13.

217 22 0
                                    

PETE:

Y en este momento, estaba demasiado confundido. Quería asimilar el sucedo, quería que mi cerebro lo asimilara y que mi corazón dejara de latir dentro de mi pecho. Pero no podía, las emociones estaban regándose como raíz por todo mi ser.

-Esto solo lo tomaré como algo normal. Él es un chico guapo y todo. Nada más -dije en voz alta para mí mismo-. Ningún sentimiento. Ninguna emoción involucrada, ni nada parecido a eso. Iré a dormir. No pensaré en él. Y mañana todo estará bien claro.

Sí, eso debía de hacer.Dormir. Mañana iba a ser un fabuloso día. Otro día más de vida, no debía de pensar en cosas sin importancia.

Eso decía yo; pero dentro de mí,algo estaba moviéndose,
algo se había instalado.

La regla estaba clara. Vegas era un chico sumamente extraño, voluble e idiota. Un momento podía estar bien, pero por otro mal. No podía darle mi corazón en bandeja de oro. Sabía que iba a pasar si me enamoraba del hermano idiota.

No lo haré. Él no es lo que busco. Y no lo será.

Con ese pensamiento me lancé a la cama y cerré los ojos. No sin antes llevarme la sensación de los labios de cierto hombre lobo.

Me había levantado por la luz solar que se filtraba a través de la ventana. Había hecho mi aseo matutino, hasta me había puesto una ropa de Porsche. Todo estaba bien y normal. Menos el hecho en que tenía ojeras debajo de mis ojos por haber despertado varias veces en la madrugada. Cierta personita aparecía para molestar mi tranquilidad.

¿Cómo lo veré ahora?

Moví la cabeza como si con eso lo iba a sacar de mi cabeza.
Respiré profundamente y me dispuse en bajar, directamente hacia la cocina.
Y desafortunadamente, estaba la persona que menos quería ver.

Vegas estaba vestido con su camisa de manga larga de color negro, algunos botones estaban abiertos, viéndolo fresco. Un pantalón del mismo color le cubría las piernas, mostrando sus músculos a la perfección. Se lo veía demasiado atractivo.

Sino fuera por su conducta voluble, sería el perfecto hombre de cualquier mujer y hombre.

-Buenos días, pete. Parece ser que te levantaste sin saludar -dijo, mirando el periódico que tenía en sus manos. A un lado de él, estaba un par de tostada y un vaso de leche con café. ¿Leche con café? ¿Eso bebía él?
Una combinación extraña para alguien como él.

-¿Dónde están Porsche y Kinn? pregunté, ignorando sus palabras.

-Chico malcriado. Pues mi hermano lo llevó al médico, necesita hacerse un chequeo. La traerá de nuevo para luego irnos los dos a la empresa. Hoy nos presentaremos delante de los accionistas, como presidente y vicepresidente.

Tomó un poco de su café con leche y le dio una mordida a su tostada.

-Buena suerte en eso. —Fui a servirme algo para comer. Las empleadas estaban en lo suyo. No hacían caso a la maravillosa plática que estaba dando su patrón.

-Me gustó lo que hiciste anoche conmigo. Sus palabras hicieron que me congelara. Apreté la taza que tenía en mi mano derecha. Los recuerdos volvieron a mi cabeza, haciéndome poner demasiado¿Nervioso?

-Lo de anoche fue para aclarar las cosas. Seguí haciendo lo mío-. No quiero que tengas una imagen equivocada de mí.

Escuché como resopló.

-Ahora comprendo muchas cosas de ti, Pete. -Su voz se volvió melodiosa. ¿Desde cuándo tenía una voz de ese calibre? Escuché como venía hacia mí, no quería mostrarle lo nervioso que me estaba poniendo. Si lo hacía, iba a ser presa fácil para él. Y eso, no me gustaba para nada.

-Me alegra saber e.... -Sentí su presencia detrás de mi espalda. Puso sus manos a ambos lados de mi cuerpo, arrimándolas en el mesón de la cocina. Y de nuevo mi corazón cobró vida, bailando dentro de mi pecho.
-Eres muy interesante. Quisiera conocer un poco más de ti.

No, yo no quería conocerlo más. El peligro era eminente. Su aura era demasiado atrayente que hipnotizaba a cualquier persona a su paso.
-Aléjate de mí -demandé con tono severo, tratando que no se muestre lo nervioso que me encontraba. Soltó una risita, y sin esperarlo, me giró quedando de frente a él. Sus dos ojos celestes cielo, estaban mirándome muy divertido.

-Muy hermoso, diría yo. Me besaste en plena madrugada. Y te fuiste sin explicar nada más.

-Lo expliqué. No seré tu jueguito de faldas.
Sonrió de medio lado. Estaba más que claro, que él estaba disfrutando lo que hacía.-no me
gusta enamorarme, jugar es mi lema . Aunque es imposible sentir amor hacia el sexo -sostuvo mi mentón con sus dedos-. Era muy divertido, mientras duró. Desde este momento, serás solo el mejor amigo de Porsche. Y te trataré de esa forma.

¿Qué?

Rabia. Eso sentía dentro de mi pecho. Me sentía utilizado sin serlo.

Pero había otra cosa más. ¿Qué era?

–Tú....

-No puedo enamorarme. Ya pasó ese tiempo para mí. -Soltó mi mentón, alejándose unos pasos de mí-. Fue hermoso mientras duró. Así que...... Me mantendré alejado de ti.

No,Antes que se alejara más, lo sujeté de la muñeca. Tanto él y yo nos sorprendimos.

¿Qué mierda sucedía conmigo? ¿Qué carajo estaba pasando?

Espero que solo sea un capricho y nada más.

VEGAS:

Será mejor que me aleje de el; esa es una buena elección

-¿Ocurre algo? -pregunté, sosteniendo su mano-. Parece ser que no quieres que me aleje. O....... - Todo su cuerpo se tensó. Eso me puso en alerta, no quería que el juego se saliera de mis manos-. No te enamores de mí.

-¿Qué?

-No soy para ti, Pete. Solo estaba jugando contigo. Suelo hacerlo, hasta con Porsche lo hice en su momento -dije con sinceridad. Eso hizo que retirara su mano de mi brazo-. Es mejor que no me veas como si fuera para ti.-

-No eres para mí, Vegas. Ya te dije ayer..... -Alzó el rostro muy altivo. De nuevo estaba viendo cómo se ponía una máscara de petulante. Sonreí con descaro, era muy interesante verlo actuar de esa manera muy pretencioso-, yo no quiero que me trates como una aventurilla. Yo quiero a alguien estable, que me ame de verdad.-Caso que no encontrarás conmigo -aclaré, mirándolo fijamente-. Sé lo que es estar enamorado, y..... -Me acercó a su oído derecho y susurré-: No quiero que te enamores de mí.

Con esas últimas palabras, me alejé de el.

No quería seguir jugando, aunque se iba hacer difícil no molestarlo. Su comportamiento rebelde, hacía que mi parte lobo, se moviera inquieto, queriendo salir para olerlo, para saborearlo. Todavía no podía olvidarme de su recuerdo cuando estaba teniendo sexo con Francesca.

Pete me va a traer problemas. Muchos problemas.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Where stories live. Discover now