17. Acabando con ellos.

261 36 5
                                    

"Esquiva, golpea".

Cuando terminó de insultar, quedaron impactados.

- De seguro te has visto muchos cómics, enana - rió uno, nervioso.

"Intimidación. No los intimidé, pero están tan nerviosos que dejan su puntos débiles a mi alcance".

- Así es, y tantos cómics sólo me ayudarán a partirte mejor el culo, cara de ver-- *piii*.

Sin más, se abalanzó contra uno de ellos rápidamente.

"Son más altos y robustos que yo, es mejor acercarse. Si no puedo derribarlo ni aprisionarlo porque está su amigo cerca, entonces tengo que acabarlo rápido".

Cuando estuvo en su alcance, le clavó un fuerte puño en el plexo solar.

- ¡Agh, niña del dia--

Una patada con talón hacia su nariz detuvo su lengua y lo hizo retroceder cubriéndose el rostro.

"No lo acabé, pero esto va mejor de lo que pensaba".

Suspiró, intentando quitarse los nervios de encima.

"Intimidación, dominancia, agresividad".

- ¿Taekwondo? Qué desilusión - comentó el jefe, tomando de su lata de cerveza.

Ella miró al chico a unos 2 metros, quien estaba congelado.

- Eres muy blando para esto, para mi suerte - le dijo ella.

- ¿Qué?

Sin esperarlo, se dio media vuelta. Confundió al chico hasta que sintió el talón de la más baja enterrarse en su entrepierna.

- Oh, no planeaba que fuera a parar ahí. Lo siento.

- E-Está bien, no pasa nada... - la disculpó el chico sollozante.

"Ahora es... ¡Una patada delantera con la pierna derecha!".

Ella se deslizó hacia la izquierda, esquivando la patada delantera que el chico con la nariz rota le había lanzado.

- ¡No te dejaré escapar ahora, maldita!

- Primero huyes tú con el rabo entre las patas, cachorro - le hizo una seña de muerte con su mano derecha para provocarlo más.

"Está viniendo, va a intentar pegarme con esos puños. ¿Quizás una cadena de golpes? O no, puede que sólo me tire golpes hasta que se canse".

Lo esperó, plantando sus pies en el pavimento y poniendo su guardia arriba, preparándose.

"Por cómo va girando su abdomen, es un puño descendente con la izquierda. Y un gancho al abdomen con la derecha".

Ella subió su antebrazo a su rostro, bloqueando el golpe descendente. Casi de inmediato, metió si brazo izquierdo para evitar ser golpeada en el abdomen.

"Viene un gancho izquierdo".

Antes de que le llegara el puño, pisó con su talón derecho el pie izquierdo del chico, haciéndolo gritar de dolor.

Con su mano izquierda empujó el mentón del chico hacia arriba, dejándole el camino hacia su cuello a su puño derecho, el cual no desaprovechó la oportunidad y golpeó limpiamente su garganta.

Sin ser suficiente, tomó la nuca del chico con su mano izquierda.

- Te dije que te rompería el orto, cabrón.

Con su codo derecho, empezó a golpear una y otra vez la cara del chico de manera precisa. La nariz, la boca, el ojo izquierdo; con sólo cuatro codazos, parecía como si esas partes de su rostro quedarían inutilizables.

"Sin piedad, tan agresiva con un oso".

Una dollio al cuello fue suficiente para tumbarlo.

"Jefe final"

- Van cuatro, sólo quedas tú - señaló ella al jefe.

El robusto hombre se puso de pie.

- Tus ojos no son los de una niña dispuesta a morir, son los ojos de una pequeña ardilla rabiosa.

"Tiene más o menos mi misma altura, pero tiene más masa corporal. Se nota a primera vista que pesa mucho más que yo".

- Viveré mucho más que tú, maldita perra - le respondió ella, acomodándose el uniforme.

Él agarró un tubo de hierro cercano.

- Como no sé pelear, preferiré dejar mi caballerosidad de lado y te golpearé con esto.

- No te preocupes, me encargaré de regresártelo por el orto.

"Un contrincante robusto con un arma".

- Ya que tienes eso en la mano, puedo usar esto - comentó ella, sacando de su bolsillo un bolígrafo con su mano derecha.

Él rió antes de levantar el tubo e intentar golpearla con un movimiento diagonal hacia su rostro.

Ella se deslizó por el suelo para evitar que el fierro le golpeara.

- ¿Qué tienen con mi cara hoy? - preguntó.

Usó el suelo como apoyo, ya que puso sus manos en el suelo para tomar impulso.

"Responderá con un gancho en las costillas o un puño en la cara, se nota demasiado que ha practicado alguna cosa".

Con su talón izquierdo, le golpeó la quijada. A diferencia del otro, él sufrió por el golpe pero se recompuso sin notar que había soltado el fierro.

El corazón de la chica empezó a latir más rápido que antes, avisándole a la chica que se detuviera. Había peleado con 5 personas haciendo un par de cosas, su corazón no soportaría más de unos pocos minutos en movimiemto.

"Gancho a las costillas".

Cubrió con su brazo derecho, bloqueando el golpe. Rápidamente, clavó el bolígrafo en la axila izquierda del chico.

"Sin mostrar debilidades".

Sin emportarle menos su grito, lo quitó y se lo enterró en el ojo izquierdo.

Su mano derecha se había llenado de sangre, pero ella sólo enterró más el bolígrafo en el ojo de su enemigo.

Tomó el fierro que él tenía en sus manos hasta antes de la patada.

- Te enseñaré a ser un niño bueno.

"Taehoon se hará cargo"

Cerca del lugar (aunque no tanto), Taehoon compartía una incómoda cena con sus tíos y tías cuando su tono de llamada sonó.

- Disculpen, iré a responder.

Se levantó rápidamente de la mesa en cuento notó que quien lo llamaba era el número de ella.

Nunca antes habían intercambiado números, pero lo memorizó por si un día lo necesitaba.

- ¿Qué sucede? - le preguntó él, pensando en si le pudo suceder algo.

Un molesto y fuerte sonido que se repetía en el ambiente de la chica llamó su atención.

- Tae, perdona por llamarte. Sé que estabas ocupado, pero necesito que vengas. Tú sabes, en esta calle cerca de la academia.

Sin perdírselo dos veces, Taehoon ya había tomado el saco de su traje para ir en camino.

- ¿En cuál calle?

- No te hagas, esta calle con el bus amarillo que llevaba gente a iglesias y dice "1987".

- ¿El abandonado?

- Sí, ese mismo.

- Voy llegando.

Continuará.

By: 🌸Nae🌸.

Encantador - Taehoon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora