Capítulo 6

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El pelinegro lo empujó. No fuerte, no brusco, sino que fue un empujón casi gentil para que el menor retrocediera apenas dos pasos y deslizara sus dedos por encima del pecho de Zayn dejando una ausencia segundos después.

El mayor se repetía por qué la situación estaba mal. Y era ridícula, aparte. Pero también se mantenía firme en su conocimiento del por qué seguía allí. Porque lo sabía, conocía el motivo para quedarse desde la primera vez que vio a Louis.

Era la manera en la que el menor le enfrentaba con su mirada brillante y llena de cualquier emoción, la firmeza con la que le hablaba cuando no estaba tan nervioso ante su presencia, la manera retadora que tenía para soltar palabras y la forma suave en que se formaban sus gestos, en lo que llevaba de conocerlo, Louis se había comportado de diferentes maneras, déspota, gruñón, amable, calculador y Zayn se mantenía retenido por aquello, porque era diferente a lo que conocía o veía generalmente, porque no era como si no hubiese estado con algún otra persona en el pasado pero Louis no era emociones o personalidades fingidas para poder agradarle, se sentía distinto porque sabía que el interés de Louis en él iba más allá de cualquier cosa que pudiera pensar. Aunque le inquietara el imaginarlo.

Era solitario, sí, no conocía a muchas personas que le agradasen, también, pero ese no era un pretexto para querer meterse entre las piernas de Louis. Entendía que el chico le ponía algunas sensaciones a flor de piel pero no era como si eso no pudiera ignorarse.

Zayn sabía que tenía la fuerza de voluntad para arrumbar esos deseos en lo más pronfundo de su mente. Pero oh, sus actos no obedecían lo que su cerebro ordenaba.

Sus actos se guiaban por sí solos, pareciera. O se guiaban por lo que realmente quería hacer.

Y aunque lo contuvo mucho, al final, sometido ante la dulce imagen de Louis con la cabeza abajo, con sus pequeñas manos entrelazadas y sus pies juntos como si fuese un chiquillo esperando ser regañado, lo soltó. Porque era inútil querer ocultar aquello que también sentía. Porque aunque estuviese jodidamente mal, lo quería.

—No voy a tratarte como una jodida princesa. No voy a- —se maldijo por haber abierto la bocota cuando los brillantes ojos azules de Louis se levantaron para encontrar su mirada robándole todo el aliento. Contuvo el indicio de querer tragar saliva, le miró con ojos grandes también—. No voy a llevarte a citas, ni voy a darte regalos, ni nada de esas mierdas baratas. ¿Entiendes lo que quiero decir? No me interesa eso. Supongo que eres inteligente, supongo que ya sabes lo que es bueno y lo que no. —murmuró casi con apuro, queriendo callarse pero las palabras parecían salir solas, no deseaba echarse atrás, dejar de jugar con fuego y salir huyendo, pero debía, por supuesto que debía. No lo hizo, porque no era ese tipo de cobarde asustadizo—. Supongo que sabes por qué está sucediendo todo esto. Porqué sigo aquí frente tuyo. Porqué seguimos hablando.

Louis parpadeó e inocentemente dejó a sus labios moverse—. Porque te gusto también.

Zayn le mantuvo la mirada, pero no parecía tener emoción alguna en ella—. No —espetó firme al cabo de unos segundos—. No de esa manera cliché. No de esa for- Louis, ¿entiendes lo que quiero decirte? No quiero interpretar que estás entendiéndome y al final esto resulte desastroso. Soy un hombre y... A veces necesito-

Entonces Louis, quien miraba atento a Zayn escuchando y descifrando cada palabra, sonrió y el mayor se quedó corto de palabras cuando fue vagamente interrumpido—. Follar. No es tan difícil decirlo, Za-yn. —hizo énfasis junto a una mueca burlona—. Puedes pensar que soy un mocoso de instituto, pero la verdad es que no es así. ¿Quieres follarme? Bueno, quizás te sorprendería saber que quiero lo mismo pero supongo que no sería una sorpresa para ti. Eres tan caliente. Hagamoslo.

I'm not a good guyWhere stories live. Discover now