Capítulo 25. ZORRA, VUELVE A TU MADRIGUERA.

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09 - Septiembre - 2016
10:41 am.

Mi princesa:

Aquella noche en la que la lluvia se convirtió en mi aliada y el río en mi confidente, cuando los transeúntes comenzaban a salir de sus escondites con un semblante compasivo en sus ojerosos rostros ocultos bajo los paraguas, decidí que era momento de levantarme al fin de la acera y volver a casa, y eso es lo que hice. Me levanté ante las primeras miradas de lastima que me dedicaron una mujer de atuendo ejecutivo entrelazada por el brazo a un hombre de traje gris.

Me levanté y caminé por la dirección de la que yo había venido, no sin antes divisar un letrero sobre un poste que me anunciaba en dónde se encontraba mi nuevo refugio. "Av. Río Mixcoac" leí en aquel cartel con el nombre de la avenida y lo grabé en mi mente para regresar a este lugar en cuanto me fuese posible y, posteriormente, continué con mi camino entre el castañeo de mis dientes y el temblar de mi cuerpo entero.

Cada tanto preguntaba a algunas personas sobre indicaciones a seguir para llegar a mi colonia y me daban ciertas rutas que seguí al pie de la letra hasta que los comercios comenzaron a parecer familiares ante el frío de una húmeda mañana que recién comenzaba. Dado que no era que yo saliera mucho y cuando lo hacía siempre era con tu padre, me confiaba de él y me dejaba guiar sin memorizar el trayecto, sin embargo, algunas zonas eran conocidas por lo que supuse que me encontraba cerca. Al cabo de un rato llegué por fin a la gran tienda por la que siempre pasábamos y supe por obviedad que me encontraba en casa.

Durante algunos minutos me debatí entre ingresar a casa de Elena o intentar que mamá me perdonara y volver cómo si nada, sin embargo, rápidamente deseché esta última opción ya que mi cabello mojado goteaba demasiado y seguramente sería motivo de un nuevo castigo por lo que, sin muchos ánimos emprendí el camino a casa de Ángel, creyendo que tendría tiempo para ducharme y recoger la casa antes de que mi tía llegase para así evitar preguntas que ni siquiera estaba dispuesta a escuchar.

Cuando llegué sólo bastó con girar el picaporte y la puerta cedió de inmediato, confirmándome que el seguro no había sido colocado. Abrí la puerta despacio e Ingresé con cuidado, temiendo encontrarme con el Demonio de hace unas horas probablemente furioso debido a los efectos del alcohol, sin embargo, no se encontraba ni un alma en la sala y comedor contiguos a la entrada principal, en su lugar un desastre de vasos desechables y botellas vacías confirmaban el huracán de adolescentes que había estado ahí durante la madrugada.

De inmediato busqué el reloj de pared que yacía en la sala y supe entonces que eran casi las 7:00 am, vaya que era una mañana fría ya que aún el Sol se ocultaba. Mientras me perdía en el desatre de la habitación y en el fétido aroma escuché un fuerte grito en la parte de arriba seguido de otro más aunque esta vez uno femenino de tono familiar. Sin dudarlo corrí escaleras arriba para encontrarme con el peso muerto de Ángel tirado de espaldas en el suelo del pasillo mientras emitía ligeros lamentos y, al fondo, una mujer robusta que le miraba furiosa.

Elena intentaba contener su rabia pero le era imposible, llegó antes de lo previsto sólo para encontrarse con un montón de chicos ebrios vomitando en los sillones y con la sorpresa obvia de que, entre esos chicos, se encontraba su propio hijo.

— ¡No puede ser, Ángel! ¡No puedo salir ni unas horas porque haces de las tuyas! — gritaba una Elena eufórica mientras su hijo sólo reía dando vueltas en el suelo. — ¡¿Y a ti qué te pasó?! ¡¿En dónde se supone que estabas?! — Gritó esta vez hacia mi dirección al notar el ligero castañeo de mis dientes. Sus penetrantes ojos conectaron con los míos haciéndome sentir indefensa y vulnerable, yo no quería recordar todo lo ocurrido pero sus preguntas me obligaban a hacerlo. No tenía respuesta para aquello que ella preguntaba ya que tenía la fiel convicción de que nadie sabría jamás lo que ocurrió en esa noche, sin embargo, si quería ocultar mis penas y mi dolor era mejor darme prisa y pronunciar alguna respuesta convincente que evitara el resto de cuestionamientos que sabía que me haría.

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⏰ Last updated: Aug 23, 2023 ⏰

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