III

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                        ♧Confundido♧

— ¡Y entonces todo se volvió azul! ¡Fue muy divertido! ¡Uno de los mejores días de mi corta vida!

Fourth alza sus brazos y comienza a reír como si hubiese contado un grandioso chiste, aunque realmente está narrando la vez que decidió ayudar a su hermano mayor, un Alfa, a pintar su cabello de color azul porque se aburrió del castaño con mechas rubias que solía tener desde que cumplió dieciséis años, lastimosamente un poco de tinte acabo ingresando en sus ojos, volviendo su vista de aquel tono, dejando una anécdota muy divertida para contar a sus cachorros.

Phuwin vuelve a reír, aunque sea la tercera vez que escucha lo mismo, pero la emoción con la que cuenta el pequeño le genera una dicha fascinante. Contrario a Gemini, quien se quedó dormido sobre la mesa donde se supone ue debería estar su bandeja con alimentos. Aunque el pelirrojo sienta algo de asco al verlo así en ese estado, Fourth mira con ternura como los finos labios de su Alfa se mueven ligeramente en balbuceos bajos e incoherentes, con la mejilla aplastada y un delgado hilo de saliva que está saliendo de su boca.

— ¿Cómo puedes estar enamoradode esa cosa?

Phuwin se estremece como si estuviese viendo algo muy horrible, aunque sea solo por fastidiar al castaño.

— Es guapo, el Alfa más guapo que haya visto y es mi Alfa. — se señala con un dedo para dejar en claro su opinión, arrugando  la nariz porque no le gusta que hablen más de su Gemini.

Su manito se dirige al cabello que cae sobre la frente de Gemini, acariciando y enredando sus dedos en el cabello del pelinegro, porque le recuerda la noche muy oscura de aquella vez. Mejor dicho, todo de él le encanta, no hay algo que no lo haga. Incluso sabiendo que Gemini tiene errores como cualquier otro, Fourth está completamente enamorado hasta la médula y nadie va a cambiar eso.

— Yo no veo una marca en tu cuello. — murmura Phuwin, mirándolo con una sonrisa burlona, sin intenciones de hacer sentir mal al otro, pero diciendo lo obvio.

— No necesito una para que pueda asegurar lo mucho que me gusta, y sé que yo a él también le gustó, aunque no diga nada. — sorprende al pelirrojo cuando contesta con enojo poco conocido en un Omega, poniéndose de pie y moviendo el hombro de Gemini para despertarlo, ocasionando que el pelinegro golpee su frente en la mesa por la repentina acción del chico de lunares, continúa hablando. — Y sin tan amigo suyo y mío dices ser, no te debería importar un comino lo que pase con nosotros, es decisión de Gemini y mía, no del resto.

El Alfa arruga la nariz cuando comienza a estirar sus brazos y crujir su espalda al moverse luego de haber estado dormido en una posición muy incómoda, el olor que desprende el Omega es de enfado, de molestia. Causándole un leve dolor en la cabeza, haciendo que sus sienes punzaran.

— Fourth, no es eso...

— No importa cómo sea, lo mejor es que no te metas en mis asuntos. — corta tajantemente la conversación, saliendo despavorido de la cafetería, haciendo que todos volteen a verlo por el desagradable olor que su cuerpo expulsa. A ningún Omega o Alfa le gusta oler el enfado. Los únicos que no se inmutan son los Betas, apenas perciben el olor del pequeño.

Gemini mira confundido a su mejor amigo, quien se muestra ajeno al olor, su única respuesta es encogerse de hombros porque no entiende la agria respuesta de Fourth. Su intención no era hacerlo enojar, al contrario, no quiere que sufra cuando descubra que el chico que tanto quiere no corresponde a sus sentimientos. Realmente sería muy humillante para él, solo quiere protegerlo.

— ¿Qué fue todo eso? — pregunta medio adormecido Gemini, sobando su ojo izquierdo y bostezando.

— ¿Te gusta Fourth?

Gemini comienza a toser fuertemente, atragantandose con su propia saliva, sus ojos parecen querer salirse de sus órbitas y el color de su piel está pálida como una blanca hoja de papel. Su lobo levanta las orejas, agitando la cola de lado a lado.

— Solo tienes que decir si o no, no puedes jugar con él, así como tampoco hacerle creer que lo quieres y darle falsas esperanzas. Estas mal.

— No te incumben. — responde simple, poniéndose de pie y caminando en busca de su amigo.

Mientras va por el pasillo, empieza a cuestionarse. ¿Siente algo por el Omega? Su instinto animal dice que si, lo quiere proteger a toda costa, marcar al pequeño y preñarlo, tener toda una vida con Fourth. Pero su lado racional, su lado humano, no siente lo mismo, no lo ve más que como un amigo. Y eso le jode la cabeza porque, aunque la sociedad haya avanzado, siempre ganan los instintos primitivos y tiene miedo, mucho miedo porque siente confusión al no tener en claro nada. Miedo a lastimar a Fourth.

¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?

Se siente muy confundido.

Llega con rapidez al baño, ingresando al primer cubículo que encuentra y comenzando a caminar de lado, tira de sus cabellos porque la situación es muy abrumadora para él. Quiere tener una respuesta precisa, concisa sobre sus sentimientos, sobre lo que quiere y siente ante el pequeño Omega que su Alfa tanto reclama pero que Gemini se rehúsa a permitir.

¿Qué pensaría los demás Alfas jóvenes al verlo tan perdido por un simple Omega? Aunque el problema empieza ahí.

Fourth no es un simple Omega.

¿Qué se supone que debe hacer?

Omega Celoso   [GeminiFourth]   Where stories live. Discover now