Capítulo 18

165 9 2
                                    

Emma Hernández

Hoy es mi cumpleaños.

Ayer pasaron muchísimas cosas de las cuales me arrepiento, y muchísimo.

Mi padre ahora me va a vigilar muchísimo más que nunca y ahora casi todos los del equipo saben lo mío...

Después de todo lo ocurrido no pude dormir en mi habitación porqué las puertas estaban rotas así que Sira se ofreció a que me quedase en su habitación al menos esta noche.

Le expliqué todo a Sira y no sé quién fue la que ayudó más a la otra a tranquilizarse.

Pedri se presentó por la noche en la habitación de Sira cayéndole lágrimas por el rostro. Hablamos, volví a contar la historia de nuevo, ambos volvimos a llorar, me abrazo y me hizo una promesa. La promesa de que nunca se iba a separar de mí y que me iba a ayudar absolutamente con todo, esté a favor o no esté a favor.

Ambas nos quedamos dormidas bastante rápido, aunque sospecho que Sira me vigilaba.

Y ahora estoy sentada en la cama de Sira mientras ella me ayuda a elegir un vestido por mi cumpleaños.

-¡Este!- grita y saca un vestido azul cielo con pequeñas florecitas blancas y mangas largas de tul.

-Sira, se me ve la venda y los cortes sobresalen de ella- digo con una mueca.

-¿Y? Que la gente piense y mire lo que le dé la gana, que tú eres perfecta y punto coño, tanto por fuera como por dentro-.

Sira es una de las tantas personas que ha podido sacar el lado bueno de esta situación, y me alegro por ello y por tenerla como mejor amiga.

Sira es una de las tantas personas que ha podido sacar el lado bueno de esta situación, y me alegro por ello y por tenerla como mejor amiga

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Venga vale, voy a ponermelo-.

Sira da palmas de la emoción.

-Vale, vale, voy tirando para abajo para desayunar, en cuanto acabas de vestirte baja de inmediato, ¿Ok?- me advierte.

-Que si, Sira, que si- suspiro cansada.

Ella se va haciéndome un gesto de que me vigila y yo entro al baño. Me pegó una ducha, me lavo el pelo y me preparo poniéndome el vestido con mi perfume de vainilla, un poco de rimel, colorete para que no se me note lo pálida que estoy y cacao de vainilla también.

Dejo que el pelo se me seque al aire y salgo para ponerme los zapatos que opto por las Air Force 1 blancas.

Justo cuando estoy cogiendo mi iPhone tocan a la puerta.

Voy a abrir y en cuanto lo hago me encuentro a Pablo. Pero está diferente, parece no haber dormido, tiene muchas ojeras.

-Hola preciosa,- me dice de forma cariñosa- ¿Puedo pasar?-.

-Claro-.

Le abro la puerta para que pase dentro de la habitación.

-¿Cómo estás?- pregunta mirándome.

SEMPITERNO; Pablo GaviWhere stories live. Discover now