14.

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PETE:

La música estaba prendida, la discoteca era popular en toda su zona. Por ende, había muchas personas que disfrutaban del ambiente estrambótico. Las luces incentivaban mi cuerpo para moverlo al compás de la música. A Porsche no le gustaba que saliera solo; pero para mí, era muy relajante estar con mi propia compañía.

Tomé un poco de coctel, mientras movía mis caderas al compás de la música.

Una de las reglas para salvarse de ser ultrajado era simple: No tomar lo que te ofrecen. Esa es una regla muy importante cuando uno se va solo a divertirse. No aceptar absolutamente nada de lo que ofrecían.-Algo se me pegó atrás. Al ver quién era, me topé con un tipo extraño.Este cargaba una camisa negra pegada en el cuerpo y un jeans que se pegaba al cuerpo, mostrando sus perfectos músculos.-Tú estabas con el futuro alfa susurró a mi oído. Eso hizo que me detuviera de golpe. Todos mis sentidos se pusieron en alerta, queriendo alejarme cuanto antes de ahí. Es muy tarde para escapar. Algo me apuntaba en la espalda-.

Camina. - -

No podía hacer nada ante sus palabras.

Solo acaté a su orden sin protestar. Caminé por las personas que estaban dentro de la discoteca, sintiendo el arma en mi espalda baja. Si hacía algo, estaba seguro que iba a tener un agujero en mi dichosa espalda.

¿Para qué me querían? ¿Solo por haberme visto con ese idiota?

¡Yo no era nada para él! ¡Nada?

Dolor.

Un momento, ¿por qué tengo dolor en el pecho?

El tipo me lanzó hacia el pavimento, haciéndome heridas en las piernas, y sintiendo como algunas piedritas se clavaban en las rodillas y en los codos.

-Aquí tengo a la pareja del idiota; dijo el tipo de negro. Pude apreciar sus ojos amarrillos brillando por la noche. Pestañeé al escuchar decir tal barbaridad, que salió de su asquerosa boca.

-¿pareja? ¿Desde cuándo soy la pareja de ese imbécil? -pregunté con la ira retenida en mi pecho.

El tipo me miró.
-¿Qué? ¿No eres su pareja? ¿En serio?

Bufé-. ¿Por qué no mejor buscas a ese idiota? Yo no tengo nada que ver en esa estúpida disputa cliché.

-¿Qué?

-Soy un ser humano normal. No tengo pelos en el cuerpo como los hombres lobos, ni ando meando y diciendo: Tú eres mío desgraciado. O algo así. -Meneé la mano por el aire -. Ahora sí, déjame ir.

Silencio.

El silencio se mezcló con el ruido de la puertezuela abrirse del auto que estaba apeado a un lado de mí. Un hombre de traje apareció a la vista, este tenía un cigarrillo en la mano. Sus ojos eran oscuros, su porte era un clásico hombre de negocios.

Un hombre lobo.

-pareja....

-Soy un chico corregi, intentando levántarme pero el otro tipo me bajó con una mano en el hombro. ¿Qué tengo que ver en todo esto? Ya dije que no soy la pareja de ese imbécil voluble.

-¿Entonces por qué siempre estás con él?

-¿Perdón? ¿Desde cuándo la compañía de él se volvió frecuente? ¡No tengo nada con él! ¡Ni lo tendré!

Lo miré molesto. Me sentía como una víctima en todo ese asunto, y ya no quería sentirme como si fuera un juguete para utilizar cuando les plazca.

Era ahora o nunca.
Ante la mirada de ellos, me ingenié a sacar mi taser y a utilizarlo con el hombre que estaba a mi lado. Escuché como gimió, no esperé más, y salí huyendo despavorido de ahí. Suerte que cargaba unos tenis cómodos, o sino tuviera problemas al correr.

Corrí, y corrí.

Escuché unos disparos a un lado de mí y unos gruñidos que avanzaban a medida de mi maratón. Se había convertido en un lobo.

Oh no, ¿Por qué me está pasando esto a mí?
Para mi mala suerte, tropecé con una piedra, cayéndome de bruces. Solté una maldición. Aquel lobo saltó encima de mí. Sentí su peso, sus patas delanteras estaban en mis hombros, mientras que gruñía en mi rostro, mostrando sus afilados dientes.

Tenía mucho peso aplastándome mi pobre cuerpo.

Y no solo eso, sus intenciones estaban claras. Iba a asesinarme con sus colmillos.

-Podemos hablar con tranquilidad. No creo que esto merezca que me mates -farfullé, mirando a un lado. Sus colmillos estaban en mi rostro, casi raspando-. Por favor...

No.

No había respuesta.
Sentí como abría sus colmillos, directo para morder mi cuello. Cerré fuertemente los ojos, eso era todo. No había otra cosa más que hacer. Solo pensar en las cosas que había querido hacer. Tener un novio, tener el trabajo de mis sueños y......

Algo se lanzó encima de aquel lobo, escuchando un chillido. Eso hizo que abriera los ojos de golpe; y ahí estaba, un enorme lobo negro que lo tenía del cuello al lobo agresor.

-Lobo negro....

El susodicho ladeó el rostro, quedé sin habla. Un par de hermosos ojos de colores, se asomaban en su rostro peludo. Estaba de más saber quién era. Sus orbes me decían quién era aquel hombre lobo que me había salvado la vida.

Kinn.

De eso no había duda.

Acababa de salvarme la vida, el novio de mi mejor amigo un hermoso lobo negro.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Where stories live. Discover now