CAPÍTULO 3

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6 de mayo del 2023


La lluvia se había soltado mucho más fuerte, las calles comenzaban a llenarse de neblina, las personas eran menos y el ruido del tráfico poco a poco iba siendo cada vez más fuerte.

Jungkook mantuvo la mirada en las gotas cayendo en el charco frente a él. Su mente estaba llena de pensamientos que incluían cosas del pasado, cosas dolorosas, cosas... que nunca pudo pasar por alto.

Sintiendo de nuevo aquella ansiedad, sacó la cajetilla de cigarros dandose cuenta que sólo tenía 3, suspiró y como acto seguido tomó uno, lo encendió y así finalmente lo llevó hasta su boca dando una primer calada.

- No sabía que ahora fumabas.

Jungkook desvió la mirada a aquella voz sintiendo como su corazón se detenía. Sus manos comenzaron a sudar en frío y por unos instantes mantuvo aquella seriedad para poder evitar mostrar su nerviosismo.

- ¿Qué haces aquí? -preguntó el menor sin darle importancia.

- Pues... -observó a su alrededor- aquí vivo.

El azabache permaneció en silencio lamentándose cada movimiento y cada palabra que salía de su boca.

- ¿Tú... donde estabas?

- A ti qué te importa -soltó de manera tosca mientras votaba la ceniza del cigarro-, no te debe importar una mierda lo que pasó conmigo o lo que pase.

- Jungkook...

- Fuiste un total imbécil -respondió viéndolo a los ojos-, y no quiero volver a repetir lo que pasó, pero si te repetiré que fuiste una mierda de persona y un asco de alfa.

Taehyung lo observó con seriedad para luego dedicarle una leve sonrisa, no podía enojarse por algo que era verdad.

- ¿De qué te ríes?, ¿acaso estoy contando algún chiste?

- Ya, tranquilo... -musitó sin quitarle la mirada-, veo que ahora eres más agresivo.

El azabache lo observó por unos segundos más para luego volver su mirada hacia el frente, tratando de no entrar en pánico debido al aroma adverso pues, su lobo lo estaba pidiendo a gritos, quería... abrazarlo y decirle cuanto lo extrañó, pero él solo quería golpearlo hasta que su sed de venganza terminara.

- Ahora te ves más maduro, ya no eres... infantil.

- ¿En serio?, ¿quizás porque ahora ya no soy un adolescente? -respondió con sarcasmo-, quizás porque en ese tiempo yo seguía siendo un niño que a penas conocía el mundo y que trataron como si fuera un juguete por alguien -entonó aquella palabra- que sí tenía la suficiente madurez para entender el por qué de la mayoría de cosas.

Taehyung desvió la mirada sintiendo tanta vergüenza en esos momentos. Con el pasar del tiempo se había dado cuenta que se había adaptado a una idea sobre ese pequeño que lo había llevado a hacerle creer que ser infantil era algo malo, cuando en realidad... era una manera obvia de un comportamiento de alguien que jamás había estado fuera de su hogar, sin su familia.

- Fui al servicio militar -habló de nuevo ante aquel gran silencio-, ahí... por fin me enseñaron a tener carácter y ser... lo que soy hoy.

- ¿Fuiste? -preguntó confuso- pero--

- No tenía a donde más ir -interrumpió.

Sacó otro cigarrillo para hacer el mismo procedimiento de antes. Sus nervios estaban desbordándose.

- Al salir del hospital... me llevaron a un albergue en donde pasé quizás una semana -contó-, ahí... las personas eran muy crueles con los omegas varones al punto en que los mismos necesitados... quisieron... -se quedó en silencio. Omitió esa parte-. Bueno, al salir para ir a conseguir algo de dinero, vi un volante donde informaban que en tal lugar estaban reclutando a los próximos en el servicio.

Taehyung prestaba total atención mientras lo veía.

- Ellos se burlaron de mi, dijeron... "¿un omega no debería estar en la cocina?, igual, necesitamos personal de limpieza" -tragó saliva-, yo estando harto de las burlas... me enojé y les grité que no les estaba pidiendo opinión, tomé las hojas frente a mi y... apunté mis datos, les prometí a ellos dos que los haría caer cuando estuviera en la cima y... -sonrió- así fue.

- Los alfas son idiotas.

- Como tú -atacó con una sonrisa-, todos quieren verse poderosos, fuertes, inteligentes pero... se basan en su casta y no en lo que realmente deberían de tomar en cuenta.

Taehyung permaneció en silencio de nuevo.

- Pero... luego están los alfas que son un verdadero amor de persona -sonrió aún más-, esos que... día a día te motivan a ser más y no te tratan solo como un omega, sino como persona.

- ¿Conociste muchos alfas después de mi?

- Por supuesto, pero hasta el día de hoy... no he dejado que ni un imbecil ponga sus labios sobre los míos, ni mucho menos sus manos.

El castaño suspiró. Habían pasado demasiadas cosas luego de aquel terrible suceso. Todo parecía haber cambiado pero, en él... a pesar de su máscara de seriedad, seguía viendo aquel pequeño omega que buscaba refugio en él, no obstante, sabía que ahora ya nada sería así.

Sus vidas dieron un giro dramático donde uno de los dos salió favorecido, y no estoy hablando de Kim.

Este por el contrario, a pesar de hacerse aún más rico, su ansiedad y depresión aumentó al punto en que buscaba cualquier tipo de omega para saciar sus necesidades, y no solo para tener sexo, sino... para tener una simple compañía. Su vida iba en picada buscando ese algo que lo sostuviera mientras buscara la forma de salir, pero... esa persona nunca había llegado... hasta ahora.

- Jungkook... yo... realmente lamento todo lo que pasó entre nosotros. Lamento... haberte dado un cachorro y después... quitártelo.

- ¿Te estás disculpando? -volteó a verlo sin expresión alguna.

Kim apretó levemente las mangas de su chaqueta.

- Sí, lo siento.

- Está bien... -suspiró el menor- pero yo no te perdono.

- Jungkook, me estoy disculpando, yo no--

- Sí, y yo dije que no te perdono -reafirmó-, una simple disculpa no va a devolver las lágrimas, los malos momentos, ni mucho menos me devolverá a ese cachorro, no va a devolver absolutamente nada de lo que pasó.

- ¿Puedo hacer algo al respecto?

Jungkook tiró la colilla de aquel cigarro. Con una sonrisa sarcástica tomó la sombrilla a su lado y sin decir nada más se alejó de aquel lugar caminando sin ningún rumbo especifico.

Sus ojos se habían cristalizado, su pecho dolía y su lobo seguía queriendo ir tras él. Estaba aguantando tanta presión que el "disculparse" fue la gota que había derramado el vaso.

Una disculpa no arreglaría su vida, una simple disculpa solo eran... 2 palabras, nada más.

I LEARNED TO PLAY |DPWT PT.2Where stories live. Discover now