XII

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                           ♧Mariosas♧

— No puedo creer que haya cumplidocontus caprichos.

Masculla Gemini luego de cambiar a su forma animal, siendo un lobo de pelaje castaño causando gracia a Fourth por sus orejas que tienen un par de rizos en las puntas, haciéndolo más único. Camina hacia su Omega, olfateandolo su suave aroma que está a su alrededor, sintiéndose un niño que descubre un dulce por primera vez y no quiere compartirlo.

— No te pongas así, Alfa.

Acerca su patita a la de Gemini, poniéndola encima como si estuviese entrelazando sus dedos en caso estén en su forma humana. Su hocico queda a centímetros del otro, apenas hay una diferencia de altura y tamaño en ellos porque siguen teniendo la misma edad y siguen en desarrollo, se atreve a sacar su lengua sin vergüenza alguna y darle una lamida.

Dándole ese beso que no puede cuando son humanos.

— Fourth.

El Omega se aleja, sacudiendo su cabeza al compás del viento, comenzando a correr fuera de su alcance. Su Alfa gruñe mientras termina de ordenar la ropa regada sobre la manta, poniendo ambas mochilas juntas y la canasta a un costado; tal como lo haría una madre con su cachorro travieso. Una vez listo, corre detrás del lobo, alcanzando al pequeño animal en breves minutos.

Fourth al verlo se lanza sobre él, jugando como si fuese un cachorro. Pero es que cuando está con su Alfa, se siente como un pequeño, como si volviera a tener cuatro años y quiere conseguir mimos a como dé lugar. Golpea sin ser brusco su hocico con su patita, mierde la oreja del contrario y obtiene un gruñido en respuesta.

— Deja de hacer eso.

Pide Gemini, parándose sobre sus patas y tumbandolo al césped. Fourth comienza a rodar, saltando bajos aullidos por estar feliz, quedando tendido sobre su lomo y mostrando su pancita al Alfa, quién comienza a olfatear con más determinación y a dar lamidas sin detenerse a pensar en su repentino comportamiento.

— No sigas.

Suplica el castaño.

— ¿Te estoy incomodando? Lo siento.

El lobito vuelve a girar, se acerca al lobo de pelaje castaño y lame su hocico parándose sobre sus patas traseras y dándole un efusivo abrazo que dura unos segundos en el tiempo, pero para la eternidad en ellos. Volviendo a quedar en su posición de antes.

— Claro que no, Alfa.

Gemini lo mira expectante, sin entender su respuesta, lleva su pata hacia la de Fourth sin ejercer mucha presión, como el más bajo lo hizo antes. Pasa su hocico por el cuello del Omega, dejando cortas lamidas, aspirando su dulce aroma que le encanta.

— ¿Entonces hice algo mal, cierto?

Continúa lamiendo, hasta que se aleja con las orejas gachas como si acabara de ser regañado, quedando sentado sobre sus patas traseras y bajando un poco la cabeza.

— Perdón, Omega.

Fourth no comprende de qué se está disculpando si en ningún momento hizo algo mal. El castaño no está acostumbrado a ver a Gemini tan sumiso ante él, sabiendo como es la jerarquía y las leyes impuestas por personas superiores a ellos. Simplemente no se acostumbra.

— Alfa, no quiero que se ponga triste.

Gemini termina apoyando la panza sobre el frío césped, cruzando sus patas delanteras debajo de su mandíbula, alzando solamente la mirada. El pequeño Omega camina a pasos cortos hacia él, imitando su posición luego de haber mordido juguetonamente su oreja y dando una lamida a su hocico.

— Alfa, hágame caso.

— Aquí estoy, Fot.

Pero ninguno de los dos vuelve a hablar, permanecen en silencio, sintiendo como el viento mueve cada pelo de sus cuerpos, sumidos en los ruidos que emiten algunos animales que hay, disfrutando de esa calma.

El Alfa levanta la cabeza cuando ve como de pronto el Omega comienza a correr, sin perder más tiempo va detrás de él. Mordiendo su cola para detenerlo, pero el pequeño es escurridizo y logra soltarse.

— ¡Fourth,  no vayas lejos!

— ¡Encontré una mariposa, Gemini! ¡Una mariposa!

— ¡Ten cuidado o vas a lastimar tu pata como la última vez!
¿Acaso lo has olvidado?

Fourth no responde, simplemente disfruta correr detrás de ese bello animalito que acaba de encontrar o tal vez la mariposa encontró a Fourth. Pasando varias veces por el árbol donde están sus cosas, saltándose de los colmillos que atrapan su cola para detenerlo. Sabe que Gemini solo se preocupa por él, así que se qieda quieto y cae con brusquedad al césped cuando el Alfa choca contra su lomo.

— Lo siento, Fot.

— Te aseguro que no me haré daño, lo prometo.

Gemini poco convencido decide aceptar lo que pide su Omega, camina hasta él y da una corta lamida antes de volver a su sitio y comenzar a correr hacia sus pertenencias. Fourth lo sigue solamente porque la mariposa vuelve y va en esa dirección.

Se empieza a vestir, sacando un nuevo pantalón de su mochila porque el otro sigue mojado, observando con diversión como Fot persigue el animalito dando vuelta tras vuelta al tronco, incluso le pega con su cola que se agita ante la alegría, haciendo que Gemini frunza el ceño por recibir las delicadas golpizas en su rostro.

— ¡Hey!

Reprende divertido, aunque esra vez no podrá escuchar ninguna respuesta. Mientras las personas estén en su forma animal pueden comunicarse telepáticamente sin necesidad de un lazo, pero en cambio, sí sólo uno lo está, será inútil, para ello si se requiere que la pareja sea marcada.

Gemini coge la primera fruta que encuentra dentro de la cesta, dando un mordisco a la manzana verde. Fourth se acerca a él, apoyando su hocico sobre su regazo para que lo alimente con lo que está comiendo, haciéndole ojitos.

El pelinegro sabe que sería una pérdida de tiempo hablarle a Fourth porque este no le respondería, podrá escucharlo, pero eso no basta. Así que acerca la fruta a su hocico para que coma, obteniendo un poco de saliva en la palma de su mano.

Minutos más tarde el pequeño vuelve a su labor de perseguir a la mariposa, dando zarpazos al viento. Gruñendo cuando el animal se pone sobre su húmeda nariz, mueve su cabeza para que se vaya y después de muchos intentos lo consigue.

Llega moviendo la cola en entusiasmo, caminando con el pequeño bicho dentro de la boca, sacando la lengua a Gemini para que note su hazaña.

— Ni se te ocurra comerla. — advierte señalandole con el dedo índice.

Fourth hace caso omiso y traga.

Gemini rasca detrás de sus orejas, pegando su frente con la del Omega, riendo ante las ocurrencias de él. ¿Qué sería de Gemini si jamás hubiese conocido a Fourth?

— Cambia. — pide en un susurró.

El castaño se aleja un poco y vuelve a su forma humana, empienza a vestirse con rapidez porque el frío está penetrando su cuerpo, helado hasta sus huesos y castañeando sus dientes. Termina de colocarse las zapatillas y se sienta al costado de Gemini, apoyándose en su pecho y aspirando su aroma.

— Estuvo divertido, admitelo. — habla con burla.

— Y asqueroso.

Omega Celoso   [GeminiFourth]   Where stories live. Discover now