Fairy Tail: Shinigami

99 Capítulo 99 - Fingiendo perder.

Fairy Tail: Shinigami de CORNBRINGER
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[Adam C. POV]

El mar resplandecía debajo de mí, una amplia lámina de vidrio que reflejaba la tenue luz del sol poniente. 

Muy por encima de todo, flotaba, esperando con calma lo inevitable.

Había demostrado ser más fuerte que mi oponente, pero al final, eso no resultó ser suficiente.

Había sido derrotado, no por su poder, sino por su cuidadosa preparación, eso o por su rápido pensamiento al hacer una mentira lo suficientemente creíble como para acorralarme.

Independientemente de cuál fuera la realidad de las cosas. Jellal me había dado un ultimátum. Toma el golpe o Magnolia lo hará en tu lugar. 

La elección había sido simple.

Una calma se había apoderado de mí, tan quieta y serena como el mar debajo. 

Era la tranquilidad de haber tomado una decisión, sabía que no me arrepentiría. Pero debajo de esa calma, ardía una determinación feroz. 

Esto dolería.

Mucho muy posiblemente.

Pero no sería mi final.

"¿Estás listo, Adam?" preguntó Jellal, su voz suave y burlona.

"¿Podrías irte a la mierda?" Respondí, mientras los vellos de mi brazo se erizaban, reaccionando al zumbido familiar de múltiples firmas mágicas que llenaban el aire. 

Siete firmas de energía, la mayoría de ellas familiares. Erza, Natsu, Gray, Happy, Lucy, Cana y alguien más que no conocía del todo, podía sentir a todos y cada uno de ellos acercándose a mi ubicación. 

A la velocidad a la que se movían, llegarían en unos minutos.

Bien.

Si jugaba bien mis cartas, su llegada me daría tiempo para confirmar si Jellal estaba diciendo la verdad o no, para decidir si debo o no irme a defender a Magnolia.

Sonriendo ante el pensamiento, cerré los ojos, escuchando el rumor lejano del océano, el viento susurrando a mi lado, sintiendo con cada segundo que pasaba cómo se acercaban mis compañeros. 

Era casi pacífico. Casi. Entonces, la calma se hizo añicos.

El zumbido del cañón Etherion llenó el aire, un ruido que parecía vibrar a través de la médula de mis huesos. Era un sonido de poder puro y crudo, una sentencia de muerte que resonó en el cielo. 

La luz de Etherion, cuando alcanzó su punto máximo, era de un blanco cegador y abrasador que iluminaba el mundo con un resplandor áspero e implacable.

Luego, con un chillido silencioso que rasgó el aire, el hechizo salió disparado hacia mí, partiendo el mar debajo de mí en dos mientras se acercaba. 

Podía sentir su calor incluso antes de que me alcanzara, el aire a mi alrededor chisporroteando y crepitando con energía, culminando en una explosión cegadora que no dejó nada intacto, mientras el dolor inundaba mis sentidos.

El mundo giró cuando fui arrojado hacia atrás, el humo y las llamas envolvieron mi cuerpo. Y sin siquiera darme cuenta, estaba cayendo, el aire me pasó corriendo mientras caía en picado hacia el mar. 

El impacto fue como golpear cemento, un golpe aplastante que sacó el aire de mis pulmones y me hundió en las profundidades heladas.

Me hundí, el mundo era un lío borroso y distorsionado a mi alrededor.