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Elizabeth

El sol se coló por la ventana, cosa que me hizo abrir los ojos y caer en cuenta que no estaba en mi habitación. Rodé mi cuerpo levemente y ver al ojiazul plácidamente dormido, como casi todas las mañanas.

—¿buenos días? —murmuró con su voz un poco ronca. Sonreí.

—buenos días —respondí acariciando su pelo— estoy empezando a acostumbrarme despertar aquí.

—menos mal, porque el resto del verano lo harás —dejó un beso en mi frente.

Volví a sonreír, pero esta vez no llego a mis ojos. Me acerqué levemente a él dejando un beso en su mejilla.

—¿ahí? —preguntó fingiendo sorpresa.

—¿dónde más? —enarqué una ceja divertida.

—en mis labios —respondió obvio.

Rodé mis ojos mientras negaba. Me senté en la esquina de su cama tomando mis pantuflas que estaban a un lado de ella, sentí como sus manos enrollaron mi cintura y como dejó un beso en mi cuello.

—tengo hambre —comenté. Él dejó de besar mi cuello mientras asentía en un murmurllo.

—sí, yo también —se sentó a mi lado.

Me paré y caminé hacia la puerta ignorando lo que había dicho por completo. Bajé las escaleras para encontrarme a Steven dejando un plato en frente de Belly y regresar a la cocina, fruncí mi ceño.

—¿estás haciendo el desayuno? —pregunté sentándome al lado de Belly.

—¿qué crees? —respondió divertido.

Minutos después, Conrad bajo y se sentó a mi lado aún con cara de sueño. Me miró y sonrió extrañado.

—¿esta haciendo el desayuno? —preguntó en un murmurllo.

—sí —murmuré asintiendo.

Extendió un plato de hotcakes hacia mí, dejando ver estos y una cara formada con frutas. Sonreí mientras lo partía en una esquina.

—¿y si me das un poco? —murmuró en mi oído.

—no, espera el tuyo —respondí antes de comer otro pedazo.

Él rodó sus ojos y apoyo su rostro en el mesón, sonreí mientras le daba un poco de mi comida. Él imitó mi acción cuando comió de aquel hotcake.

—te quedó bueno, Stev —comentó mientras lo saboreaba.

—¡no hables mientras comes! —hice una mueca para que él riera.

—lo hago con toda la intención —me miró divertido, para luego, dejar un beso en mi mejilla.

—¿qué haremos hoy? —el rubio entró sentándose en frente nuestro.

—no lo sé —respondió conrad desinteresado mientras tomaba una fruta de mi plato— ¿vamos a surfear?

—sí, tenemos tiempo que no vamos —Steven apoyó la idea de Connie mientras entregaba su desayuno.

FALSE GOD | CONRAD FISHERWhere stories live. Discover now