CAPÍTULO 32🤍

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Limpie el sudor de mi frente con mi brazo, me deje caer de espaldas sobre la camilla mientras unas manos intentaban hacer que mi pierna enyesada entrara por un jean.

-¡Así no Clara! - chillo Susan desde el otro extremo de la habitación. La mire hurgar entre la bolsa con ropa que mi madre me había traído hoy.

-¡Tu ni siquiera estas ayudando! - se quejo Clara con el mismo tono de voz que Susan había usado.

-Lo siento, pero mi ginecóloga dijo que no hiciera tantas fuerzas en este estado - la rubia se apuntó el vientre abultado de casi cinco meses.

Cerré los ojos y conté hasta diez mentalmente, mis amigas me iban a matar del estrés. Las manos de Clara tomaron mi pierna mientras veía a Susan moverse hasta quedar frente a mí, tomo el jean entre sus manos y cuando estaban por intentar de nuevo que mi pierna entrara la puerta de la habitación fue abierta.

-¡Ally esta en bragas! - grito Riley. Mi reflejo fue tomar la almohada y taparme, al estar de espaldas no sabia si venia sola con alguien más. - Me siento toda una privilegiada.

Rodé los ojos antes de sentir como a mi lado la camilla se hundía, miré de reojo a la Riley mirar con atención hacia las otras dos que seguían discutiendo. Solté un suspiro de cansancio y lancé una patada al aire, haciendo sobresaltar a mis dos amigas.

Me senté mejor, les quité el pantalón de las manos y lo lancé hacia el sofá con la atenta mirada de las tres sobre mí.

-Dejen el estúpido pantalón.

-Si no te lo ponemos tendrás que irte en bragas y lamento decirte que el frio de afuera congelara ese hermoso trasero que tienes - dijo Susan tomando asiento en el sofá.

Ya habían pasado tres días desde que desperté de aquel estado de inconciencia, y según las noticias del doctor hoy me darían de alta. Mi pierna seguía enyesada, así que desde ahora me dedicaría a caminar con muletas hasta que sanara por completo. No olvidemos que comenzaría a tener citas con el doctor cada cierto tiempo para saber en que estado se encontraba mi cabecita.

Si recordamos sus palabras, dijo que debido al golpe de hace un mes y que desperté hace poco, pudieron quedarme algunas secuelas y que tal vez podría sufrir de algunos desmayos. Por lo que salir mucho de mi departamento ahora no estaba en mis planes, también dijo que comenzar con el trabajo apenas salir del hospital tampoco era una buena opción. Paula me visito ayer y al escuchar las palabras del doctor me dio el tiempo que yo creyera necesario para volver a escribir. Dijo que había hablado con las editoriales con las que estaba trabajando y que no había ningún problema ya que antes del accidente ya había mandado el manuscrito editado del último libro de mi trilogía.

En resumidas partes tendría que buscar algo que hacer que no implicara, que mi cabeza hiciera tantos esfuerzos y por el bien de mi pierna tampoco salir tanto.

-En la mochila está el short del pijama que traes puesta, junto a dos sudaderas - menciono Clara. Saco una sudadera de color gris y me la lanzo para que me la pusiera. -Tendrás que ponerte el short por que el jean a quedado descartado.

Asentí, hice un gesto con mi mano para que también me lanzara el short. Esperaba no morir de hipotermia al salir del hospital.

Mientras me vestía mis amigas se dedicaron a platicar entre ellas, Susan saco el tema de su viaje de luna de miel el cual era toda una crisis ya que no sabía si quería irse a Japón o a Grecia.

Ya lista cepille el desastre que era mi cabello y guarde el jean en la mochila, mire mis amigas a la espera de que dejaran su platica para después y me ayudaran a salir.

-¿Saben dónde está mi madre? - pregunte mientras me acomodaba las muletas entre los brazos.

Clara negó con la cabeza mientras se colgaba la mochila.

Todavía Te QuieroWhere stories live. Discover now