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Lunes, y para empezar el día veo a la novia de Michael

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Lunes, y para empezar el día veo a la novia de Michael.

-Hola. -me saluda al pasar a su lado.

Me giro. -Hola. -le saludo e intento seguir mi camino.

-Te ha crecido mucho el cabello. -dice sonriente.

-El tuyo sigue corto, como siempre. -le digo porque es la verdad.

-A Michael le gusta así. -dice sonriente. Auch.

-Um, qué bien. -veo mi reloj. -Le siento, ya voy tarde. Adiós, Imma.

-Adiós, Lya. -sonríe. Esta niña sonríe, sonríe y sonríe.

Me tiene cansada. Siempre sonriente. Siempre feliz. Siempre con Michael.

Camino rápido, en verdad voy tarde para la clase.

-Oye, tren en marcha. -dice el irritante que apareció como por arte de magia frente a mí.

-Voy tarde. -intento pasar pero pone su brazo a manera de rodear mi cuello.

Genial, todos están impidiéndome pasar hoy.

-Esa es la noticia. -entierra su cabeza en el hueco de mi cuello. Una carga de energía recorre mi cuerpo completo. -Hoy no tenemos las primeras horas. Las dos primeras.

Me alejo de él quitando su brazo y dando un paso hacia atrás.

-Genial. Puedo no verte durante dos horas. -sonrío.

-Sae, deja de molestar a Lya. -dice Michael.

¿Sae? ¿Se conocen?

Me giro y me ve con el entrecejo fruncido.

-Tranquilo, Michael, solo estamos hablando sobre dónde pasar nuestras horas libres. -dice posando su mano en mi cabeza.

Michael se ve aún más molesto. Quita la mano de Sae de mi cabeza y acomoda mi cabello.

Me sonrojo. Sería imposible ocultar que me encantó ese gesto.

-¡Ahhh! -dice Sae como si hubiera descubierto la respuesta a todos los ejercicios de matemáticas. -Michael. -dice. Michael piensa que lo llama, pero sé que eso ha sido dirigido a mí.

-¿Sí? -pregunta retirando su mano.

Sae sonríe. Su sonrisa me parece lo más malévolo de este mundo. -Nada. Imma está viéndote molesta, aún no saludas a tu novia.

Sae es como el limón, el limón para los cortes grandes en la piel.

-Es cierto. -se pone en una postura más recta y se va. Sin despedirse.

No quiero ver cómo abraza a su novia, pero lo hago.

-Así que te gusta mi amigo.

Doy un brinco en mi lugar.

-Sae. -digo en tono de súplica.

-Sabía que engañaba a su novia, pero no sabía que con la nueva. -me giro, pero logro ver a Michael observar la escena con su novia colgada del brazo.

-Sae, vámonos, dijiste que teníamos horas libres, ¿no? -lo tomo del brazo y lo arrastro conmigo.

~

Llegamos a una de las canchas del colegio, no hay mucha gente, solo unas cuantas parejas de amigas o de novios.

Suelto su brazo y me siento.

-Tus calificaciones no cuadran con tu vida, eres más bien estúpida. -toma asiento.

-Podrías dejar de insultarme, ¿sabes? Suficiente tengo. -cierro los ojos y suspiro.

-¿Cómo se conocieron? -abro los ojos y él se gira para verme concentrado. Pareciera que en cualquier momento va a sacar una libreta y hará un reporte de la historia.

-No veo el motivo por el cual debas saber.

-Me voy a enterar de todas formas. -se encoje de hombros.

-El año pasado trabajé en la feria, le estaba ayudando a mi tía con los boletos. Estaban trayendo más cuando Michael quería comprar el suyo. -le suelto de una vez y me encojo de hombros. Si es su amigo a lo mejor sabe el resto de la historia, para qué mentir.

-Ah, lo recuerdo. Ness se enojó por la demora. -me mira con una ceja alzada. -Media hora y se hicieron eso. -hace referencia a lo que cree que tenemos.

-Ahí es donde te equivocas. No somos nada...

-Es obvio que no.

Cierro los puños para no golpearlo. -Es más unilateral, pero él lo inició.

-Bonita manera de evadir tu responsabilidad.

-Ya, Sae. No sé ni por qué te digo esto.

-Ya te dije, eres tonta.

-Y una masoquista. -observó cómo en el otro lado de la cancha aparecen Imma y Michael tomados de la mano y riendo.

Mi cara es tomada entre sus manos, pero soy consciente de dicho acto hasta que veo su cara muy cerca de la mía.

-Eso te pasa por ingenua. -dice en mi oído.

-Lo sé. -le susurro de regreso.

-Bueno, tonta. -se separa de mí y se levanta de un brinco. -Yo ya me voy.

No sé si es que es ley que los hombres caminen tan rápido, pero menos de cinco segundos ya no está ni cerca de la canchita.

-Bueno. -digo levantándome y sacudiendo el polvo de mi falda. -Mejor me voy. -doy una última mirada a la pareja encerrada en su propia burbuja.

Como me encantaría ser una aguja.

Como me encantaría ser una aguja

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' ⸼ ͙ࣳ ◌ 𓈒 ׄ ׅ𖥔 𓈒'

Demoré en subir capítulo, pero mañana posiblemente tenga el siguiente, ¡wii! 💗
También se me había olvidado agregar el nombre de la novia de Kaiser en la biografía, jajsks.

No seas tan rudo - 𝘐𝘵𝘰𝘴𝘩𝘪 𝘚𝘢𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora