28.

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VEGAS:

Lo besé con pasión pura. Mis dedos bailaron en sus caderas Al fin podía verlo desnudo de la parte superior.

-Vegas.... -Su voz era un susurro en
el cuarto. Sus hermosos ojos
estaban oscurecidos por la pasión.
Y... Oh cielos, se estaba mordiendo
los labios en señal de lujuria.
Nalgas se alzaban majestuosamente, tan redondos, tan suaves al tacto y a mi lengua. Iba a probar cada parte de su cuerpo, lo veré gemir debajo de mí y le haré gritar mi nombre.

Tomé uno de sus pezones y lo metí en mi boca, moviendo mi lengua en sus botones rosados que se asomaban.
-¡Oh cielos! ¡Stop, stop, stop! -dijo el, apartándome suavemente. Tomó un respiro y de la nada me dio una fuerte cachetada que sonó por todo el lugar. Eso hizo que me despertara de la nebulosa que estaba metido.

-¿Qué fue eso? -pregunté con una mano en la mejilla.

-Eso fue para despertarte contestó, recogiendo su suéter. Lo quedé mirando confundido, ¿era normal que un chico diera una cachetada en medio de una sesión sexual? Nunca me había pasado-. Necesito decirte algo. -

-¿Eres virgen?

El me miró con el ceño enarcado en la frente.

-Créeme, si fuera virgen, no tendría mi primera vez en este
lugar, declaró a mi pesar. Pensar que otros hombres lo habían tocado antes que yo, despertaba las ganas de asesinarlos-. Deja de ponerte molesto.

-¿Cómo sabes que estoy molesto?

-Lo siento en mi pecho. -Golpeó un poco su pecho-. Bueno, al punto. Lo que quiero decirte que aunque no sea virgen, no quiero tener sexo contigo. No de esta manera.

Quedé callado ante sus palabras.

¿Me había precipitado? Oh cierto, el no era mi encuentro sexual.

-Lo siento, me dejé llevar por mi parte lobo.

-Claro, y yo me dejé llevar por mi parte loba.

-Estoy hablando en serio.

-Y yo. -Terminó diciendo con una mirada irónica-. No quiero ser tu encuentro sexual. No estoy para eso. Yo busco otra cosa, no solo un desliz.

-Yo...

-Lo sé. Por eso tuve que detenerme. Estás herido y confundido. Mientras que no aclaremos este problema, no tendremos intimidad. No, hasta que digas lo que quieres en verdad-. Créeme, Vegas. Quiero hacerlo, pero no quiero que sea solo sexo, quiero hacerte el amor. Y por ende, quiero que ambos nos amemos de verdad, ¿bien?

¿Hacer el amor?

Busqué dentro de mi cabeza cuando lo hice, y solo me salían encuentros sexuales, nada más.

-Pete...

-Bien. Iré con los chicos, no saldré de aquí. Me quedaré el tiempo que sea necesario -Vino a mí y me dio un suave beso en los labios-. Te quiero, Vegas. Descansa y luego seguimos hablando. -Otro beso en la nariz-. Ya resolveremos esto.

Y se alejó, saliendo de la habitación.

Quedé demasiado sorprendido
por su demostración de cariño.

La calidez invadió mi pecho, algo nuevo y desconocido se había implantado dentro de mi corazón.
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PETE:

¡Seré un buen tío! - dije en voz alta. Ambos nos reímos, absortos a todo. Sabía perfectamente que el tema de las manadas, se iba a complicar más adelante. Temía por la vida de mi mejor amigo y su bebé.

Malditos infelices.

-¡De nuevo siento tu rabia, querido Pete! -dijo el nombrado que no lo había visto en días. Estaba parado en el umbral de la puerta con un vaso de licor en sus manos y un cigarrillo que humeaba a su paso.

-¿Fumando y tomando? ¿Acaso no estás recuperándote? -inquirí con una ceja alzada. Él solo comenzó a reírse y vino hacia nosotros a paso tembloroso por producto del alcohol en su sangre.

-Deberías dejar ese vicio horrible que tienes amedrantó mí mejor amigo. El idiota solo se carcajeó y lo abrazó a Porsche-. Quítate.

