38. Está loca.

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"Revelación".

- ¿Jefe?

Un seguidor de Kim Gyubeom había logrado reconocerlo en la calle.

Cuando iba a las reuniones, se vestía rudo, se ponía numerosos aretes y lentes de contactos grises para esconder un poco su verdadera apariencia.

Aunque no era Superman y de espaldas se veía exactamente igual.

- ¡Jefe de--.

Kim Gyubeom le cubrió la boca para callarlo y lo arrastró a un callejón cercano.

- ¿Por qué chucha me hablas? - él le preguntó, luego de soltarlo.

El chico dudó de si decirle o no.

- Q-Quería decirle que los otros jefes planean atacar a nuestro colegio.

Gyubeom resopló.

- ¿Por qué?

- Usted está quedando como alguien débil al no hacer algo con la jefa de Kyumgeo, que está en su territorio sin consecuencia alguna. Planean a acabar con el débil jefe de Pyongkang y con la jefa bebé de Kyumgeo; dos pájaros de un tiro.

- ¿"Jefa bebé"?

- ...Hay rumores de que usa pañales.

- Pff, eso es absurdo - él no pudo aguantar su carcajada.

- Jefe, es serio.

- Lo sé, ¡pero la gente es tan tonta...!

"No hay de otra"

Gyubeom ya no sabía qué hacer para solucionar el problema.

Si no hacía algo con la chica, los otros colegios se harían cargo de los dos. Pero si hacía algo al respecto, no estaba del todo seguro de si podría soportarlo.

Era su amiga y su... Primer amor.

De pequeña ella era linda. Siempre le llamó la atención, desde que se conocieron hasta el presente.

Le hizo gracia recordar a la pequeña niña alegre y sincera que había conocido luego de que sus compañeros lo molestaran.

Cuando ellos decían: "¡Es extraño que Gyubeom tenga cabello blanco!", ella respondía: "¿Y a ti qué te importa eso? ¡Al menos su cabello es bonito, no como tú que tienes un corte que hace parecer tu cabello un feo casco!".

A la chica nunca le entró en la cabeza cómo los niños podían ser tan crueles con los que eran distintos cuando era obvio que las personas no podían ser todas iguales.

Desde que la conoció, ella se peleaba con los niños y niñas que lo hostigaban y se burlaban. Incluso cuando salía ilesa de la pelea, también salía ilesa de los regaños de los profesores gracias a que ella era una muy buena estudiante.

- Era una matona - él sonrió tontamente.

Luego de irse aprendió algo de boxeo y se hizo fuerte en las peleas callejeras mientras intentaba sobrellevar su vida social, ya que ella lo estaba esperando. Además, recordaba que el chico ideal de la chica era alguien más fuerte que ella.

Cuando regresó a Corea, se convirtió en el jefe de Pyongyang luego de convertiste casi de inmediato en el objetivo de burla de los estudiantes.

Le resultaba divertido para distraerse, pero después se reencontró con ella.

Pensó que simplemente la echaría del colegio o algo luego de hablar un poco con ella, pero mientrás más la veía y más hablaban se daba cuenta de que su niña seguía ahí.

Su niña estaba ahí, frente a él. Y no era un sueño, él había vuelto por ella y para ella. ¿Por qué la alejaría? No quería hacerlo.

- No hay de otra.

"Ya veo".

- Mmm, ya veo - fue lo único que dijo ella después de prestar atención a la explicación del chico durante todo el capítulo.

Él la miró, confundido.

- Te acabo de decir que somos enemigos y planeaba quitarte del camino. Sin mencionar de que sé que eres la jefa de Kyumgeo y que eres una matona.

- Igual es muy obvio que soy una matona.

- ¿Al fin admites que eres una matona?

- Tiene muchas definiciones - ella desvió la mirada al sentirse juzgada.

Gyubeom suspiró.

- Te explico esto para que me digas qué debo hacer.

- La primera opción es que me elimines para que los otros colegio se queden tranquilos. Y la segunda opción es que no hagamos nada y los otros colegios nos ataquen.

- Así es. Dime tú qué hacer, ya que tú sales perjudicada con ambas opciones.

Sin que el chico pudiera entenderla, ella sonrió malvadamente.

- ¿Y quién dijo que sólo tenemos dos opciones?

- ¿De qué hablas?

El ingenuo chico no se imaginaba lo que planeaba hacer la chica.

- Dime algo, Gyubeom... ¿Cuándo y dónde será la próxima reunión de los jefes de los colegios?

- ¿Por qué quieres--

Se mordió la lengua al entender los pensamientos de su amiga.

- ¡No puede ser! ¡Es imposible! - él hizo una expresión sorprendida, poniéndose de pie mientras se cubría la boca.

- Es posible.

- ¡Estás loca! - finalmente, sonrió.

- Vamos a declararles la guerra a esos niños.

Continuará.

By: 🌸Nae🌸.

Encantador - Taehoon. Where stories live. Discover now