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El día es nublado y los ánimos de todos en el campamento es tenso, me gustaría decir que tal vez es por ser mi primera batalla que estoy reaccionando de forma dramática pero he empezado a creer que padre como Brishen esperaban está batalla con ansias. No nos hemos podido mover por culpa del príncipe.

Ali te extraño mucho como a nuestra querida madre, dale de mi parte un abrazo y reza por mi bien.
                                               Con cariño Dereck.

Dereck guardó la carta en un sobre y sello la carta, le dio dos cartas a un mensajero; decidió caminar entre el lugar lleno de caballeros.
Una semana y media se cumplía desde que habían llegado a los terrenos más lejanos del reino. Se esperaba ver a los enemigos pero solo unos pocos aparecieron pero no debían de confiarse, la situación era extraña para ellos ya que se esperaba que mil hombres del bando enemigo estuvieran acampando o eso se suponía por la información que les había dado el príncipe heredero.

– ¿Por qué debemos seguir esperando? Qué tal si es una trampa tenernos aquí mientras van a otro lado. —dijo un tipo perteneciente a la casa del conde Ardril, un viejo que se negaba a dejar su puesto en la familia y mandaba a morir a sus hijos en batalla.— Piénsalo bien, es posible que ahora estén dentro del reino.

– Eso no es posible muchacho —dijo Sir Alonso quien apareció detrás de mí— Este camino es el mejor que tienen para entrar al reino, las montañas son peligrosas por el clima en estos tiempos y el paso de Gesford está inundado por el río así que tendrán que venir por aquí.

Todos asintieron dándole la razón a Sir Alonso para después darle de golpes en la cabeza al tipo por querer bajar los ánimos. Dereck siguió adelante con su caminata observando el comportamiento de los hombres recordando las palabras de su madre antes de irse: ”No dejes que vean que tienes miedo o te darán la espalda." La duquesa sabía de eso ya que a su hermano lo mataron sus propios hombres y después de eso el ducado de Homliord pasó a manos del padre de Dereck.

– Joven amo el duque lo quiere ver en su tienda de inmediato. —dijo el paje de armas al servicio del duque.

Camino a paso apresurado con Sir Alonso detrás de él y cuando llegaron al frente de la tienda los anunciaron, una voz de dentro les dijo que ambos pasarán. La relación de Dereck y su padre era mínima, el respeto era lo que ambos tenían el uno por el otro o eso creía Dereck, las muestras de cariño eran solo para Alizée. Dentro se encontraba el duque mirando un mapa junto con otros nobles importantes.

– Dereck ven aquí un momento. —Dereck se acercó al llamado de su padre— Te daré una misión junto con el príncipe. —dijo el duque sin apartar su mirada del mapa.

– Sí padre. —respondió Dereck sin mucho ánimo.

– Te acompañará Sir Alonso junto con otros tres caballeros que él elegirá. —dijo el duque el cuál al fin levantó la vista.

Le explicó a Dereck y a Sir Alonso de qué trataba su misión a lo que ambos asintieron y salieron para prepararse para encontrarse con el príncipe a quien aborrecía. Dereck esperaba a Sir Alonso y los tres caballeros que los acompañarán, cuál fue su sorpresa al ver qué Brishen había sido escogido, él, un don nadie quien se aprovechaba de su hermanita enamorandola tontamente para herirla; al Dereck ser rechazado por la chica que le gustaba desde pequeño se había vuelto un poco amargado a la idea del romance y se sentía ofendido cuando Brishen en una plática se burló de su triste y fugaz primer amor. 

– Estamos listos, mi señor. —dijo Sir Alonso esperando las órdenes de Dereck.

– Vámonos si queremos llegar a tiempo. —dijo Dereck con una cara de disgusto que no se esforzó en esconder.

Lo hice por ti Where stories live. Discover now