Emma Hernández
Hoy es mi cumpleaños.
Ayer pasaron muchísimas cosas de las cuales me arrepiento, y muchísimo.
Mi padre ahora me va a vigilar muchísimo más que nunca y ahora casi todos los del equipo saben lo mío...
Después de todo lo ocurrido no pude dormir en mi habitación porqué las puertas estaban rotas así que Sira se ofreció a que me quedase en su habitación al menos esta noche.
Le expliqué todo a Sira y no sé quién fue la que ayudó más a la otra a tranquilizarse.
Pedri se presentó por la noche en la habitación de Sira cayéndole lágrimas por el rostro. Hablamos, volví a contar la historia de nuevo, ambos volvimos a llorar, me abrazo y me hizo una promesa. La promesa de que nunca se iba a separar de mí y que me iba a ayudar absolutamente con todo, esté a favor o no esté a favor.
Ambas nos quedamos dormidas bastante rápido, aunque sospecho que Sira me vigilaba.
Y ahora estoy sentada en la cama de Sira mientras ella me ayuda a elegir un vestido por mi cumpleaños.
-¡Este!- grita y saca un vestido azul cielo con pequeñas florecitas blancas y mangas largas de tul.
-Sira, se me ve la venda y los cortes sobresalen de ella- digo con una mueca.
-¿Y? Que la gente piense y mire lo que le dé la gana, que tú eres perfecta y punto coño, tanto por fuera como por dentro-.
Sira es una de las tantas personas que ha podido sacar el lado bueno de esta situación, y me alegro por ello y por tenerla como mejor amiga.
-Venga vale, voy a ponermelo-.
Sira da palmas de la emoción.
-Vale, vale, voy tirando para abajo para desayunar, en cuanto acabas de vestirte baja de inmediato, ¿Ok?- me advierte.
-Que si, Sira, que si- suspiro cansada.
Ella se va haciéndome un gesto de que me vigila y yo entro al baño. Me pegó una ducha, me lavo el pelo y me preparo poniéndome el vestido con mi perfume de vainilla, un poco de rimel, colorete para que no se me note lo pálida que estoy y cacao de vainilla también.
Dejo que el pelo se me seque al aire y salgo para ponerme los zapatos que opto por las Air Force 1 blancas.
Justo cuando estoy cogiendo mi iPhone tocan a la puerta.
Voy a abrir y en cuanto lo hago me encuentro a Pablo. Pero está diferente, parece no haber dormido, tiene muchas ojeras.
-Hola preciosa,- me dice de forma cariñosa- ¿Puedo pasar?-.
-Claro-.
Le abro la puerta para que pase dentro de la habitación.
-¿Cómo estás?- pregunta mirándome.
YOU ARE READING
SEMPITERNO; Pablo Gavi
FanfictionSempiterno: Que durará siempre, que no tendrá fin. La hija del entrenador de la bandera blaugrana, una chica Catalana que tiene su sueño bien claro pero está sufriendo muchísimo con su vida privada. Un futbolista joven y despistado de origen Sevilla...