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La partida de Thalia fue como un soplo de aire fresco en Cair Paravel.
Al igual que su llegada, todos los sirvientes estaban alineados frente al castillo, con los cinco monarcas a unos pocos metros frente a ellos. La diferencia, sin embargo, era que el alivio y la felicidad eran densos y evidentes.
Hermione había mirado a los animales parlantes con diversión y sacudió la cabeza. Debe haber sido difícil para ellos', pensó mientras miraba a Babbity a los ojos y le sonreía. 'Bueno, aunque no los culpo en absoluto.'
Lo curioso fue que los reyes narnianas fueron las más liberadas de todas. Parecían más relajados ahora y la tensión que habían estado mostrando estos últimos días se había aliviado. Edmund era el más feliz de los cinco e incluso tuvo la audacia de mantener una amplia sonrisa pegada en su rostro.
De algún modo sintió lástima por la princesa Thalia, que ahora estaba subiendo tristemente al carruaje con la ayuda de sus sirvientes vestidos con capas negras. Pero entonces, Hermione recordó los eventos que habían sucedido durante la estadía de dicha princesa y su pena se disipó.
"Deseamos que lo haya pasado muy bien, su alteza", dijo el Gran Rey Peter, inclinándose profundamente por cortesía. "Esperamos que nos visite en el futuro".
"O mejor nunca...", murmuró Edmund en voz baja, lo que provocó que Peter le diera un codazo en el estómago. El rey justo miró a su hermano y se frotó el dolorido estómago, aunque la sonrisa volvió a su rostro una vez que Thalia cerró ruidosamente la puerta del carruaje sin responder a Peter.
Los cascos del Centauro resonaron contra el pavimento y pronto, estaban viajando de regreso a Calormen.
Todos permanecieron estacionados en sus lugares hasta que Thalia y sus sirvientes desaparecieron en el horizonte. Tan pronto como se fueron, los otros animales parlantes regresaron a sus lugares de trabajo y reanudaron sus trabajos.
Hermione estaba a punto de seguir a Babbity de regreso a la cocina cuando Lucy de repente saltó a sus brazos y la abrazó con fuerza.
Ligeramente riendo, la castaña palmeó la espalda de la reina.
"¡Oh, te he extrañado tanto!" ella proclamó para que el resto escuchara. Hermione claramente escuchó las risas que escaparon de los otros monarcas y sonrió suavemente a la reina en sus brazos. A decir verdad, ella la había extrañado más. Aunque Lucy podía ser un poco exigente a veces, queriendo que Hermione pasara el resto de su tiempo con ella, Hermione todavía creía que durante los últimos días de pura tortura con la presencia de Thalia, Lucy era la persona que más había extrañado.
