Encantador - Taehoon.

16. Cruce de colegios.

"El inicio"

Acabando de ir a practicar en la academia, salió a las 8 p.m.

Su madre había llamado para avisarle que ese día no había podido irlo a recoger por su trabajo y Taehoon tenía una cena familiar a que tenía que ir -obligado-.

Antes de salir, se puso su uniforme escolar para no ensuciar las bastas del pantalón blanco de su uniforme de Taekwondo. Se soltó su cabello, húmedo por el sudor del entrenamiento, y se puso sus lentes para poder ver mejor, ya que era de noche y podría ser malo si caminaba viendo borroso.

Emprendió su regreso a casa luego de despedirse de Taehoon, quien no paró de disculparse por no poder ir con ella.

Su ruta era normal, la que siempre agarraba para llegar a su casa después de ir al colegio y/o academia, ya que ambas quedaban bastante cerca y no tenía que tomar caminos distintos, lo que era un alivio para ella.

Sin embargo, un evento anormal sucedió esa noche.

Cuando iba caminando, notó un grupo de hombres y mujeres de más o menos su edad con el uniforme de otro colegio, que se encontraban obviamente pasados de copas (y quién sabe de qué más) a un lado del camino, riendo y charlando.

Ella no cambió la expresión apesar de estar asustada y se dispuso a pasar rápidamente por aquel lugar para llegar a su casa.

- ¡Hey, miren, una niña!

Contuvo su risa, ya que eso sonó muy tonto, pero cayó en cuenta de que hablaban de ella.

"Es pequeña"

- Qué bonita - dijo uno de los señores, feliz.

- Y pequeña - añadió otro, acariciando su cabello como si fuera un gato.

- Se ve algo fea, no me gusta su cara - opinó una mujer, celosa por la chica.

"¿Por qué tenía que pasarme esto a mí?".

- Cuántanos, niña. ¿Vives por aquí?

- ¿Te fugaste de casa?

- ¿Estás perdida?

- ¿Te escapaste un rato y vuelves tarde a tu casa?

Ella se sintió abrumada por tantas preguntas, sin mencionar lo incómoda que estaba.

- No me fugué, ni me escapé, ni estoy perdida. Sólo estoy volviendo a mi casa.

- Pobrecita, debes sentirte triste porque te estamos reteniendo...

- Sí, me regañarán si no llego pronto a casa.

- En ese caso, deberías irte.

"¿Así de fácil? Pensé que eran malas personas".

- ¿En serio? Muchas gra--

Un golpe en el rostro la interrumpió. Una de las chicas la había golpeado.

- ¿Cómo eres tan ingenua, niña tonta? - preguntó, riendo.

Ella se mantuvo de pie, cubriendo su boca. El golpe le había roto el labio inferior.

"Sólo por hoy, pelearé"

- Eres de ese colegio que nos hincha las pelotas gracias a que controlan la zona, ¿no? - uno de los hombres se puso de pie, con un cigarro en la mano-. Tú serás el comienzo perfecto para tomar las riendas de este lugar.

La sonrisa de todos la hizo sentir su estómago revolverse.

- Apuesto a que no va a hacer nada.

- ¡Yo apuesto a que llora!