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Era un día lluvioso oyendose como el cielo rugía detrás de las nubes grises; personas vestidas de negro se reunían alrededor de un niño para darle sus condolencias mientras esté observaba con una mirada vacía la tumba de sus padres.
Tres días atrás llegó la noticia al ducado Homliord del fallecimiento de los duques de Ducktor en un accidente en la carretera, al parecer cayeron hacia un barranco, la verdad no sé bien qué fue lo que pasó, en la historia original solo decía… ”y sus padres murieron en una noche con niebla"  eso es todo, no venía la causa de la muerte pero sí fue una noche con niebla explicaría el por qué cayeron al barranco ya que es posible que no pudieran ver nada.
Mis padres decidieron ir al funeral para dar el pésame al nuevo duque de Ducktor, pensaron que sería buena idea que yo fuera para consolarlo en estos momentos difíciles, pero después de lo sucedido en su cumpleaños no hemos hablado. 
Al llegar al ducado Ducktor empezaron a caer unas gotas para acompañar a este triste día, apenas cruzamos la puerta y busqué con la mirada a Enzo, él se encontraba pálido y con ojeras de seguro por no haber dormido. Mi padre me dijo que fuera con él pero mis pies no se movían, cuando un señor gordo y bajo dijo que era hora de ir al templo. Salimos y volvimos a subir al carruaje, vi como Enzo iba acompañado de ese señor, acaso será un tío por parte de la fallecida duquesa.
En el templo había más gente esperando la llegada de Enzo; el templo es mediano con bancas de madera y tiene vitrales como los de una iglesia en mi anterior mundo. Mientras caminábamos hacia delante más velas prendidas veía, en el centro enfrente de una estatua de un Dios se encuentran los ataúdes de los duques. Tomamos asiento en las bancas principales y esperamos a que Enzo llegará al frente, todos se pararon y yo los imite, una oración al unísono se oyó y volvimos a sentarnos. Fue en eso que Enzo y yo chocamos miradas al dirigirse a su asiento a lado de mi padre; en sus ojos se ve el sufrimiento por el que pasa, no puedo ni imaginar lo que debe estar sintiendo, si yo perdiera a toda mi familia y me quedara sóla sería el peor castigo de todos ya ellos aquí y ahora son todo lo que tengo, en mi anterior vida la disque familia que tenía me veían como una cosa inútil que jamás debió haber nacido pero aquí eso es diferente, sentir los abrazos y afecto de una madre no tienen precio y Enzo lo ha perdido para siempre.
Durante lo que supongo es la misa ya que aquí no se si es lo mismo, se prendió un incienso con un olor similar a la canela. Un sacerdote vestido de blanco con azul claro puso sus manos a los lados levantandolas, cerró los ojos y dijo:

– Dios ten piedad de estás almas y dales la bienvenida al cielo.

Con eso se acabó la ceremonia dentro del templo y salimos en dirección al cementerio que se encuentra atrás. La lluvia se iba intensificando cada vez más, todos tenían sus paraguas y se reunían para el entierro, Enzo estaba adelante mirando como los ataúdes en los que se hallan sus padres eran poco a poco cubiertos con tierra mientras que el sacerdote cantaba algo y al terminar los presentes fueron a dar sus condolencias para después retirarse diciendo: "que desafortunado que es, lo mejor será no acercarse nos pasará la mala suerte" y "pero si es muy pequeño para dirigir un ducado, lo llevará a la ruina", si yo puede escucharlos era seguro que Enzo también. Al final todos se retiraron dejando a ese niño atrás. Me quedé un poco más viéndolo, esperando a que se fuera también pero el tipo de antes se acercó junto con una niña de cabello rosado la cuál abrazó a Enzo; era la protagonista, el amor de su vida y también su prima por parte de su madre. Al verlos decidí irme ya que no tenía nada que hacer aquí.
Ya en casa mi padre se fue directo a su oficina para seguir trabajando, mi madre se limpió unas lágrimas que salían por perder a su amiga y mi hermano me acompañó a mi habitación; estando en silencio mis pensamientos empezaron a mortificarme, sentí una culpa por la muerte de los duques Ducktor y que Enzo los haya perdido, es cierto que no nos llevamos bien aún así nunca les deseé la muerte o tal vez sí… ya no lo sé, estaba enojada y me acordé que ella moriría, pensé que se lo merecía pero…
Salí de mi cuarto tan deprisa porque sentía que esos pensamientos iban detrás de mí, me perseguían por haber hecho que ellos murieran, yo conozco la historia pude haber cambiado este suceso. Decidí ir en la parte de atrás del castillo en donde se encuentra un pequeño bosque al que casi nadie va; quería únicamente alejarme de todo por un momento, sentí como la lluvia enfría mis pensamientos cuando de pronto escuché una voz conocida.

– ¿Señorita Alizée? ¿Se encuentra bien? —era Brishen quien sostiene una espada de madera, al parecer entrena a escondidas aquí.— Quiere que llame a su hermano pa…

– ¡No! No es necesario. —dije casi molesta.

– Supe que hoy fue el funeral de los duques, debió ser impactante para usted ya que nunca ha ido a un funeral. —dijo Brishen tratando de aligerar mi humor pero era lo contrario— Entiendo su tristeza ya que usted es muy cercana a la familia Ducktor pero estoy seguro que…

– ¡Basta! ¡Ya cállate! ¡No soy cercana a ellos! ¡Es más, ni siquiera le dije unas palabras de alivio para Enzo! ¡Me alejé de él cuando más me necesita, eso no es lo qué una esposa haría! ¡Yo! Yo… fue mi culpa que sus padres murieran… Es mi culpa… debí haber hecho algo. —no pude parar mi boca, salió todo lo que sentía, el remordimiento que desde que me enteré y vi a Enzo no paraba de latir en mi pecho; lágrimas brotan mojando mis cachetes.

– …Es la primera vez que la señorita Alizée me habla así. —Brishen dijo calmadamente y tocándose el cuello.

– Yo… lo siento. —las lágrimas no paraban, tenía este sentimiento que se extendió por todo mi pecho pero no era para desquitarme con Brishen.

– No tiene porque disculparse, es mi culpa por hacerla enojar. —se sentó en el suelo mojado.

Estuvimos un rato así, él sentado en el pasto y yo parada, ambos empapados por la lluvia sin decir nada hasta que fui yo quien rompió el silencio.

– ¿Debí hacer algo, cierto? Yo pude hacerlo o decirle algo a Enzo pero… —sentí la mirada de Brishen.

– Pero es una niña. —lo dijo sin ser un insulto o recalcando lo obvio sino con compasión.— Apenas cumplirá ¿Qué unos diez?

–Nueve… cumpliré nueve. —respondí con voz baja.

– Lo ve ¿Qué culpa tiene una niña de nueve años de la muerte de otros? —me dijo esperando que le respondiera pero no lo hice por lo que se levantó y tomó mi mano— Ninguna.

Ese día perdí la poca comunicación que tenía con Enzo pero la relación con Brishen creció tanto que vernos de enfrente y reírnos se había vuelto algo común. No podía dejar de pensar lo genial que es estar a su lado.




Lo hice por ti Where stories live. Discover now