-¿Por qué no fuiste mi mate? Hubiera sido demasiado hermoso, precioso mío. Ambos estaríamos escalando varias partes, y quizás hasta hubiera sido el papá de tu bebé.

Apreté los puños por sus palabras. ¿No se daba cuenta que el chico que se le confesó estaba presente en su dialogo estúpido?
-Eres un idiota -articuló Porsche con tranquilidad. Parecía que ya estaba acostumbrado a sus palabras-. Anda acostarte.

-Ven conmigo.

El alzó la mirada y me miró. Negó con la cabeza y suspiró cansado.

Eso fue una conversación silenciosa, detallada y corta de la situación.

-Me gusta que me hagas compañía. Solo tú me haces sentir seguro a la hora de dormir. Mi hermano tiene buena suerte en tenerte, precioso mío.

-Estás ebrio.

Si no vas conmigo, llamaré a Francesca. Ella me hace varios favores -dijo, estremeciéndome por sus palabras. Porsche miró a un lado, su expresión se puso lúgubre, dándome por entendido que el si sabía quién era esa tal Francesca.

-No quiero tener problemas. Estoy embarazado, Vegas. ¿Quieres que le pase algo a tu sobrino?

-Cierto, cierto. Es verdad. Estás esperando a un lindo hombre lobo - indicó con una risa. Tomó otro trago de su vaso de licor que tenía en la mano y se alejó de el. Lo quedé mirando con la ira circulando por todo mi pecho-. Estás molesto, querido Pete. ¿Celos? ¿Tienes celos de este hombre lobo?

-Más de sentir celos, quiero darte una cachetada fuerte.
-Eso sería fabuloso. -Se acercó a mí y sacó su celular, comenzando a marcar. En unos minutos se escuchó la voz de una mujer en la línea-. Vente Francesca, necesito compañía.

Golpe directamente fuerte.

Mi corazón sufrió de una fractura que me hizo respirar con dificultad. Él hizo un remilgo en el rostro y colgó la llamada.

-Duele.

-¿En serio? ¿Por qué no mejor esperas a tu mujer y lloras con ella tu dolor?

Sonrió de medio lado-. Quisiera mejor que seas tú el que esté a mi lado. Me gustaría demasiado eso, así quizás podemos terminar lo que comenzamos la otra vez.

No, eso ya estuvo demasiado.

Alcé la mano y le di una fuerte cachetada que sonó por todo el lugar. Porsche dio un jadeo por la escena que estaba presenciando.

-No seré tu agujero sucio.

-Muy bien  hecho, Pete. Eso me gusta de ti. Eres demasiado salvaje a la hora de soltar lo que tienes guardado en tu pecho. Se tocó el lugar donde había golpeado y nuevamente me sonrió ladeadamente-. Me gusta tu impulso de hacer las cosas.

-¿Piensas alejarme con esto?

Silencio.

-¿De verdad quieres alejarme solo por haberte dicho mis sentimientos? -pregunté con el nudo en la garganta. No iba a llorar delante de él, tenía orgullo y, no lo iba a mandar al caño solo por dejarme llevar por mis emociones.
-No eres mi mate. El murió hace mucho tiempo. ¡No hay necesidad que sientas lo mismo que yo! -Me miró con la ira mezclándose en sus orbes celestes-. No quiero tener otro mate.

-El murió, Vegas. Tu amor murió. Debes solo continuar.

-¡Lo sé! ¡Claro que lo sé! ¡Pero lo amo con todo mi corazón! ¡Lo sigo amando como el primer día! -Sus ojos se estaban poniendo cristalinos, su expresión estaba llena de desesperación pura. Sus emociones estaban rodeándome por completo y sentía la oleada golpear en mi pecho -. No hay necesidad de tener otro mate. Mi destino se escribió cuando lo perdí en el lago.

-¿Qué? ¿Qué dijiste con el lago?

Sus labios estaban semi abiertos, y su expresión estaba cansada. Di una mirada a Porsche y el solo negó con la cabeza.

-Será mejor que conversen cuando estén bien los dos recomendó mi mejor amigo-. No me está gustando este panorama.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora