Capitulo quince: Estar enamorado.

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Jamás había sentido tanto miedo en toda su vida, la incertidumbre de no saber quien era él, la culpabilidad que sentía por no saber toda la verdad, por quizás haber sido el responsable de que Fluke muriera en ese accidente, la posibilidad de que él estuviera esperando a su hijo, le hacía odiarse, cada vez que se veía al espejo sentía odio de él mismo por dejarlo ese día, por no ir a su lado, por ceder a las presiones de su padre, por no protegerlo, por saber que si se casaba con él Nathan Ritprasert destruiría todo lo que quería y a pesar de eso, a pesar de intentar proteger en algo al chico que amaba, su padre igual terminó quitándole todo.

Lo amaba todavía, lo amaría para siempre y muchas veces había deseado ir a su lado, pero Fluke se había ido lejos, a un lugar donde él no podía alcanzarlo, después estaba ese chico, la curiosidad le mataba y sabía la forma en que podía acabar con todo aquello, pero tenia miedo, tanto miedo de levantarle la ropa y ver si bajo su vientre el tenia aquel tatuaje, aquella flor que le volvió loco la primera vez que le hizo el amor.

Recordaba tan bien cada centímetro de su cuerpo que cuando levantó la ropa fue demasiado para él, quiso llorar porque aquella era la prueba que necesitaba, ese chico no tenía rastros de ese tatuaje, lo único que había ahí era una enorme cicatriz, tan grande que cruzaba todo el bajo vientre, señas de que él habría sufrido alguna especie de operación o quizás tal vez algún tipo de herida cortopunzante y no solo eso, tenía tantas cicatrices que le era imposible contar cuantas marcas tenía en su cuerpo.

Abrió los ojos brevemente, su angustia era evidente, pero por sobre todo su deseo de no ser tocado, pero luego el cansancio pareció vencerlo nuevamente y volvió a caer en esa inconciencia.

—¿Natouch? —Llamó tocándole brevemente la cara, pero no hubo respuesta. —¿Natouch?

—Al parecer solo es un cuadro severo de estrés, doctor Ritprasert. Tiene altos niveles de cortisol además de un déficit importante de vitamina D, presión arterial alta...

—¿Vitamina D?, ¿Por qué?, ¿Dónde ha estado?

—No lo sé, tal vez en un lugar donde no hay luz solar. —Dijo Sam. —Es increíble como se parece a él.

—Sin embargo, no es él... —Suspiró con deseos de que todo aquello fuera una pesadilla.

Ohm salió de la habitación luego de indicarle a Sam que le entregara las indicaciones, le dejó vitamina D en gotas y algunas medicinas destinadas a controlar su exceso de estrés, le preocupaba su estado en general, parecía tan maltratado, lleno de cicatrices, lleno de marcas como si hubiera sido torturado hasta el cansancio.

Estaba realmente confundido, no podía imaginar cuanto dolor pudo haber soportado en ese pequeño cuerpo, sin duda Fluke no tenía esas cicatrices, aunque todas parecían recientes, no pudo evitar notar que también tenia algunos impactos de bala en su pecho y abdomen, ¿Qué clase de vida estuvo llevando?, porque estaba seguro de que no era solo el hijo de un millonario.

Ese niño era el bebé con que Earth tantas veces soñó, ese niño que estuvo a punto de ser su hijo, ¿Por qué sentía que se había perdido algo?, ¿Por qué sentía que había sido un completo estúpido?, ese pudo ser su hijo, su bebé, un bebé de Earth y suyo, algo que los uniría para siempre, pero no, ese pequeño era de alguien más, alguien más era el afortunado.

Es realmente lindo tu hijo, Earth. —Dijo.

Lo es, realmente lindo.

—Ya debe tener, ¿cuatro años?

—Los cumplirá pronto. —Dijo él. —Gracias por traerme.

HEREDEROS DEL PARAÍSOHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin