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CAPÍTULO 13

24 de mayo del 2023
6:40 p.m

— ¿Deben irse tan pronto? —preguntó desanimado aquel azabache.

Jimin sonrió levemente para luego ir hasta aquel chico y abrazarlo tanto y tan fuerte como pudo. No quería irse, no quería volver a dejarlo en aquel lugar, pero debía regresar a su vida nuevamente pues, la vida no era sólo de decidir donde estar sino que, hay que planearlo de alguna manera.

— Tranquilo, estaremos en comunicación, ¿de acuerdo? Probablemente venga de vacaciones y me quede en la casa de mamá, que por cierto, estará muy feliz de verte de nuevo —acomodó el cabello adverso.

— Mándale saludos de mi parte —sonrió volviendo a abrazar al mayor— ¿me prometes volver?

— Te lo prometo.

— ¿Por la garrita? —mostró su dedo meñique logrando hacer reír a su mayor.

— Por la garrita —copió.

Sin esperar un poco más, Yoongi Jimin y la pequeña finalmente subieron al auto para luego irse poco a poco hasta que dejaron de divisarse a la lejanía. ¿Era normal sentir un vacío nuevamente? Estás últimas horas habían sido las mejores que había tenido Jungkook después de tanto tiempo y ahora... volvía a su vida gris.

— ¿Estás bien? —preguntó Namjoon acercándose hasta quedar de frente— ellos estarán visitándote, no te preocupes. ¿Quieres una taza de café? Hace mucho frío de nuevo.

— Sí, claro, aunque... —suspiró viendo la hora en su teléfono y además de eso, los mensajes de Manduk—. Bien, solo una, luego debo volver con los chicos.

Ambos hombres fueron dentro de la casa una vez más. La mirada del menor se encontraba muy brillante y era por la evidente razón de querer que sus amigos regresaran, pero, debía reprimir ese sentimiento, tal y como lo hizo en el ejército. Pensar en lo que hay de frente y no en lo de atrás.

El azabache caminó hasta la sala en donde se tumbó sobre el sofá. Sacó su teléfono y comenzó a contestar los mensajes, siendo los de Manduk los más importantes.

— ¿Mañana irás a trabajar?

— Claro.

— Pero... —dejó la taza sobre la mesa al frente del sofá— bueno, podría hablar con que te dejen salir... más...

— Debo trabajar, Hyung, sino... ¿como lograré comprar mi propio apartamento? —bajó el teléfono sobre su pecho viendo el candelabro en el centro del techo—. No quiero... volver a lo mismo de ser un mantenido porque luego, yo no tengo nada, se van y me dejan en la calle como un perro que... —suspiró.

— Se sabe que Taehyung hizo mal cuando--

— Yo hice mal al creerle a un alfa mayor que solo buscaba satisfacer sus necesidades conmigo. Estuve... tan sumido en mi mundo, en ese mundo que... no vi que estaba yendo a mi propia muerte. La vida es dura, ¿qué fue lo que aprendí?, primero yo, segundo yo y tercero yo.

Aquel alfa observó por unos segundos al omega a su lado. Nuevamente veía en él la rigidez, el frío y la forma de querer olvidar sus problemas con su indiferencia.

— Ya que no quieres... que te dé, puedo prestarte algo de dinero para que salgas de ese hotel —musitó buscando una solución— o puedes quedarte aquí.

— No puedo, hyung, lo siento —respondió apenado.

Namjoon mantuvo su sonrisa para luego seguir tomando de su café. Ese chico era tan sensato y tan rígido ahora.

Sin decir nada, solamente se recostó en aquel sofá a su lado mientras escuchaban la suave música de fondo hasta que la lluvia la acompañó. El menor poco a poco fue cerrando sus ojos hasta que, en cuestion de minutos, el sueño lo invadió llevándolo a dormirse sin más.

Kim al darse cuenta de esto aumentó la calefacción en el hogar debido al notable frío que el omega presentaba. Sabía que llevarlo cargado a una cama no sería lo correcto ya que, él ya no era como antes y el hecho de tocarlo era algo que no permitiría; además, su instinto lo llevaba a despertarse sin más cada vez que sentía algún movimiento. Su cerebro estaba aún muy reciente de su entrenamiento.

— ¿Te has dado cuenta? —musitó mientras lo observaba.

— ¿Hm? —respondió el menor aún un poco consiente.

— Nunca dejé de sentir... lo mismo por ti —susurró—. Ahora que te veo de nuevo, ¿es raro que lo sienta tan pronto?, verte... sano y a salvo me hace sentir como que yo fuera responsable de ti de ahora en adelante —suspiró recostándose un poco mientras observaba al techo— y no es algo malo, simplemente, mi lobo reconoce al lobito herido de años atrás... y quiere corte--

— Hyung —musitó abriendo sus ojos un poco.

El corazón de Kim comenzó a latir mucho más, ¿lo había escuchado?, claro era su intención pero no del todo ya que esperaba que este no lo recordara.

— Te extrañé —soltó con una pequeña sonrisa— profesor...

— Ya no soy profesor, soy un rector —corrigió— pero, yo también lo extrañé, joven Jeon.

Aquel alfa mantuvo la mirada en el menor acercándose poco a poco observándolo detenidamente. Su piel, su rostro, todo en él era tan hermoso como lo recordaba. Ese omega seguía teniendo ese algo que lo hacía atractivo, más de lo normal.

Fue en ese momento donde el teléfono del susodicho sonó. Al ver la pantalla mostrando un "Manduk Hyung" supo nuevamente que era aquel alfa con el que vivía, ¿su compañero de servicio?, ¿por qué lo llamaba tanto?
La curiosidad le ganó y finalmente, contestó.

— ¿Jungkook?

— ...

— ¿Vendrás a casa? Preparé pizza como te gusta, también un poco de gimbap y--

— ¿Quién habla?

— ¿Hola?, ¿Jungkook?

— Creo que él no llegará esta noche, él--

— Hyung —habló levantándose tan rápido como pudo— ¿me quede dormido? —suspiró— Debo ir con mis hyungs.

— Pero está lloviendo.

— Debo ir, ya estuve mucho tiempo lejos de ellos y puede que hayan hecho un desastre en las habitaciones.

Namjoon mordió levemente sus lengua para luego colgar la llamada. Suspiró y sin más se puso de pie luego de ver al omega hacerlo. Estaba... algo molesto de no poder tenerlo ahí con él pero, no iba a retenerlo.

Jungkook sin esperar más salió de aquella casa notando que la lluvia hacía cesado un poco, así pues, aprovechó para poder irse a "su hogar" pronto. Algo que a Kim lo puso... algo celoso.