Capitulo. 28 preludio de una larga guerra

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"La magia es un factor importante cuando se va a reinar, solo el linaje mágico mantiene el orden y la paz en una nación, al menos eso es lo que se supone debe ser, pues no existe magia que no libere caos u orden dado que la magia es el resultado de la unión de ambas fuerzas, pero hay casos extraños, cuando la magia nace sin generar nada, sin pedir nada a cambio de ser usada, se le llama magia huérfana o magia de Nada. Las pocas personas que sabían cómo era esa magia ya no existen, pero algo es seguro cuando aquella magia vuelva a ser invocada será la señal de un desastre sin precedentes. "

—No podemos simplemente dejar que la reina tome el reino de Tharlis cuando no es la legitima reina

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—No podemos simplemente dejar que la reina tome el reino de Tharlis cuando no es la legitima reina.

—Como reina madre puede asumir el control, en esta crisis es lógico que dirija un escuadrón de soldados a explorar las sombras... quiero decir el valle Khali. —Se interrumpió un hombre en cuanto miro en la dirección del muchacho.

—No sabemos qué tan peligroso es lo que se oculta ahí.

—La magia y los objetos mágicos se apagaron, por ese objeto.

—Suponiendo que sea un objeto y no un demonio.

—Si lo fuera ya lo sabríamos.

—Es bien sabido que los seres mágicos, son tan estúpidos que solo utilizan su maná de forma instintiva.

—Es cierto, es imposible que un ser mágico tenga tanta conciencia de sí mismo.

—¡No sabemos lo que llego a nuestro mundo!

Asher se mantuvo al margen de la conversación de los generales ahí reunidos, el chico no esperaba tener una gran participación, sin embargo, se preguntaba para que lo habían convocado en primer lugar, solo lo estaban ignorando mientras él estaba sentado.

Curiosamente no se sentía alterado por ese hecho, tenía la corazonada de que algo así pasaría, por lo que en cuanto llego a la estancia simplemente se quedó escuchando la discusión de todos los demás, mientras apretaba la suave pluma que estaba bajo su abrigo.

El objeto le traía mucha paz, por lo que no pudo evitar sonreír por la ironía de la situación.

—¿Hay algo que le causa risa, príncipe Asher?

—Nada su alteza, —contestó sorprendido.

—Quizá pueda decirnos que podríamos hacer en esta situación, dado que incluso su reino se encuentra en conflicto.

—¿Ahora se me permite hablar, majestad? —respondió altivo.

—Un rey no necesita permiso para dar su opinión en política, Príncipe.

—Por supuesto, un rey no lo necesita, pero yo no lo soy, su alteza. —El chico sonrió.

—Además soy solo un invitado, no deseaba ofenderlo o pasar por impertinente.

El juego del hada malvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora