28. Un psicópata.

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"¿Cómo puede ser así?"

Su cabeza hirvió de rabia.

- Nosotros nunca terminamos, fue un error, ¿no? Es algo que vamos  superar.

Ella lo miró, casi muriendo de enojo.

- Tu misma lo dijiste, vamos a casarnos y vivir juntos hasta viejitos. Arreglemos esto. Es un desliz, sé que puede pasar que mires a otras personas y te sientas confundida, a mí también me pasa.

- No pienses que esto es igual a lo que tú haces. Me comparas con cada maldita chica que te pasa por enfrente.

- ¿Y me vas a decir que tú no eres superficial? Me dejaste por un campeón nacional de Taekwondo, ¡por un puto karateca en forma!

- ¡Pero no es por eso que me gusta!

- Ajá, dices tú. Vamos, sé que lo veías y pensabas: "Uff, está mejor que mi novio".

Ella se sintió frustrada, era como hablar con un poste.

- Arturo, terminamos hace 2 semanas.

- Pero eres mía. Le dije a mis amigos, a mi familia y a todos en el colegio que eras mi novia. ¿Por qué me dejas así? ¿No ves que estoy sufriendo?

- Tu papel de víctima me da asco.

Él enfureció, ahora ambos estaban enojados.

- Ni siquiera eres un buen hombre.

- Sabes que lo soy.

- Lo eres, en tus delirios y sueños húmedos.

"Llamen a una ambulancia, pero no para mí"

Gruñó de enojo antes de intentar lanzarle otra cachetada a la chica.

Ella golpeó ligeramente el brazo del chico para detenerlo y con su cabeza golpeó la nariz del chico. Algunas manchas de sangre dieron a parar en el uniforme de la chica, anunciándole que había logrado romperle la nariz.

- Bien, hagamos esto a mi manera.

Empezó a saltar y estirar sus piernas, preparándose para pelear mientras el chico intentaba detener la hemorragia.

- Si te mato ahora mismo, entenderás que eres una basura y no te atreverás a volver a buscarme, ¿verdad?

Él la miró, furioso.

- ¿Qué crees que dices--

La chica pateó su rodilla izquierda, haciendo que él se inclinara un poco hacia el frente. Aprovechando la abertura, tomó su cabeza y la aprisionó para darle un rodillazo en la nariz.

"Empujón".

Ella retrocedió rápidamente antes de que el chico la empujara.

Viendo que el chico estaba arrodillado cubriendo su rostro ensangrentado, levantó su pierna en lo alto para darle una patada de hacha en la cabeza.

- ¡Y-Ya lo entiendo! No tienes que golpearme más - él la detuvó, pero ella no bajó su pierna -. Me iré y no volveré. ¿Tienes algo más que decir?

Ella sonrió.

- No te mentía cuando te decía que 13 centímetros estaban bien. El promedio es 14 centímetros, estás bastante cerca para estar en crecimiento.

Cuando el chico la miró asombrado, ella bajó con fuerza su pierna, golpeándole justo en la frente.

- Esto es por ser un idiota.

Viendo al chico inconsciente en el suelo, tomó el teléfono del chico.

- Y esto es por golpearme.

Le marcó a su ex-suegra.

- Señora, soy yo. Mire que estoy cerca de la primaria donde iba con su hijo, ¿la recuerda? ¿Sí? Bueno, su hijo me acaba de emboscar y me agredió física y verbalmente - ella escuchó a la madre preocupada -. Sí, sólo llame a una ambulancia. ¿Que si estoy bien? Claro que estoy bien, después de todo, la ambulancia no es para mí, es para su hijo.

Luego de escuchar un "¿Qué?" de la señora, se despidió y colgó. Volvió a dejar el celular en el bolsillo del chico y esta vez sacó su billetera.

- 13,000 wones bastarán para mandar a lavar el uniforme.

Volvió a dejar la billetera, tomó su cosas y se encaminó a llegar a la academia, sin importarle que su uniforme había sido manchado.

"¿Estás bien?"

- No me parece bien faltar al entrenamiento por esto.

- Lo lamento, es que cuando te vi llegar toda... Manchada y tu cara no estaba bien, yo...

Taehoon se llevó sus manos a su cabello, jalándolo de la frustración.

- Yo... Pensé que...

Al verlo tan preocupado, sonrió.

- Estoy bien, sólo es una mejilla inflamada.

- ¿Y esa sangre?

Preguntó viendo el uniforme de Taekwondo ensangrentado.

- Está bien, sólo la llevaré a la lavandería y estará listo para el entrenamiento de mañana.

- No, te pregunto que cómo te lastimaste.

- Ya escuchaste al doctor decir que sólo tengo un golpe en la mejilla y la rodilla ligeramente inflamada.

- ¿Y por qué tanta sangre?

- Me caí sobre alguien y mi rodilla golpeó su nariz.

- ¿Y tú mejilla que tiene la marca de una mano?

- Bueno, cuando caí, mi mejilla cayó contra su mano.

Taehoon suspiró.

- Ya me queda claro que no sabes mentir. ¿Te peleaste con alguien?

Ella asintió, rindiéndose.

- Debiste empezar por ahí.

- Pensé que te enojarías por golpear a alguien tan feo usando el uniforme de la academia...

Al verla desanimada, le acarició la cabeza.

- No estoy enojado. Solamente... No permitas que te hagan daño, no me lo perdonaría.

Se abrazaron, sonriendo.

Continuará.

By: 🌸Nae🌸.

Encantador - Taehoon. Where stories live. Discover now