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Increíble que me castiguen por bostezar

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Increíble que me castiguen por bostezar. La clase estaba aburridísima, Sae dormido, Nicole en el celular y la mitad de la clase estaba terminando la tarea para la siguiente clase; entonces, ¿por qué solo a mí? No tengo ni la menor idea. Igual, no es como si haya sido la gran cosa, he tenido que ordenar libros desde que salí de clases. No es como si me estuviera derritiendo de calor o como si no tuviera ganas de salir corriendo de la maldita biblioteca.

Todo lo que hace falta es dejar los libros en el estante. No más.

Sae:
Te espero abajo, traje una paleta.
Me aburría esperándote. 👅
04:57 p.m.

¡Yay! ✨
Casi termino.
Ya bajo.
04:58 p.m.

¿Debería cambiar su contacto? No luce muy afectuoso... Aunque tampoco es que lo seamos... Mejor lo dejo así, me daría alergia ponerle un corazón.

Solo un par de libros al siguiente pasillo y todo estará terminado. Podré salir y comer la paleta que Sae ha comprado, caminar a casa y comer los dos botes de helado que ha llevado mamá.

Doblo y escucho la puerta cerrarse, imagino que es alguno de los pocos estudiantes que quedaban por acá. Dejo los libros en su lugar y saco otro libro del lugar equivocado. Me dirijo al pasillo frente a la tan ansiada puerta, en verdad ya me quiero ir. Al dejar el libro en el estante de abajo no esperaba que la semana se terminara con algo tan agrio.

He tenido una buena semana, en serio que sí. Mamá sigue molestando con papá, lo cual no es muy bueno pero lo voy tolerando. Sae, bueno, sigue siendo él, pero hemos estado sin peleas de verdad, una que otra por quién va a pagar la comida, aunque al final gane o pierda yo, es él el que paga.

Algo me decía que no podía ser así de calmado todo. Sentía una molesta espina, que justo ahora trato de esquivar. La espina resultó ser una aguja. Una familiar fea y mentirosa aguja.

-¿Podrías darme permiso de una vez? Pido moviéndome a un lado.

-¿Tu novio te espera? -bloquea mi camino, de nuevo.

-Sí, Michael, mi novio me espera. -muevo mi cabello ahora más corto que al inicio de la semana. -Y no estoy para juegos.

Su burla le colorea toda la cara.

-Claaaro. Tu novio el japonés.

-Sí. Muy mal intento de insulto, por cierto.

-Jum. -se encoge de hombros. -Me importa poco.

-Muy bien. -levanto una ceja cansada y trato de esquivarlo. -Bueno saberlo. Permiso.

No seas tan rudo - 𝘐𝘵𝘰𝘴𝘩𝘪 𝘚𝘢𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora