te lo digo..., no me gustas...

—Dímelo, pero mirándome a los ojos —Ohm le conocía tan bien, no sabia como, pero él podía leerlo, podía saber lo que estaba pensando. —Dímelo, cariño.

—No puedo... —Se sentía febril, de pronto solo quería cerrar los ojos y dejarse llevar. —Llévame a casa, por favor. No me siento bien... —Lo miró preocupado, y pronto estaba siendo levantado del suelo en dos fuertes brazos, justo antes de casi perder el equilibrio.

HEREDEROS DEL PARAÍSOWo Geschichten leben. Entdecke jetzt