ERES MI ALPHA (vegaspete)

56.

PETE:

Ha pasado más de un año, desde que la manada Arcanos se volvió una con la manada Razors. Los conflictos llegaron a su fin, poniendo en paz para todos nosotros. En este momento, estoy disfrutando del clima y del lago que está extendido. Hace unas semanas, no he podido dormir tan bien. Mi humor está de malas, ni he podido entablar una conversación razonable con Vegas. Siempre me agito por cualquier cosa, ni que hablar por las mañanas; él siempre quiere tenerme en sus brazos, repartiendo besos por todo mi rostro.

Caso que he estado negando.
-¿Hay mejor clima que este? pregunta mi mejor amigo a un lado de mí. Está con Prapai en brazos. Tiene un añito y medio, pero parece de dos años y más. Es demasiado grande para ser un niño de esa edad. Su parecido a Kinn, es demasiado fascinante.

-Quiero irme a la playa y tomar agua de coco. Si es posible, dos cocos. Junto con un helado gemelo de chocolate -digo, imaginando un delicioso helado con cocos-. Creo que babearé.

Porsche solo soltó una risa.

-Tienes antojos.

-Sí. Y también, ganas de patear el trasero a Vegas -suelto con ganas de darle un golpe-. Siempre está en su estado de «chico chicle». ¡Antes no era así! Todavía recuerdo cuando yo era el que le daba cariño. Pero no, ahora es él.

-Le estás cogiendo fastidio al pobre.

-Efectivamente. Puede que sean mis hormonas. -Mojé mis brazos y mi espalda-. Estoy listo para insultar a mi pareja de todo.

-O estás listo en recibir un lindo hombre lobo -dice con tranquilidad. Por unos momentos, mi mente viaja en cada palabra que salió de su boca. Y por otro, estoy mirándolo con los ojos desorbitados-. ¿Qué?
Mi mente ya no está trabajando como lo hace normalmente. Ya he quedado congelado en mi sitio. Solo miro como el pequeño Prapai está moviendo sus manitas sobre el agua.

¿Un bebé?

Comienzo a sacar las cuentas. Había dejado de tomar mis pastillas anticonceptivas. Ya no las quería tomar, ya que había leído un artículo que esas pastillas con el tiempo se vuelven cancerosas. Así que dejé de usarlas.

Pero, ¿cuánto tiempo?

Oh sí, tuve intimidad con Vegas varias veces sin protección.

-Necesito el médico de la familia murmuro para mí mismo. Comienzo a salir del lago y ponerme una toalla por todo mi cuerpo. Yo creo que estoy embarazado.
-Oh vaya, eso es espectacular. Cuando me enteré de mi embarazo, estaba algo ido. Ya que no estaba en mis planes -explica mi mejor amigo con tranquilidad-. Pero, ¿qué podemos esperar al tener intimidad sin protección? ¿Un pato?

-Prefiero ver un dinosaurio flotando en medio lago -sugiero, haciendo que soltara a reírse-. De verdad, voy al doctor de la familia.

-Te puedo acompañar.

-Gracias, Porsche contesto con una sonrisa tenue en mis labios. El también sale con su pequeño en brazos. Ambos nos dirigimos a secarnos, y a llamar al médico de la familia. Necesito con urgencia, saber si es verdad mis cálculos. Mis planes de quedar embarazado, no están en lista.

Aún no.

El doctor no demora en llegar. Doy una mirada a mi mejor amigo, y el mueve la cabeza afirmando que me acompañaría a la pequeña sala de espera.

El doctor no viene solo, sino con dos enfermeras. Saludan y empieza a preguntarme de mis cuidados anticonceptivos. Yo contesto con la verdad, él solo saca un pequeño aparato, indicándome que me recueste.

-¿Qué es eso? -inquiero al ver cómo me pasa un gel por mi zona pélvica. Mi mejor amigo está a un lado de mí, con Prapai en sus brazos.
-Es un gel que nos permite ver lo que hay en su vientre, sin dañar al feto -indica el doctor, poniendo encima ese pequeño aparatito. Enseguida en la pantalla, se comienza a mostrar la figura de algo negro.

-¿Y? ¿Lo estoy? Quiero saber si estoy esperando un cachorro. -Mis ojos tratan de entender las imágenes, sin poder alcanzar la lógica. Parece una neblina con masas.

El doctor solo se ríe.

-En efectivo, está embarazado dice el doctor con una sonrisa. Yo quedo con la mirada en la pantalla. Un sentimiento cálido, nace dentro de mí, se riega por todo mi pecho, bajando por mi vientre.
Estoy embarazado.

Tendré un hijo del hombre que amo con todo mi corazón.

-¡Felicidades! -dice mi mejor amigo, sacándome de mi burbuja. Está que rebosa de alegría-. Al fin, Prapai tendrá un primo. Ya no estará solito.

-Yo... Claro. Un primo.

-Eso no es todo dice el doctor. Ambos lo miramos con preocupación. Mi corazón deja de latir, estoy seguro que mi rostro está pálido.

-¿Qué es? ¿Tiene algo mi bebé?
Mi boca se abre, pero de la sorpresa.

Porsche está riéndose como loco.

¿Y yo? Pues parezco un chico bipolar. De la risa, vino el llanto.

=VEGAS=

Estoy demasiado exhausto por el trabajo de la empresa. Medio que pisé la oficina, las carpetas llovieron por encima de la mesa. Francesca, se negó en ayudarme, asumiendo que yo era el jefe y por ende, tenía que hacerlo por mi cuenta.

A veces odio ser el líder. Mucho trabajo y estrés.

Alargo la mano para servirme un trago, pero me detengo en medio camino. Prometí a Pete, no volver a embriagarme peor a fumar.

-Otra noche solo en media noche - mascullo para mí mismo. El viento corre y acuna mis cabellos. En el pasado, siempre venía al lago para conversar con Tawan, pero ahora solo vengo a ver la imagen proyectada de la luna que se filtra sobre la superficie del lago.

Muy hermosa y demasiado sosegada.

-Aquí estás -dice mi chico detrás de mí. Vino acercándose y se puso a mi lado, mirando el mismo cuadro que yo-. Buenos noches, Vegas.

-Buenas noches, Pete -saludo con mucha extenuación. No quiero discutir con el. Su genio con el mío, siempre chocan, produciéndose chispas electrizantes-. ¿Cómo te has sentido?
-Muy bien. Hoy estuve con Porsche y el pequeño Prapai en este lugar. Señala con la mirada hacia el lago-. Debo de decirte algo. -

-¿Pelea? No tengo ganas de pelear. Estoy demasiado cansado, solo quiero irme a la cama y dormir de largo-declaro con sinceridad. El chasquea con la lengua—. Lo digo en serio, Pete. No sé qué te sucede estos días.

-Deberías aguantarme. Los hombres lo hacen. -Me mira con el ceño fruncido. preparándose para de nuevo, está comenzar la discusión. ¿Acaso ya no me amas?