Capítulo 20

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Maddie

Había pasado varias semanas desde la muerte de mi padre en las que había tenido muchas pesadillas de un accidente, el de mi madre, no sabía dónde o exactamente cómo había sido, pero solo cerraba los ojos y me la imaginaba a ella, a eso también le vinieron los insomnios donde me sentaba en el porche con una cobija a mi alrededor viendo la oscura noche.

Ya había dejado de llorar, todavía sigue presente ese dolor en el pecho cada vez que acuerdo de él, pero me he prometido no seguir llorando y que debo seguir adelante, he ido a la universidad con Emma y luego regreso a casa, no salgo mucho porque no me apetece, pero Emma venía a verme y hablábamos sobre muchas cosas.

Me daba paz pasar tiempo con ella, hablamos con Daisy de vez en cuando, porque ella seguía en su proceso de sanar, y no queríamos ser un tropiezo en ese camino.

—¿Estarás bien? —pregunta Oliver mientras se ajusta las estrellas en su traje.

—Sí, lo estaré.

—Me estarás enviando mensaje de cuando comas. Me preocupa cuando no comes tus comidas correctamente.

—Lo haré.

—Bien. Vuelvo pronto.

Asiento mientras le paso las manos por el traje que diseñé para él, me encanta que desde que se lo regalé no se pone otro, y también que se súper caliente que me dan ganas de me tome en todos los lados posibles.

—No me mires así —susurra con sus labios cerca de los míos.

—¿Así cómo?

—Con esos ojos que me piden que te folle.

Me muerdo el labio mientras conecto sus ojos con los míos.

—Sí.

—Joder, sí. Puedo cancelar cada vuelvo solo por hacerte feliz.

Le golpeo el hombro, pero le sonrío, peinándole el cabello con los dedos. Él es el único que me saca sonrisas.

—No seas así, la gente necesita viajar.

—Que se busquen a otro.

Me pongo de puntillas depositando un beso en su mandíbula.

—Vete o llegarás tarde.

Me toma de la mandíbula y me besa bien, probando mis labios entre los suyos y haciendo que su lengua se deleite conmigo, gimo mientras le muerdo el labio, cuando nos separamos me mira, apartándome el cabello de la frente.

—Llámame si ocurre algo.

—Sí.

—Bien.

Lo acompaño a la puerta donde me besa unas cinco veces más, cuando se separa de mí me da una nalgada besándome una vez más. Me despido de él y se va subiendo a su auto, sonrío como tonta viéndolo mientras se aleja y solo sonrío porque sé que siempre volverá aquí.

Entro a casa y tomo mi teléfono para vagar por las redes sociales cuando me llega un mensaje de un número desconocido.

Número desconocido: Hola, Maddison. ¿Podemos vernos?

Maddie: ¿Quién eres?

Número desconocido: Soy yo, Rebecca. Tu tía, solo quiero hablar contigo.

Maddie: ¿Cuándo y dónde?

Rebecca: Mañana en un café, tú lo eliges. Soy nueva en la ciudad y lo dejaré a tu criterio.

Unidos por un Error Where stories live. Discover now