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                             ♧¿Celos?♧

Gemini miraba el asiento vacío donde se supone debe estar su amigo, desde hace dos días que no acude a la escuela, no contesta el móvil y tampoco lo recibe en su casa. ¿Qué ha pasado con el Omega? ¿Estará enfermo? Es lo que quiero saber. Son amigos, se cuentan casi todo, así que Fourth no puede desaparecer de un día para otro así porque si. ¿Y si le pasó algo muy grave y ahora está internadoen el hospital?

Las feromonas de Gemini provocan que algunas Omegas se sientan intimidadas y con una sensación de extrañes por la preocupación del pelinegro, contrario a los Alfas que solamente lo miran con el ceño fruncido.

Cuando las clases terminan se acerca hacia el maestro con pasos vacilantes, jugando con las tiras de su mochila como cuando era un cachorro de cuatro años e iba a sus primeras clases, sintiéndose nervioso. Tal vez descubra algo que no le gustaría saber, detiene sus pies, pero vuelve a darse ánimos y luego de respirar hondo llega hacia el amplio escritorio.

— P–Profesor, ¿Puedo hacerle una pregunta?

El Beta deja los exámenes que estaba corrigiendo sobre la mesa para prestarle atención a su alumno, quedando sorprendido al ver a un Alfa nervioso. No es muy común en su aula, pues casi todos son muy ariscos y muy irritantes sintiéndose lo mejor del mundo, pero Gemini no era así, incluso hasta podría pasar desapercibido si no fuera por su estatura.

Con una cálida sonrisa el hombre respondió.

— Claro que si.

— ¿Usted sabe por qué Nattawat no asiste a clases desde hace dos días?

El,hombre asiente, sonriendo más amplio, dejando notar la hilera de sus dientes blancos al igual que un bonito hoyuelo en la mejilla izquierda y soltando una baja carcajada, miró de nuevo a su estudiante.

— ¿Eres su Alfa? — el muchacho niega con las mejillas rojas por la vergüenza. — Bueno, tu compañero está en celo.

Gemini abre los ojos con sorpresa. ¿Será por eso que Fourth el lunes estaba tan raro con sus emociones?

— ¿C–Celo? ¿Está seguro?

— Sí, su madre vino a entregar un comunicado, así se le podrá tomar a Fourth los exámenes la otra semana.

¿Por qué no le dijo? El Omega siempre mandaba mensaje avisando que no iría al colegio porque entraba en etapa de calor por tres días o a veces más, él comunicaba a los maestros y así no le ponían faltas injustificadas. Pero esta vez no le dijo nada. Además, cuando fue a su hogar tampoco sintió su aroma más fuerte, es más apenas y estaba presente. Las tardes que no lo ve suele estar aburrido al no sentir su presencia y no poder deleitarse con su dulce aroma.

— ¿Todo lo que resta de semana? — pregunta con voz ahogada, recibiendo un asentimiento. — Es mucho tiempo.

— ¿Le preocupa algo?

— No, no. Adiós, profesor. — camina con rapidez a la puerta, golpeando su pierna con la punta de una carpeta y soltando un sinfín de maldiciones.

— Con cuidado, joven.

Sale corriendo del lugar luego de ponerse en burla y ser humillado por sí mismo, ignora que Phuwin lo está llamando a escasos metros de él, llega a su casa agitado y preocupado. Si su amigo está en celo, pero no está pasándolo en su hogar. ¿Entonces dónde se metió? Apenas prueba bocado alguno cuando ya está saliendo despavorido de su hogar bajo la mirada intrigante de su madre y su pequeña hermana.

Decide quitarse la ropa detrás de un arbusto y transformarse, cogiendo las prendas con su hocico para ir en busca del Omega. Repite el proceso de cambiarse cuando llega, antes de golpear con su puño la puerta de madera.

— ¡Fourth!

Freen al escuchar el escándalo que se forma afuera, deja el cuchillo sobre la tabla de picar y camina despacio, llevando su mano al pecho cuando la puerta es abierta de una patada. Soltando un grito de susto por esa actitud del Alfa.

— ¡Voy a llamar a la policía!

— ¡No! — se apresura en exclamar Gemini cuando llega a su lado, cogiel teléfono y poniéndolo en su sitio. — Solo quiero saber dónde está Fourth, por favor.

Luego de que el menor fuera presentando como Omega al llegar su primer celo, Gemini estuvo con él, pero cuando sucedió lo mismo con él al finalizar el año decidió alejar a su amigo porque temía lastimarlo y terminó pasándolo solo. Fue el día, as doloroso.

La nana de Fourth niega con la cabeza, amenazando con llamar a los señores Nattawat si es que no se retira de la casa ahora mismo.

— P–Por favor, al menos dígame que está bien. — suplico con miedo, aunque las feromonas expulsadas no hacen ni cosquillas a la nariz de la anciana Beta.

— Joven, tiene que irse.

— No me trate así, usted me conoce desde hace tres años, Fourth es mi amigo.

Freen suspiro con resignación, es inútil hacer entrar en razón a un Alfa tan cabezota como él.

— Está bien, ahora vete.

— ¿Dónde está? No siento su aroma. — vuelve a insistir siendo arrastrado hacía la puerta.

— Ya tienes que irte, Gemini. Si los señores te encuentran aquí te sacan a patadas por enredarte con Fourth en su primer celo.

— Prometiste no decirles. — susurra con pánico al imaginarse que su cabeza sería colgada en un estante.

— Y lo voy a cumplir, pero si sigues así no me dejarás de otra. — cierra la puerta en su cara, golpeando su nariz.

Gemini pisa con fuerza el suelo, mirando a todos lados y olfateando el aire, tentando a su suerte por si encuentra algo que le indique donde se encuentra su amigo. Su lobo está muy inquieto, y hasta que no escuche de su parte decir que está bien, no estará tranquilo.

Omega Celoso   [GeminiFourth]   Where stories live. Discover now