Vinculo Roto, ChengXian

Capítulo 5: Vinculo Roto.

Había llegado el día en que la secta Jiang se envolvía en un duelo silencioso con la memoria del pasado. El aniversario de la muerte de los líderes, y especialmente de quien había sido la pareja de cultivo de su actual líder, estaba marcado en el calendario de la secta. Era un día de recuerdo y duelo, una ocasión para honrar a quienes habían dejado un legado imborrable en la historia de la secta.

Las sombras de aquellos que ya no estaban se extendían sobre el terreno donde se llevaría a cabo la ceremonia conmemorativa. Los discípulos se preparaban, vistiendo túnicas blancas como señal de respeto hacia los espíritus que habían partido. Las antorchas se encendieron, disipando la oscuridad con su luz parpadeante.

Xue yang permanecía detrás de un pilar de piedra, su mirada fija en la imagen de su hermano enmarcada en una pintura. Wei Wuxian, uno de los más brillantes cultivadores de su generación, había sido arrebatado injustamente del mundo. Aquellos que lo recordaban, discípulos mayores y veteranos, sabían cuánto se había esforzado para que sus habilidades fueran reconocidas, para que su esencia como cultivador no fuera opacada por los prejuicios.

Las llamas de las antorchas reflejaban en sus ojos mientras la nostalgia lo inundaba. Recordaba con claridad los días en que Wei Wuxian lo cuidó como si fuera su hijo, aunque eso le molestara cada vez que lo dijera. Aunque él hubiera prometido no dejarlo solo... como en su momento los padres lo hicieron, pero el final fue el mismo.

—Ustedes... ¿no creen que el líder está actuando de manera extraña últimamente? —cuestionó un discípulo mayor, Li Xue, apoyándose en el muro y suspirando, como si llevara un peso en el corazón.

—El líder Jiang siempre ha sabido controlar sus emociones —respondió otro discípulo mayor con seriedad—. Recuerda que el mayor Wei solía ser mucho más expresivo.

—¿Hablan de la vez en que besó a nuestro líder frente a todos nosotros para calmar su enojo y evitar un castigo mayor? —añadió Xue Yang, jugueteando con uno de sus caramelos mientras los otros dos discípulos asentían con una sonrisa cómplice—. El líder siempre ha sido así.

—Extraño al mayor Wei —susurró otro discípulo mayor, sus ojos oscuros reflejando la añoranza que compartían.

—También lo hago —concluyó el tercero, suspirando con tristeza.

Xue yang, su mirada se alzó hacia el cielo, notando cómo las nubes comenzaban a acumularse, anunciando que el clima cambiaría pronto. Era una escena que se repetía año tras año en este día. La lluvia caería, como si los cielos mismos entendieran el dolor de la pérdida y quisieran consolar el corazón de los que quedaban atrás.

A medida que el primer goteo de lluvia tocaba su piel, Xue yang, bufó. Tocando la cinta que algo momento recibió como regalo de su parte. Era un pequeño acto de consuelo, una manera de mantener viva la memoria de Wei Wuxian, incluso cuando el tiempo amenazaba con borrar los detalles.

....

El día solemne y cargado de nostalgia continuó su marcha implacable. Jiang Yanli, se encontraba junto a su sobrino, intentando mantener sus emociones bajo control mientras contemplaban el último retrato que quedaba de su querido hermano. Cada pincelada parecía capturar la esencia vibrante y traviesa de Wei Wuxian, pero también su afecto por la vida y su amor por los que le rodeaban.

Jiang Yanli secó suavemente las lágrimas que rodaban por las mejillas del niño. Era doloroso enfrentar la realidad de la pérdida a una edad tan temprana. Había algo profundamente injusto en quitar a un niño la oportunidad de crecer rodeado de amor y de la figura paterna que merecía.

Aunque Jiang Cheng se esforzaba por dar lo mejor de sí, sabía que había una parte de A-Yuan, al igual que él mismo en su niñez, que añoraría a esa persona que había sido tomada demasiado pronto. Un vacío que nunca podría ser llenado del todo.