Capitulo 14

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—Agatha, ¿Que has hecho . . .?

Gran madre estaba en shock, al ver una Kraken omega llorando cubriendose sus partes intimas, la mayor no pensaba que su hija, la princesa de los krakens, haya tomado aquella omega a la fuerza marcandola con tanta fuerza y rabia que la sangre no dejaba de correr.

—Solo hice lo que me enseñaste, madre. –musitó la fucsia con una sonrisa lamiéndose la sangre de sus afilados dientes.

Gran madre retrocedió, el olor y las feromonas de su hija eran tan fuertes que empezaban a irritarla, la omega quería irse nadando, pero la alfa en un modo agresivo la agarra con sus tentaculos envolviendola, era mucho más fuerte que ella y más grande.

—No te vas a ir hasta que me asegure bien de tener una hija contigo. –musitó entre dientes—. Madre, retirate, quiero estar sola con esa omega.

La voz de mando hizo que la mayor obedeciera en regañadientes, no quería pelear con su hija en un momento como ese, si bien es cierto que Agatha hizo lo que su madre le enseño desde su nacimiento, desde como pelear, como matar y finalmente como aparearse no pensó que lastimada y marcaría a una omega, la omega que le fue asignada para tener una heredera alfa.

(...)

Aquel agrio y oscuro recuerdo invadió la mente de Agatha, quien solo retrocedió cubriendose la boca por el impacto, no sabía y tampoco entendía porque su pasado ahora la estaba afectando de esta manera.

—No puedes, ¡Tú no puedes. . .!

—¿Juzgarte por lo que hiciste? –cuestionó la mayor interrumpiendo a la contraria—. Claro que puedo, si mal no recuerdo, aquella omega al dar a luz a Ruby fue asesinada con tus propios tentáculos, y luego te fuiste con ese omega Arthur, con quién tuviste al pequeño Sam.

Agatha solo escuchaba, algo en ella estaba haciéndola sentir diferente, algo en ella la estaba haciendo recordar toda la mierda que hizo en su pasado, y no lo soportaba.

—No llegaste a formar un lazo con aquella omega, por lo que matarla fue solo acabar con su sufrimiento, eres cruel. –susurro esto ultimo—. Mataste a la madre de Ruby, para así tener una excusa e irte del reino dejándome a cargo a esa criatura que ni siquiera pudo probar la leche materna de quién la dió a luz.

Agatha empezó a irritarse, no podía seguir fingiendo por mucho tiempo quien era en realidad, no soportaba que la culpen en cara y la voz de mando de su madre solo empeoraba.

—Me dijiste que tenía que tener una heredera, pues eso hice. –comentó con frialdad en su tono—. Agarre a esa omega en sus días de celo, solo la quería para tener a Ruby, y la marque como capricho en un arranque de ira. –confesó—. Ese día no fue mi día favorito, pues pasaron muchas cosas.

Agatha sabía con exactitud lo que hablaba y recordaba claramente ese día, recordaba como había matado a su propia cría, su producto de pasión con en ese entonces la princesa Nerissa.  La joven Agatha de ese entonces había vuelto al reino de los krakens echa un lío pues también había perdido el tridente, pobre de la omega asignada que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino.

—De tal palo, tal astilla, ¿No? –preguntó esto último con una sonrisa captando la atención de su reina—. ¿Cómo fue que me tuviste a mi?

Gran madre proceso la pregunta, para acto seguido mirar a su hija a los ojos fulminandola con la mirada.

—Tienes razón, pero yo no mate a tu madre, la mataron las sirenas alfas.

Aquello hizo un gran "tick" en la mente de la kraken color fucsia, el día en el que su progenitora omega murió a manos de las sirenas alfas, Gran madre estallo en una ira que se llevó a casi toda la especie de las sirenas, gran madre realmente amaba a su omega, y le dolió como el propio infierno que se la hubieran arrebatado de esa manera, cuando Agatha solo era una infante de 5 años que vio el cuerpo de su madre desmembrado a medio comer.

~Escapando del mar~ Where stories live. Discover now