FALSE GOD | CONRAD FISHER

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Conrad

—tranquilo, entiendo si no puedes venir mañana, debes estar ocupado con la universidad —eli trató de comprenderme, pero sabía que no era así. La conocía.

Mañana era san valentin y tenia pocas posibilidades de verla, pero sin importar, lo haré. Iré donde ella.

—amor, perdón de verdad. Quería pasarlo contigo —hice una mueca triste.

¿quería?

—de igual manera creo que veré películas con las chicas —contestó indiferente, para luego suspirar.

—¿pasa algo? —pregunté recostando mi cuerpo en mi colchón, haciendo que esté suelte un leve crujido.

—no... lo sé. Últimamente me he sentido cansada, pero no físicamente, ¿me entiendes? —suspiró— es difícil.

—te entiendo, me sentía así casi todos los días —respondí relamiendo mis labios— son tiempos que no quiero recordar. Pero lo que sí es que fuiste la única quien me ayudó; quien me hizo sentir bien todo ese tiempo —confesé.

—¿yo? —preguntó con su tono de voz confundida.

—tú, amor. Siempre has sido tú —sonreí levemente— recuerdo cuando estaba perdido en la oscuridad, pero llegaste y fuiste como una luz que me guió a sentir felicidad con solo tu sonrisa.

Remember when you're lost in the darkness, look for the light.

—también me has ayudado sin que te des cuenta, Con. Es como si nos hubiéramos ayudado mutuamente.

—eso hicimos, y lo seguiremos haciendo, Eli.

★★

—ya sabes qué decirles a los profesores, ¿verdad, Jack?

tomé las últimas cosas que quedaban en mi escritorio para ver al castaño asintiendo mientras estaba en su teléfono.

—tienes vómitos y si vas les vomitarás encima a cada uno, entiendo. Ahora, vente antes de que se haga más tarde.

Asentí saliendo de la habitación, dejándola levemente abierta. Salí por la gran puerta que daba en dirección al campus; busqué mi auto y una vez estuve dentro, empecé el trayecto hasta su casa.

Le había comprado unos cuantos dulces y había visto tutoriales de cómo hacer los anillos de papel que guardé en una cajita de color rosa. Creo que eso bastará.

El trayecto cada vez se hacia más corto, así que en los últimos treinta minutos, decidí prender la radio para que cruel summer by Taylor Swift sonará en ella. Sonreí por inercia.

—'Cause i'm drunk in the back of the car, and i cried like a baby coming home to the bar (uh-uh) say i'm fine but it wasn't true. I don't wanna keep secrets just to keep you... —murmuré sin darme cuenta que me la sabia de pies a cabeza.