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Elizabeth

ya había anochecido, y eso solo  significaba una cosa: la primera fogata del verano.

estaba en mi habitación, decidiendo que podría ponerme. Tenía dos opciones: un vestido negro y otro azul.

—Lili, ¿estás lista? —Jeremiah habló desde el otro lado de la puerta.

—no. ¿negro o azul? —y si, terminé dejando mi desición en manos de Jeremiah.

—negro. Siempre es la mejor opción —dijo este alejándose de la puerta.

tomé el vestido negro, era sencillo. Tenía mangas de tiras delgadas, me quedaba cinco o seis dedos más arriba de la rodilla y era pegado al cuerpo. Saqué mis converse que estaban debajo de mi cama, me los coloqué y me paré enfrente de mi tocador, sacando mi pestañina, tinta y mi hidratante de labios. Cuando terminé de maquillarme, me apliqué mi crema y colonia. Cuando estuve lista bajé.

me encontré a Jeremiah en la cocina, comiendo directamente de la caja de cereal. Reí haciendo que él se asustara.

—avísale a Conrad que nos vamos, está en la piscina —dijo casi leyendo mis pensamientos— Steven baja en un minuto.

—esta bien —murmuré más para mí misma.

salí por la puerta trasera para verlo enseguida. Tenía sus pies metidos en la piscina, mientras fumaba.

espera, ¿fumaba?

—¿desde cuándo fumas? —pregunté asustandolo.

nueva especialidad: asustar a los Fisher.

—¿desde cuándo te preocupas por mí? —dijo viéndome de pies a cabeza, tragué saliva en seco.

—desde siempre, Conrad. Esa mierda es mala para tu salud —me acerqué un poco enojada mientras recordaba las mismas palabras que él me había dicho sobre eso.

él se quedó en silencio, así que volví a hablar.

—sabes que no es bueno, debes dejarlo.

—¿qué me das si lo dejo? —preguntó mientras me veía fijamente.

Mierda.

Mierda.

las veces que maldecí que haya dicho esos son muchas. Demasiadas que me perdí por tratar de contarlas. Pero aún así, negué suspirando.

—nada, deberías dejarlo por ti, no por mí —comenté tratando de que sonara indiferente— por cierto, ya nos vamos.

lo último lo dije poniéndome nuevamente en pie, para así sentir unos leves pasos seguirme. Lo espere en la puerta trasera, mientras secaba sus pies y colocaba sus zapatos. En todo eso no quito la mirada de mí.

—¿ese vestido es nuevo? —habló cuando pasamos la cocina, para así irnos a la puerta principal.

—sí, lo compré antes de venir —visualicé a los chicos, estos estaban apoyados en el Jeep rojo esperándonos.

—te queda bien —murmuró, pero no le presté atención ya que me fuí a despedir de las mamás, quienes se preparaban para ver una película con Belly.

minutos después, estábamos los cuatro en el Jeep; Jeremiah era el conductor indicado, yo estaba de copiloto, Steven y Conrad en la parte trasera.

siempre hemos tenido una regla: cada vez que Jeremiah esté de conductor indicado iba yo de copiloto, y si Steven manejaba Conrad iba de copiloto, e igual si pasara de manera contraria.

FALSE GOD | CONRAD FISHERWhere stories live. Discover now