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El viaje a la capital llevo una semana desde el ducado Homliord, descansamos en posadas y retomamos el camino hasta llegar a nuestro destino donde el rey nos esperaba, el castillo era hermoso como el de un cuento de hadas pero con un aire de soberbia alrededor haciendo que pasar tiempo en el fuese incómodo, por lo que nunca nos quedamos mucho tiempo, las grandes puertas que lo protegían se abrieron y al bajar del carruaje ya había un sirviente que nos dirigiría a nuestras habitaciones. Él clima era estupendo por lo que mi madre y yo fuimos a tomar el té con la reina y la princesa, ambas muy serias, examinaban cada detalle en la elegancia de las personas. Todo iba normal hasta que apareció la señorita Lecia invitada por su primo el duque Ducktor, toda ella se resaltaba del resto de nosotras por lo que no pasaba desapercibida de las observaciones de la reina y la princesa, mientras, mi madre la ignoraba. La cena pasó sin mayores problemas siendo que los invitados más importantes no nos soportamos.
Al día siguiente se hizo una ceremonia para premiar y recompensar a los líderes que llevaron con éxito la victoria entre ellos estaba Enzo que recibió una mínima suma de premio por sus logros a comparación de mi hermano Dereck el cuál obtuvo una grata suma. A mi padre se le concedieron tierras cercanas a las nuestras, que tanto quería para agrandar el territorio de Homliord y obtener más ganancias. Al final apareció Brishen, se veía muy bien con su atuendo, parecía más un príncipe que el mismo príncipe Raymond, mi corazón empezó a latir tan rápido cuando se le concedieron tierras y un título nobiliario, el dé un conde, siendo ahora Brishen Mortin del condado de Morton; además, la reina le concedió una petición más por salvar al príncipe de una horrible muerte a lo que en ese momento Brishen voltio a verme y dijo:

– Pido la mano de Alizée Homliord. —dijo con la seguridad que quisiera tener yo para este sorprendente momento.

Todos se quedaron en silencio hasta que la reina, quien en un principio pensé que se opondría aceptó la idea.

– No veo porque un hombre como él no se pueda casar con una bella mujer como lo es la señorita Alizée. Estoy segura que el duque Homliord no se negara a tal petición siendo que su familia se unirá con un hombre que pasará a la historia como héroe.

Él duque se quedó en silencio por un tiempo hasta que apretando su mentón aceptó, con irritación y presionado por sus majestades que estaban encantados con la idea. En mi cabeza aún no procesaba lo que estaba pasando, no creí lo que escuchaba, estaba comprometida con Brishen, mi sueño se hacía realidad. Salí del trance en el que estaba cuando vi a Brishen cerca de mí, tomó mi mano, la beso con un cariño que solo él puede darme para después arrodillarse y decirme que si me casaba con él por lo que acepté entre lágrimas. Mi felicidad era tanta que sentía que me desmayaría en ese momento.

Los días siguientes pasaron tan rápido entre cenas, cazas, juegos y pláticas; mi madre llamó a la mejor costurera de la capital para hacer mi vestido de novia, para que estuviera listo antes de irnos de vuelta al ducado Homliord donde se haría la ceremonia en una de las capillas pertenecientes al ducado. Brishen pasaba mucho tiempo al lado del príncipe Raymond y yo acompañaba a la princesa Gloria, pasamos tiempo agradable juntos haciendo que mi opinión hacia ellos cambiará, viéndolos de buena manera, Dereck y mi padre por otra parte estaban disgustados con la idea de casarme pero sabía que después se les pasaría su molestia.

Un mes ya había pasado desde que llegamos y el lugar me parecía cada vez más agradable, la incomodidad de antes se había esfumado, mientras pensaba en como quería la recepción después de la ceremonia y en cómo arreglaría la mansión del condado Morton, Dereck tocó la puerta y entró.

– Mi querida Ali se que mi humor no ha sido el mejor desde tu compromiso con Brishen, pero, quiero que sepas que te amo mucho mi querida hermanita, la felicidad es lo único que deseo para ti, y como la promesa que te hice hace tiempo de darte lo que quisieras ya te la ha dado la reina yo te doy este obsequio para tu boda. —dijo mientras me daba un estuche de madera con un hermoso collar.

– Dereck, es hermoso. Seguro que es para mí. —dije dudando de que me lo diera ya que el collar era de oro, teniendo un rubí con diamantes alrededor de este. Un obsequio así era demasiado para ser un obsequio.

– Sí, sí claro, nadie más que tú puede usarlo. —dijo con el afecto propio de un hermano mayor.— El día de tu boda serás la más hermosa, mucho más que este collar.

– Gracias mi querido hermano. Me has dado tanto que temo que mi cariño hacia ti no sea suficiente. Cuando Brishen y yo nos establezcamos en el condado Morton te haremos una invitación para que pases un tiempo con nosotros.

Nos abrazamos y seguimos hablando de todo lo que haría antes de la boda y después de ella, le conté de la fecha que queríamos que sería dentro de dos mes, por lo que, los preparativos deberían estar listos para esa fecha.

Lo hice por ti Where stories live. Discover now