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La brisa de la noche de domingo me hace tomar en cuenta que no he podido hacer nada

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La brisa de la noche de domingo me hace tomar en cuenta que no he podido hacer nada.
He estado tendida en el pasto húmedo, escuchando las falsas excusas de papá, los reclamos de mamá y estoy segura que va a ceder.

Papá terminó con su anterior pareja. Se separó y no le ha quedado más que venir con nosotros. Una vez más, he sido la segunda opción, porque de no ser por esto, papá estaría con la hija perfecta y no conmigo.

-Por favor, perdóname. -escucho la voz de papá.

-No lo... No lo sé. -la voz de mamá tiembla.

Me pongo los audífonos y le doy play a cualquier canción. No me importa lo que tenga que escuchar, mientras no sea a ellos, está bien. No quiero escuchar cómo mamá perdona a papá. Él nos botó por su nueva familia, desde ese momento quedaron muy claras sus prioridades, pero como ahora nos necesita; volvió. Pero siempre ha sido así, necesita a alguien a su lado, necesita que le tomen importancia, que le pidan permiso, necesita sentirse con poder.

El viento sopla y las hojas de los árboles danzan a su ritmo, se dejan ir y venir, brillan bajo la luz artificial de las calles. Todo parece tan tranquilo, tan relajado. Me enferma.

Es un asco saber que fuera de esta casa todo puede ser paz y amor, pero dentro hay toda una telenovela desarrollándose entre dos adultos que no fueron capaces de amarse lo suficiente. Uno de ellos decidió que el amor del otro no era suficiente y buscó más por su cuenta; la otra persona no se ama lo suficiente a sí misma como para negarse a lo que le hace daño.
Pero qué irónica es la vida. Hace algunas semanas yo estaba buscando desesperadamente lo mismo que mamá, buscaba el amor que no me pertenecía. Papá no quiere a mamá, alguien que te quiere, alguien que juró ante Dios amarte hasta que la muerte los separe; no te deja por una mujer más joven, no te humilla en los tribunales para ganar la custodia de una menor sólo por el simple gusto de tratar de quitarme de las manos de mamá.

Una vez escuché a mamá hablar en sueños, decía que ella tenía suficiente amor para los dos. Ella decía poder amar lo suficiente para que papá se sintiera bien y se quedara. Esa noche, lloré mucho.

Un nuevo mensaje ilumina mi pantalla.

Yukimiya🧡:
Lyli 🌸
07:05 p.m.

El mensaje de Yukimiya me hace tomar el aparato para responder un mensaje, por primera vez en el día. He tenido varios mensajes, pero no he contestado ni los de Sae. Me siento enferma de mi entorno, pero Yukimiya lo mejora siempre. Nos hicimos amigos hace tiempo, estábamos juntos unos años del colegio, pero ambos nos cambiamos del mismo. Y por cosas de la vida, también es extranjero, mejor dicho, japonés. De hecho, conozco a varios japoneses ya.

Hey, Yuki yuki 🧡
07:06 p.m.

Yukimiya🧡:
Yuki yuki... Muy graciosa.
¿Estás libre? No nos hemos visto en mucho tiempo. 😧
07:06 p.m.

No seas tan rudo - 𝘐𝘵𝘰𝘴𝘩𝘪 𝘚𝘢𝘦Where stories live. Discover now