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PETE:

-¡Apártense! -Saqué mi taser de mi pantalón, apuntándolo contra los dos lobos, estos mostraron sus fauces en modo amenazador-. Si se me acercan, lo usaré sin remordimiento.
Gruñeron, listos para lanzarse encima de mí.

Un deja vú vino a mi cabeza. Hacía meses atrás, Porsche y yo, estábamos rodeados de lobos, esa vez no sabía el motivo de ver algunos animales gruñendo.

Ahora entendía el motivo.

-¿No quieren que este maldito conflicto termine? ¡Hay muchos de ustedes que van a morir! -Traté que entraran en razón. Pero sus gruñidos y amenazas no se detuvieron-. ¡Púdranse! ¡Lobos tontos! ¡Pulgosos!

Tras mis palabras, los dos se me
fueron encima. Todo pasó lentamente. Justo cuando iban a enterrar sus colmillos, un lobo negro apareció agarrando a uno del cuello, cayendo al suelo con él. El otro no tuvo esa suerte, ya que este me atacó en el brazo. Sentí el dolor y algo que salía de la parte herida. Rápidamente le puse el taser en su estómago, aplicando la carga demasiado fuerte, sacudiéndolo y así provocando que me soltara.
-Mierda. -Hice un remilgo, mirando mi pobre brazo lleno de sangre. No podía enfocarme en la herida, sino en los dos lobos que estaban frente a mí-. Kinn....

Ambos se mordieron. Sus gruñidos se escuchaban por todo el lugar. Me levanté, listo para atacar con mi taser, pero la mirada del lobo negro, hizo que entendiera algo.

<<Vete de aquí>>.

Tenía que hacerlo. Tenía que irme de ahí.
Debes mantenerte vivo y sano! ¡Hazlo por nuestro chico y tu bebé! - Eso fue lo que dije, para luego soltar nuevamente a correr. A pesar del dolor punzante, no paré hasta ver una fábrica abandonada en medio de una maleza. No había ningún guardián a simple vista, ningún alma viva.

Caminé hasta la entrada, la puerta era enorme y, oxidada. Gemí de dolor, la herida estaba haciéndome ver estrellas. Apliqué más fuerza y la abrí de un golpe, haciendo sonar por todo el lugar.

En mis ojos, aparecieron muchos aparatos extraños, todos ellos oxidados. En el techo, colgaban lámparas que ni valían. Busqué con la mirada algún indicio de mi mejor amigo.
-¿Porsche? ¿Estás? -grité a medida que caminaba-. ¿Alguien?

Olfateé de nuevo, como hace minutos atrás. Y su olor, me pegó de lleno en mi nariz. El estaba aquí.

-¡Porsche! -grité, comenzando a caminar rápidamente. Un gemido se escuchó a un lado del lugar. Corrí hacia ese lugar, con el corazón saliéndome del pecho. Un bulto se asomó, y apunté rápidamente con el taser.

El bulto tomó forma, apareciendo una niña de cuatro o cinco años de edad. Todas mis defensas bajaron de golpe. ¿Qué hacía una niña en ese lugar? ¿Por qué tenía que encontrarme con una niña?
La pequeña cargaba un vestido floreado, sus cabello estaban hecho un jirón. Al verme, su mirada se llenó de alivio. Sus ojos eran de color esmeraldas.

-Oh cariño. ¿Qué haces en este lugar? -pregunté suavemente. Miré nuevamente por todo el lugar, pero nada de nada. ¿Por qué....

-El señorito Porsche, el lo necesita. Por favor....

El nombre de mi mejor amigo, fue todo para que nuevamente entrara a la defensiva.

-Bien. Llévame donde está el exigí. La pequeña traviesa, acató a mi mandato, indicándome el lugar donde estaba mi mejor amigo. Era algo extraño ver una niña por estos lugares, ¿Qué hacía allí? ¿Alguien le trajo?
En un rincón, estaba mi mejor amigo, yacía acostado con los brazos recostado. Solté un grito y corrí hacia el. Al llegar, me llevé un susto al verlo todo sudoroso, y con la ropa andrajosa. Sus gemidos estaban aumentando.

-¡Oh Dios mío! ¡Porsche! ¿Qué tienes? ¿Te hicieron algo? ¿Ese maldito te....

-Pete....-habló entre gemidos. Lo tomé de la mano y el soltó un grito, resonando por todo el lugar—. ¡Duele! ¡Duele horrible!

-¿Qué? ¿Duele? Oh Dios mío... Debemos salir de aquí -dije, mirando con desesperación la salida, buscando algo para subirlo y llevarlo de ahí. Apretó fuertemente mi mano, haciéndome doler-. ¡Aguanta, Porsche!
-Es su bebé. Viene en camino -dijo la pequeña a un lado de mí. Se agazapó y le apartó los mechones de cabellos que tapaban la frente de mi mejor amigo-. Necesita ir a un hospital. Así podrá tener al bebé.

Abrí la boca en estado de sorpresa.

No le golpearon, sino estaba en trabajo de parto.

El bebé de mi mejor amigo, estaba listo para salir. Salir en un lugar que no era el correcto.

ERES MI ALPHA (vegaspete)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن