Capítulo 1: Pequeño bollo

765 85 1
                                    

Un grito fue escuchado en el campo de entrenamiento de la secta Jiang, mientras los discípulos jadeaban del cansancio, con el sudor cubriendo sus cuerpos. Empuñaban las espadas de madera con brazos temblorosos.

Su líder, Jiang Cheng, se encontraba mucho más exaltado que de costumbre. No les permitiría tomarse ni un pequeño descanso, eso sólo cavaría sus tumbas ante la estricta disciplina que exigía.

—¡¿Qué están mirando ahora?! ¿Quieres seguir siendo discípulos de la secta Jiang? ¡Entonces den más que esto! —vociferó Jiang Cheng. Recorrió las filas corrigiendo los movimientos de cada uno con ademanes bruscos—. ¡Cien repeticiones!

—¡Sí, líder! —respondieron al unísono.

Jiang Cheng sospechó de frustración. Los nuevos discípulos aún tenían mucho que aprender. Con la mirada endurecida, observó a los discípulos mayores que sobrevivieron al ataque de la secta Wen. Ellos estaban de motivar a los más jóvenes susurrándoles que Jiang Cheng no era tan duro como sus padres. Ese comentario lo hizo esbozar una sonrisa nostálgica.

Wei Ying había dicho lo mismo en el pasado...

El recuerdo de su brillante sonrisa cruzó su mente como un relámpago, dejando un agujero en su pecho. Cerró los ojos con fuerza, luchando por contener la angustia. Wei Ying, su amado Wei Ying, el que había partido y lo había dejado vacío.

—A-cheng? —la voz preocupada de su hermana Yanli lo trajo de vuelta. Estaba ahí junto a su sobrino Jin Ling, quien corrió a abrazarse fuertemente de su pierna.

—Jin Ling, ¿qué crees que haces? —lo regañó Jiang Cheng, pero su voz tenía un dejo de tristeza.

—¡Yuan-ge también lo hace! ¡A-Ling aprendió! —exclamó el pequeño entre risas.

Yanli rió con ternura ante las palabras de su hijo. Jiang Cheng sólo pudo cubrir su rostro con pesar. Se acercó a su hermana en busca de consuelo, preguntándose dónde estaría su propio hijo.

A-Yuan se parecía demasiado a Wei Ying, era como una pequeña copia suya. ¿Cómo podría regañarlo ahora sin que le recordara a él? El dolor de la ausencia se clavaba como una daga en su alma.

Con reticencia, Jiang Cheng dejó a los discípulos a cargo de Xue Yang, el más capaz, y se dirigió con su hermana al pabellón principal...

Jiang Cheng dejó a Xue yang, el discípulo principal en lo que él guiaba a Yanli hacia el pabellón principal—. No quiero locuras.

—Tranquilo, líder Jiang, hice una promesa —respondió guiñando uno de sus ojos. Jiang Cheng solo asintió luego de observarlo, de cierta manera, Wei ying había sido capaz de mantenerlo en raya desde niño.

Jiang Cheng continuó caminando junto a su hermana hacia el pabellón principal, sumido en sus pensamientos. A pesar de haber dejado a Xue Yang un cargo, no podía evitar sentir preocupación. Desde la partida de Wei Ying, el joven discípulo se había vuelto más insolente y difícil de controlar.

Al llegar al pabellón, las sirvientas ya tenían todo preparado para recibirlos. Jin Ling no tardó en soltarse del agarre de su tío y correr emocionado hacia la mesa de dulces. Pronto A-Yuan también estaba frente a ellos, con una enorme sonrisa al ver a su primo.

—¿No son tiernos, A-cheng? —comentó Yanli enternecida, mientras le servía una taza de té.

Jiang Cheng solo pudo asentir en silencio, observando a los niños jugar. La mirada de Yanli se suavizó al ver la nostalgia dibujada en su rostro. Con delicadeza, acarició su mejilla.

—A-Yuan se parece tanto a él, ¿verdad? Incluso hace esos mismos pucheros cuando se enoja —dijo ella con una risita.

—Sí, es idéntico a Wei Ying en todo... hasta en lo gruñón —respondió Jiang Cheng con un dejo de tristeza en su voz.

Vinculo Roto, ChengXianWhere stories live. Discover now