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                              ♧Cortejo♧

Gemini no mentía cuando anunció a su Omega que quería cortejarlo. Apenas pudo dormir aquella noche, estuvo dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, pensando en cada detalle para que todo salga como deseaba. Sus padres volvieron el lunes por la mañana, mirándolo confundido de manera elegante y con un pequeño ramo de lirios en las manos.

View lo miró de manera chistosa, cubriendo su boca para no soltar una carcajada. Su hermano se veía como payaso para ella.

— ¿Estás seguro, cielo? — preguntó su madre, sonriendo en su dirección y limpiando las lágrimas que salían de sus ojos.

— Sí, mamá. Fourth es mi Omega. — reconoce convencido, seguro de sí mismo y de los sentimientos que tiene hacia el chico— Y quiero empezar con el cortejo para más adelante formalizar.

Gemini no sabe si en unos meses ya van a casarse, tal vez pasen años y solamente sigan siendo dos muchachos enamorados. Sabe que en aquel pueblo las nupcias se llevan a cabo cuando se cumple la mayoría de edad, y ellos están a poco tiempo de ello. Aún así, por más que quiera tener en su vida al pequeño, no quiere abrumarlo, mucho menos apurar las cosas y que luego todo termine mal.

— Confiamos en ti, hijo. — su padre da palmadas en su hombro, dando a entender que cuenta con él — Ve por tu Omega.

El Alfa todo el camino estaba pe sando en qué decir, en cómo actuar. ¿Y si se equivoca? ¿Y si los padres de Fourth no lo aceptan? Comenzó a desprender un olor desagradable para la pequeña nariz de su hermanita, quien se terminó soltando del agarre de su mano para ir delante de él. Y ahora que está frente a esa casa grande, acaba de quedar en blanco. Ni siquiera su lobito se atreve a aullar, está más avergonzado que el mismo Gemini.

— Cobarde. — masculla View, golpeando delicadamente la puerta, llegando hasta su lugar y subetando su mano nerviosa — Espero no te rechacen.

Fourth se remueve incómodo por la habitación, su lobito está intranquilo al igual que su Omega, su olfato percibió el aroma de su Alfa, aunque también notó un poco de miedo en él. Se encuentra perdido en algún extraño mundo que ni siquiera notó cuando su nana ingresó.

— Niño Fot, tienes visita. — anuncia la Beta con una sonrisa.

— ¿Es él? — pregunta von ilusión, peinando su cabello y arregl do con nerviosismo su ropa — ¿Cómo me veo? ¿Crees que deba cambiar mi pijama? No sé, ya me dio miedo, no creo que sea lo mejor para él.

La mujer se acerca al Omega que conoce desde antes de nacer, envolviendo su cuerpo en un suave abrazo y besando materialmente su frente.

— Estás perfecto, cariño.

Gemini desvía la mirada que brinda la Alfa, haciéndose pequeño en el asiento y jugueteando con las flores que llevó para Fourth. Su lobito parece haberlo dejado, y su Alfa tampoco mostraba indicios de querer emerger. Se sentía como un simple humano (si es que así son ellos), mostrando su vulnerabilidad a la madre de Fourth, empezando a sentir sus mejillas rojas por la vergüenza. Apenas percibe el dulce aroma, está más concentrado en ingeniarse cómo salir vivo de esa vivienda.

Caso contrario su hermana que está muy feliz jugando con el Omega mayor, ríe do en voz baja y cuchilleando como si fuesen amigos de toda la vida.

— ¡Alfa! — la vocacita de ⁴Fourth lo devuelve a la realidad, su corazón comienza a latir de manera desenfrenada, mira con ternura al muchacho que sigue con la ropa de dormir y totalmente descalzo.

Simplemente perfecto para él.

El Omega se tira a los brazos del mayor, ignorando el ramo de lirios por la emoción que tiene al verlo, besando su mejilla en el acto. Arrugando la nariz cuando el aroma de su Alfa no es el de siempre, podría jurar que puso un poco de perfume en su cuello y no le gusta para nada.

Omega Celoso   [GeminiFourth]   Where stories live. Discover now