Capítulo 11

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Oliver

Ya había pasado el cumpleaños de mi tío Thomas y también el de mi tía Alexa y todo había ido bien, se había reunido toda la familia de Daisy y toda la nuestra, por la que su casa estaba abarrotada de todo mundo, y la habíamos pasado muy bien y desvelado hasta tarde.

Maddie seguía durmiendo conmigo, pero todavía seguía nerviosa por la carta que había encontrado en ese cuarto, ella decidió no contarle a nadie para no dar sospechas de muchas cosas más, entonces lo ha guardado para sí misma desde entonces.

Lo que no me gusta, porque se pierde entre sus pensamientos y no me hace actuar cómo se debe.

—Oliver, hoy iré con Daisy al centro comercial para buscar ropa para la celebración de Daren.

—¿Solo ustedes dos?

—No, Jackson se ofreció a acompañarnos, iremos más tarde —se acercó a mí mientras chocaba sus labios contra los míos.

—¿A dónde irás ahora? —pregunto.

—Por unas clases, tengo tareas que entregar, ¿nos veremos en la casa de Daren?

—Sí.

Ella se va mientras yo me quedo revisando los próximos vuelos que tengo a realizar, y así me la pasé toda la tarde hasta que me cayó una llamada mientras me estaba alistando.

Es Maddie.

—¿Sí, pequeña bestia?

—¿Puedes venir por mí, por favor?

—En camino.

Ella me corta, subo a mi auto y conduzco a toda velocidad hasta su universidad, muestro su identificación y me adentro hasta que la encuentro en el estacionamiento, en cuanto me mira sube rápido a mi auto.

—¿Qué sucede, pequeña bestia?

—Es que iba a quedar con Daisy y Jackson en la tienda, pero mi padre me dijo que quería hablar conmigo que era urgente. Le dije que no, pero me dijo que no podía esperar.

—¿Entonces?

—Llamé a Daisy y ella me dijo que fuera con él, que no me preocupara. E iré a hablar con mi padre.

—Está bien, ahora te llevo. ¿Estás segura que quieres hacerlo?

Me mira y me da una sonrisa nerviosa.

—Sí, aunque tengo un poco de miedo.

Le aprieto la mano y la pongo sobre mi muslo, ella me mira nerviosa mientras conduzco a su casa. Cuando llegamos, ella respira al ver el lugar donde no tuvo la infancia que deseaba, la tomo de la mandíbula y la beso.

Se calma un poco y es cuando toma el valor y baja del auto diciéndome que la espere.

La veo tocar el timbre y cómo su padre aparece delante de ella, más delgado y pálido que la última vez que lo vi, la invita a entrar y ella entra. La puerta se cierra detrás de ellos, así que aquí estoy yo esperando a Maddie mientras ella habla con quienes no la merecen en absoluto.

Después de lo que parece ser una hora justa, la puerta se abre y Maddie sale tapándose la boca y a la distancia puedo ver sus ojos rojos y estoy seguro de que escucho sus sollozos a la distancia.

Salgo del auto para encontrarme con ella, cuando me ve, deja caer su bolso y se desmorona contra mí, sus sollozos me parten el alma en dos, sus manos tiemblan contra mi espalda y sus lágrimas empapan mi camisa.

—Maddie...

—Tiene un tumor cerebral muy riesgoso, Oliver.

Solloza más fuerte contra mí, la abrazo con mis fuerzas y ella se sigue desmoronando cada vez más.

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