11

366 18 0
                                    

Para mi amada señorita Alizée.
He pasado una gran prueba al estar a lado del príncipe Raymond y del duque Ducktor sin tener las ganas de darles un puñetazo. Ha sido un mal tiempo pero tú recuerdo me anima, lo único bueno de esto es que tu padre y hermano me tratan mejor así que tengo la esperanza que me acepten y dejen que nos casemos.

Con todo mi cariño Brishen.

Esta fue la última carta que recibí de Brishen, las cartas dejaron de llegar y nos quedamos en la incertidumbre de lo que sucedía en campo de batalla, no soy creyente del dios de este mundo pero le reze esperando a que oyera mis oraciones para que mi familia y Brishen regresaran a salvo y al fin sucedido. Fueron tres años que los vi partir y por fin regresan, escuché que Brishen es ahora es un héroe y con honores, con eso no habrá objeción en que nos casemos.
Todo ha ido bien excepto por las pesadillas que he tenido las cuales se hacen cada vez más frecuentes, me da miedo pero no tengo a quien contárselo ya que me trataran de demente. A veces he sentido que no estoy sola en este cuerpo, es como si otra persona estuviera conmigo, puedo oír su murmullo detrás de mi cabeza, llamándome, me hace sentir que hay una parte de mi que todavía no conozco; será posible que sea la anterior Alizée intentando tomar el control. No ¡Jamás lo permitiré! ¡Está ahora es mi vida, solo mía!

– Señorita Alizée, la duquesa requiere de su presencia en la entrada. —dijo Cas felizmente.

– Sí, ya es el momento. —dije con una sonrisa.

Camine rumbo a la entrada y me paré a lado de mi madre que lucía hermosa con su cabello negro largo con decoraciones en el, me gustaba antes mucho su cabello, quería tenerlo igual al suyo y no el feo color amarillo paja que tengo pero eso dejo de importarme cuando Brishen dijo que le gusta.

– Te ves muy bien querida. Acaso estás ansiosa por la llegada de tu héroe. —dijo mi madre.

– Sí, no puedo esperar más para verlo. —dije mientras apretaba mis dedos por los nervios, pensaba en lo mucho que habrá cambiado.

– Tu padre y hermano, se desilucionarán si descubren que no estás emocionada por su regreso. —dijo entre una sonrisa.

– Claro que también estoy emocionada por ellos.

En eso se escucha a lo lejos las pisadas de los caballos y los pasos de los caballeros detrás. Poco a poco veo los estandartes de la familia Homliord que se acercan y el ruido se hace cada vez más fuerte hasta que veo a mi padre con su armadura que brilla igual que su cabello. No puedo evitar despejar la mirada de él ante lo genial que se ve. No tarda en pasar las rejas que protegen el castillo para después pararse frente a nosotros, baja de su caballo y se quita el casco.

– Bienvenido a casa Henry y también a ti hijo mío. Vamos a pasar para que descansen. —dijo mi madre para después cubrirse la boca. 

De lo distraída que estaba no note a Dereck que estaba a un lado de mi padre luciendo diferente, tenía el cabello largo y barba, a mi punto de vista su apariencia me da risa pero muchas chicas le daban miradas coquetas.

– Hermano, padre ¡Bienvenidos! —dije para después darles un abrazo a cada uno.— Es bueno tenerlos de vuelta sanos. 

– … Gracias muñequita. —dijo mi padre quien se veía cansado.

– Vamos, entren para que tomen un baño, coman y duerman. —dijo mi madre.

Entraron pero yo me quedé para buscar a Brishen y también darle la bienvenida.

– Él no está aquí, el príncipe se lo llevó al castillo ya que son amigos ahora ya que le salvó la vida. —dijo Dereck sorprendiéndome.

– Entiendo. —dije.

– Descuida Ali, dudo que te cambie por un príncipe ya que no es su tipo o eso fue lo que nos dijo. —habló Dereck

– ¿De qué hablas? —no le entendía a su broma si es que lo era.

– Lo que dijo es que nos dejó en claro que le gustas, en estos tres años solo decía que se casaría contigo. Argh estoy cansado iré a mi cuarto. —dijo Dereck viendo mi cara toda roja y por último dándome un beso en la frente.— Ya extrañaba tus reacciones chistosas.

– Pues…pues tú pareces un mendigo y hueles horrible. —dije para después salir corriendo hacia mi cuarto

Solá en mi habitación empecé a saltar de alegría por lo que había escuchado. Brishen había declarado por tres años que se casaría conmigo y siendo ahora un héroe que es amigo del príncipe por salvarlo es ya casi un hecho que me casaré con él solo falta que le pida permiso a mi padre que dudo que se niegue ya que será el suegro de el gran héroe que salvó a nuestro reino, ese título es difícil de obtener por lo que podrá presumir por años o hasta generaciones. Dios si es que existes gracias por cumplir mis deseos. Gracias, muchas gracias. Pero debo esperar hasta que me lo pida ¿Pero no sé cuándo será? Lo mejor será estar preparada.

¡Ahh! ¡Soy tan feliz! —dije saltando nuevamente pero en eso sentí un escalofrío recorrer mi espalda y como me empezaba a faltar el aire.

Caí de rodillas sujetando mi pecho y un miedo se producía dentro de mí. No entendí nada hasta que paro después de que deje salir unas lágrimas. Jamás me había sentido así pero la inquietud que dejó era horrible. De pronto imaginé lo peor, lo único que pude hacer fue tomar mis rodillas y llorar esperando a qué nunca pasará nada, de qué, ninguna de mis pesadillas se hiciera realidad.
Me quedé dormida de tanto llorar que no note que ya se estaba poniendo el sol y pronto tendría que bajar a cenar con mi familia, me limpie la cara y cepille mi cabello.

– Solo espero que una vez me case este sentimiento de inquietud desaparezca.

Espere a la cena para bajar al comedor con mi familia, platicamos de los acontecimientos sucedidos en estos tres años separados para ponernos al corriente, fue en eso que mi padre habló seriamente.

– El rey hará un banquete para celebrar la victoria por lo que estaremos unos días en el castillo de su majestad. Tal vez así podamos encontrar prospectos para ustedes dos.

Hablamos hasta tarde y nos fuimos a dormir para después prepararnos para ir a la capital, debería de estar feliz pero por alguna razón me sentí triste y vacía. Así terminó el día y a la mañana siguiente era como ser yo de nuevo, como si lo de ayer no hubiera sucedido. 






Lo hice por ti Where stories live. Discover now