🔞Capitulo 9🔞

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Las Van Der Zee se habían quedado en un hotel del pueblo, el mejor en su clase solo para refugiarse de la prensa y noticieros, no podían volver al mar debido a que su hija aún seguía por ahí y no volverían hasta traerla devuelta.

—Cariño. . . ¿Por qué en este pueblo conocen quienes somos? –cuestionó la alfa algo tímida.

—Querida, ¿Acaso no recuerdas bien quienes somos?, Pudimos haber desaparecido por muchos años del mundo humano, pero estos desgraciados al parecer no les gusta olvidar celebridades. –musitó con molestia en el tono.

La pelirroja piensa en las palabras de su esposa, en como fue posible que todo esto haya pasado, y como es posible que una kraken tenga a su hija. Se acerca a la rubia besando su hombro mientras la abraza de la cintura apegandola a su cuerpo, está acción causo un sonrojo en la omega.

—Estas muy cariñosa, ¿Tu celo está por llegar, cierto. . .?

La alfa asiente empezando a lamer la marca de su omega, este punto es tan sensible que la rubia no pudo evitar soltar un pequeño gemido.

—Samara, no podemos hacerlo, solo podemos tener una hija. –musitó tratando de apartar a la más alta.

La alfa hizo caso omiso subiendo sus manos hacia los senos de la omega empezando a masajearlos mientras está se volvía más sensible a los toques de la pelirroja. Pero algo detuvo a la alfa, la omega gruñó en señal de advertencia de que no quería seguir.

—Somos Van Der Zee, no podemos. . . –para en seco.

Samara no la dejo terminar besándola en los labios de forma inesperada, una vez se separada mira los ojos azules de su esposa.

—Tu eres una Van Der Zee, yo soy una Raineyes, somos totalmente diferentes. –comentó con una sonrisa coqueta.

A pesar de que las alfas de la especie de las sirenas sean sumisas ante las omegas, durante el acto suelen ser muy alzadas en el sentido que a pesar de que no hacen caso con un simple "No". De hecho, este caso era uno de ellos, Samara fue seleccionada por la propia Nerissa para tener descendencia, sus sentimientos florecieron después de la concepción de la joven princesa, la pelirroja paso de ser una alfa destinada para reproducirse aleatoriamente a ser la esposa de la reina de las sirenas, Nerissa.

—Sabes la razón la cual te escogí, Samara Raineyes. –musitó en un tono de voz frío.

Está palabras hicieron que la alfa se separe de la omega, no se esperaba aquellas palabras.

—Lo sé. –respondió sin mirar a la rubia.

La pelirroja se sento en la cama, su celo se estaba acercando, pero al mismo tiempo de sentía mal debido a que a pesar de que ambas se hayan enamorado solo fue seleccionada por una razón, tenía totalmente prohibido incluso calmar a su omega en sus fechas de celo.

—Yo te amo Nerissa. –se limitó a decir.

Esas palabras estrujaron el corazón de la omega, la rubia se acerca a la contraria para acto seguido besarla en los labios, no le gustaba ser tan estricta con ella, con su esposa.

—Perdón.

La alfa no escucho más de ahí, la agarra de la cintura colocándola sobre ella, se siguen besando hasta que de un momento a otro ya se encontraban sin ropa, alfa y omega se encuentran besandose y marcandose como si no hubiera un mañana. La pelirroja yacía encima de la omega quien esta boca abajo aferrándose a la almohada sintiendo como su interior es invadido sin pausa alguna, los gemidos de ambas y el choque de pieles era lo único que se escuchaba en aquella habitación de hotel.

—Samara~ –gimió la rubia.

La omega muerde la almohada al sentir como su alfa acelera la velocidad tocando sin piedad el punto dulce de esta, no habían tenido relaciones desde el nacimiento de la joven princesa Chelsea, esto era como empezar otra vez, y les gustaba, a ambas les gustaba la sensación de tener relaciones, no solo porque fuera un deber sino también porque ambas se amaban, y aman extrañaban demostrarse amor de esta forma.

~Escapando del mar~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora