Capítulo 6

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Maddie

Ya habíamos llegado al hotel de dos habitaciones, estoy segura de que Logan lo hizo a propósito, pero no puedo decir nada. Y después de que la azafata coqueteaba con Oliver se me fue el ánimo y cuando Oliver entró a nuestra habitación cogí mis cosas y me metí en el baño para ignorarlo, así que me bañé con cuidado y maquillé sin dejar que Oliver entrará al cuarto de baño.

Cuando salí de la habitación ya vestida Oliver estaba apoyado en el taburete con una ropa casual muy caliente y con un batido de lo que parecían ser fresas, me sonrió, pero lo ignoré y tomé a Daisy de la mano contándole que mis clases me tenían muy exhausta y necesitaba estas vacaciones.

Cuando nos subimos al auto veo que me toca ir a lado de Oliver y veo hacia la ventana mientras Logan muestra su posesividad ante todos y giro mis ojos mientras Oliver se me acerca.

—¡Hazte para allá! ¡Maldita sea, mejor déjame respirar, por Dios! —le digo empujándole el pecho con mi mano buena.

—Lamento decirte, preciosa, que dejarte no es una opción.

Cuando llegamos a Old Town, Logan y Daisy bajaron y Oliver me ayudó a bajar, refunfuñe que podía sola, pero no me dejó. Daisy y yo vimos tantas casas, flores y calaveras decoradas en cada paseo y Logan nos tomó muchas fotos de donde ella le indicaba.

Compramos nuestros sombreros y chaquetas con brillos, Oliver me quitó el sombrero y se lo puso él mientras yo reía porque se miraba raro, pero también se miraba muy guapo.

Así que cuando llegamos a SeaWorld Daisy y yo nos pusimos nuestro traje de baño y luego un vestido sobre nuestros trajes, así que mientras caminábamos Oliver em tomó de la mano y no me negué mientras mirábamos muchas atracciones y animales, tenía una bolsa especial para que no se mojara mi mano escayolada.

—Ven vamos a dar un paseo —susurró muy cerca de mi cuello mientras me arrastró lejos de mi mejor amiga.

—¿A dónde vamos? —pregunto.

—Por ahí.

Seguimos caminando hasta que nos llevó a una área de comida, nos detuvimos hasta que llegó a un puesto de batidos.

—Un batido de arándanos con fresa y granola con un toque de vainilla —pidió él mientras entregaba su tarjeta.

Cuando le entregaron el batido lo puso en mi mano.

—¿Cómo sabes...? ¿Por qué?

—No has comido nada desde que aterrizamos y éste es tu batido favorito, disfrútalo.

Sonreí. No sé cómo sabía que ese era mi batido favorito, pero me alegró que lo supiera mientras seguíamos caminando por todo el parque, Oliver llevaba mi mano escayolada en su antebrazo mientras yo tomaba mi batido muy feliz.

—¿Cómo sabes que me gustan los batidos? —pregunto, sorbiendo del mismo.

—Solo lo sé.

Entrecierro los ojos hacia él mientras me guiña el ojo y me regala una sonrisa pícara, pero también me acuerdo que su azafata le coqueteo hoy y me pongo de mal humor. No sé por qué me molesta la razón de que ella le coquetee.

—¿Por qué ese cambio tan repentino?

—¿Ella siempre es así contigo? —pregunto.

—¿Quién? —Frunce el ceño y lo miro—. Ah, Zoé. No, pero es porque estabas tú.

—Ya.

—No es alguien por la que debas preocuparte.

—No lo hago.

Unidos por un Error Where stories live. Discover now